Padres persiguen al "hacker" que baleó a su hija en Morelos
tras terminar el noviazgo con el joven que conoció en internet
Lunes 21 de enero de 2013 Justino Miranda
Corresponsal | El Universal
CUERNAVACA
Con datos obtenidos de forma particular, el matrimonio Huicochea
Garduño se prepara para salir en persecución del presunto homicida de su
hija: un ingeniero en sistemas con, aseguran, altos niveles de sicópata que
vive en Jalisco. El hombre de 23 años, identificado como Eduardo Villalobos
Villanueva, baleó a Ana Karen, de 17 años, en diciembre pasado porque ella
terminó su noviazgo.
El abogado Miguel Rosete afirmó que el supuesto asesino, captado
por las cámaras de video del fraccionamiento residencial donde fue cometido el
crimen, es un especialista en sistemas y redes sociales y que con sus
conocimientos hackeó las cuentas de su ex novia.
“Su grado de enfermedad es elevado, pues el jueves pasado ingresó a la
cuenta del Facebook de Ana Karen para sustituir su foto por la imagen de una
muñeca negra. El movimiento duró una horas y después regresó la foto. Eso fue
descubierto por los padres de la víctima que siguen de cerca los movimientos
del homicida”, dijo Rosete, quien se ha distinguido por asumir la investigación
de jóvenes desaparecidos por el crimen organizado y de mujeres victimadas con
extrema violencia.
El caso de Eduardo Villalobos llamó la atención social porque utilizó
las redes sociales para convencer a Ana Karen de iniciar el noviazgo.
Noviazgo “virtual”
Ana Luisa Garduño Juárez, madre de Ana Karen,
relató que su hija conoció a su asesino en 2010 jugando Xbox live, cuya
característica es interactuar a través de la red de Internet. La familia tenía
poco tiempo de haber arrendado una casa en el fraccionamiento residencial
Burgos, en Temixco, Morelos.
“Ellos se conectaban en línea y varias personas hacían equipo en el
juego. Yo escuchaba que hablaban a través de unas diademas con los que estaban
jugando. Así conoció Ana Karen a ese chico”, contó Ana Luisa.
La relación entre Ana y Eduardo escaló al noviazgo virtual y por un año
sólo se enviaban mensajes, hablaban por teléfono platicaban por Xbox, hasta que
en 2012 se conocieron cuando él viajó de Guadalajara a Morelos.
“Cuando lo conocimos tuvimos la impresión que era un buen chico; vestía
casual, era educado, venía cada 15 días a visitarla desde Guadalajara. Llegaba
los domingos por la mañana y se iba por la tarde.
Eduardo dijo a la familia que era ingeniero en sistemas y que trabajaba
en una empacadora de sandías, de hecho él obsequió a la familia Huicochea
Garduño un imán de la empresa donde supuestamente laboraba.
La afición de los tres hijos por el Xbox era extrema porque según Ana
Luisa empezaban a jugar el viernes por la noche y duraban hasta cuatro horas
frente a la pantalla porque se turnaban para jugar.
Los fines de semana le dedicaban al videojuego hasta ocho horas, pero
entre semana iban a la escuela, hacían tareas, acudían al gimnasio y dormían.
Ella estudiaba el tercer año de preparatoria.
La ruptura
La joven intuyó algo irregular en el comportamiento de su novio cuando
hackeó sus cuentas de correo electrónico y Facebook. Ana Luisa cuenta que su
hija le reclamó su actitud y lo acusó de posesivo. Quería controlar sus charlas
en las redes y por eso la joven decidió terminar la relación.
Como respuesta, el joven comenzó a enviar mensajes, a buscarla vía
telefónica y ella se negaba. A través de Facebook pidió a los amigos de Ana
Karen que intercedieran por él.
Su insistencia creció al visitar a la víctima en dos ocasiones
posteriores al rompimiento y se encontró con el rechazo de la familia. “Le
dijimos que ella era una niña y que apenas quería empezar a vivir y que él era
una persona mayor, que le diera su espacio. Dijo que no había problema, que ya
no la molestaría.
“La segunda vez fue el 9 de diciembre y nos dijo que ya no la
molestaría. Lo llevamos a la terminal y supuestamente todo había terminado pero
el martes seguía en Morelos”, narró Ana Luisa.
Enterada de ello, la joven se refugió en la casa de Burgos, cuya
dirección supuestamente desconocía el presunto homicida, pero el miércoles,
como a las cuatro de la tarde Ana Karen le envió un mensaje a su mamá donde le
preguntaba por qué estaba ahí Eduardo. El mensaje no fue visto en ese momento
por Ana Luisa.
Pero el segundo mensaje sí fue leído: “Mamá”, escribió su hija. Ana
Luisa acudió a la casa y encontró a su hija tendida en el suelo, en medio de un
charco de sangre.
Según las investigaciones particulares de la familia Huicochea Garduño,
el homicida abordó un taxi que lo llevó a la terminal de autobuses de Indios
Verdes, en el DF, y de ahí se trasladó a Querétaro.
La acción legal