Las maniobras conjuntas contarán, también, con la participación de la India o Bielorrusia. Estados Unidos, por su parte, expresa su preocupación ante la creciente cercanía entre Moscú y Pekín
LUCAS DE LA CAL / MUNDO
Un día después de que Vladimir Putin respaldara a Pekín en la reciente crisis con Taiwan, el Ministerio de Defensa de China ha anunciado que las tropas del gigante asiático viajarán hasta Rusia para participar en ejercicios militares conjuntos liderados por Moscú, que ya había adelantado sus planes de realizar ejercicios "Vostok" (este) del 30 de agosto al 5 de septiembre, aunque, hasta ahora, no habían trascendido los nombres de los países que se unirían a las maniobras rusas.
Además de soldados chinos, países como India, Bielorrusia, Mongolia y Tayikistán también enviarán tropas a Rusia. "El objetivo es profundizar la cooperación práctica y amistosa con los ejércitos de los países participantes, mejorar el nivel de colaboración estratégica entre las partes participantes y fortalecer la capacidad de responder a diversas amenazas a la seguridad", reza el comunicado difundido el miércoles por Pekín.
En China insisten en que su participación en los ejercicios "no está relacionada con la actual situación internacional y regional" -en referencia a la guerra en Ucrania-, sino que es parte de un acuerdo de cooperación anual bilateral en curso con Rusia.
Desde que comenzó la invasión rusa en Ucrania, China no ha enviado armas ni ha brindado a Putin ningún tipo de apoyo militar como pregonaban al principio desde Washington. Pero sí que ha reiterado un respaldo tácito a Moscú compartiendo la narrativa del Kremlin de que la "crisis" de Ucrania es culpa de la expansión y "provocación" de la OTAN en Europa del Este.
Una línea parecida a la de Pekín, la sigue el Gobierno de la India, que no ha condenado ni apoyado el ataque de Moscú. Lo que sí ha hecho es abstenerse hasta tres veces en el Consejo de Seguridad de la ONU de reprobar la invasión rusa. En el terreno económico, desde el comienzo de la guerra, el primer ministro, Narendra Modi, se ha posicionado como el gran comprador de petróleo ruso con descuento en medio de la lluvia de sanciones de Occidente.
Desde el Kremlin han mantenido en los últimