“Sólo pedimos remediación y protección a los nacimientos”
Jorge Salazar García. (14/07/2024) Llegaron a la plaza Regina (Lerdo) poco después de las 10 a.m., cuando Renato Romero, miembro del Movimiento en Defensa del Agua de la cuenca Libres Oriental contestaba las preguntas de los reporteros convocados para ese día (9/07/2024). El encuentro fue fortuito, no conocía a esas mujeres. Los fajos de documentos que portaban despertaron mi curiosidad, además de su notoria timidez. Su acercamiento al núcleo de la conferencia en proceso me motivó a preguntarles la causa de su presencia: “Nos enteramos de la convocatoria sobre este conferencia y decidimos venir” me dijo una de ellas; la señora Hilda Conde. Al terminar de responder a los periodistas, Renato ofreció el micrófono a los representantes de las organizaciones solidarias con la lucha de Totalco, presentes, para que hicieran pronunciamientos y/o denuncias relacionadas con el saqueo y contaminación del agua. Fue entonces cuando las amas de casa Hilda Conde y Rosalba Rodríguez, pobladoras de La Laguna, municipio de Coatepec, Veracruz, decidieron informar a los medios la problemática que vive su comunidad desde 2001. Leyendo la síntesis del caso, enumeraron las múltiples gestiones realizadas como integrantes del grupo “Cuidemos el Agua La Laguna”. De igual manera dieron a conocer su demanda principal: que sean protegidos los yacimiento “El Arrejo” y “Arroyo Blanco”. Pues la existencia de ambos, agregaron, esta seriamente amenazada por las actividades extractivas (arenales) sin regulación, que podrían dejar sin el vital líquido a su comunidad conformada por 1500 personas. Lamentando la insensibilidad gubernamental informaron llevar décadas recorriendo esos tortuosos caminos que la burocracia local, estatal y federal acostumbra imponer en estos casos relacionados con actividades empresariales depredadoras. Actualmente, después de la desaparición de un manantial que junto con los mencionados les dotaba del vital líquido, piden urgentemente parar la deforestación, impedir los socavones y las filtraciones de las aguas negras del río Sordo (ubicado a 100 metros de distancia), simplemente aplicando las leyes ambientales correspondientes.En oficio firmado por los lugareños, entregado el 9 de noviembre del año pasado en la ciudad de México, solicitaron la intervención del presidente López Obrador para “salvaguardar la integridad de los manantiales”. Le informan que desde 2001 su territorio enfrenta los graves problemas ambientales de cambios de uso de suelo, deforestación, pérdida de biodiversidad, erosión, contaminación del agua, suelo, aire “por actividades de explotación de material pétreo (arena); unas autorizadas, otras completamente faltos de documentos que avale el derecho de extracción…” concedido a particulares.
Dieron a conocer que a pesar de sus innumerables trámites, los concesionarios de dos arenales continúan operando, presumiblemente sin contar con la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que extiende la Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA) como requisito legal para autorizar sendos permisos. Por esa razón, exigen a la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), a la Procuraduría del Medio Ambiente (PMA) y a las autoridades locales y federales “hagan su trabajo y no nos den largas a esperar terminen el saqueo de estos bancos de arena sin darnos una respuesta” . Entre sus demandas se destacan las siguientes: a) Regular la práctica de explotación de arena. b)Hacer cumplir las leyes ambientales donde se ubican los manantiales, pues es un Área Natural Protegida (ANP). c) Otorgar a la comunidad la concesión de esos yacimientos para su cuidado y protección. d) Reforestar la zona. e) Destinar recursos que beneficien a la población (alumbrado, banquetas, centro de salud). Por supuesto, hasta el momento, como ya es costumbre en tratándose de proteger a los negocios, ni el gobernador (Cuitláhuac) ni el presidente han atendido el caso debidamente. Y ninguno de los dos lo hará ya. Dejan a sus sucesores una potencial bomba de tiempo. Ojalá y la próxima Secretaria del Medio Ambiente, Alicia Bárcenas, tenga la sensibilidad suficiente para atender este clamor popular antes de que la remediación sea insuficiente para detener esa devastación ambiental. La más reciente gestión de estas valientes mujeres, la hicieron ante la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (PROFEPA). En oficio dirigido a Gabriel García Parra (inspector federal) le piden, con fundamento a lo establecido en el artículo 8 de la Constitución, visite e inspeccione los polígono IV-A y IV-B del Área Natural Protegida decretada en 2015 archipiélagos de bosques y Selvas de la región Xalapa, Coatepec. Los deslindes y omisiones, fundados o no, han estado a la orden del día. Por ejemplo, el director de Fomento Agropecuario y Medio Ambiente de Coatepec, Biol. Gustavo Mario Martin reportó a la unidad de trasparencia “no ser autoridad competente para otorgar los permisos de explotación de arenales y agua”. Concretamente, la subdirectora de Desarrollo Urbano del municipio de Coatepec, C. Yuri Linda Suárez, textualmente expresó: no haber “otorgado ningún permiso para la explotación de recursos naturales” en esa zona. Todos juegan al ping pong echándose la bolita; mientras, el problema se agudiza. Decenas de trámites han sido realizados infructuosamente durante ¡dos décadas! El saldo de esa negligencia criminal es trágico: deforestación, socavones, perdida de fauna, alteración de los flujos del agua y contaminación. Esta devastación ocasionará a la comunidad de la Laguna y la de los alrededores daños irremediables, de no hacerse algo pronto. Por el momento, estas ejemplares ecologistas (Hilda y Rosalba), dicen que continuarán su lucha “hasta que el cuerpo aguante”. Están dispuestas a todo por defender su agua y su territorio. Cuentan con el respaldo de su comunidad.¿Qué sigue?, se les preguntó:
–En cuanto veamos mas afectación de nuestro nacimientos volveremos al paro y cerrar carretera hasta que nos den respuesta favorable en la remediación de los daños”—contestaron firmes.
Por el momento, refuerzan su lucha acercándose a otras víctimas del mismo mal. Saben que de no unirse, el poder del dinero prevalecerá por encima de los derechos de los pueblos y de la Naturaleza. Definitivamente no debe esperarse que particulares, empresas y políticos aliados decidan unilateralmente detener la depredación de nuestros recursos naturales. Justicia ambiental o represión criminal Ahora que asume el poder federal una auto-asumida ecologista, Claudia Sheinbaum, debe esperarse, consecuentemente, que esta problemática sea atendida sin más delaciones ni omisiones. No hacerlo, llevará a los defensores del territorio y del agua a radicalizar (por sobrevivencia) su lucha. El Estado tendrá que elegir entre Justicia ambiental o represión criminal, como Cuitláhuac lo hiciera en Totalco. Compleja y corrupta es esa red, conformada por empresarios y políticos, que otorga impunidad a quienes, como ellos pisotean los derechos de las comunidades. Es de lamentarse que aún en el llamado régimen de la esperanza que prometió separar el poder económico del político en todo el territorio nacional, esa alianza criminal, antes condenada, siga operando a sus anchas: los primeros asegurando impunidad y concesiones a los segundos y, estos, dando sobornos y financiamientos para las campañas electorales. Parafraseando al AMLO de 2017, los poderes fácticos continúan provocando al tigre como queriéndolo despertar. Bueno, lo están haciendo. Atrás de cada defensor del territorio amenazado, reprimido, encarcelado, desaparecido o ejecutado hay miles de indignados que, en algún momento, saldrán a las calles a exigir su derecho a existir. En el grupo de la Laguna, surge otro David que a pesar de la falta de recursos económicos para traslados, viáticos y gastos está decidido a enfrentar a Goliat. Ese gigante abusivo, configurado por capitalistas y políticos corruptos, dispuesto a denostar (agitadores, enemigos del progreso, comunistas, etc.) a quienes se oponen a la depredación ambiental, no dudará en encarcelar, desaparecer o asesinar a los pequeños Davides que defienden lo común a todos: el territorio y sus recursos naturales. *Clamor: Grito o voz que se profiere con vigor y esfuerzo, en momentos de aflicción.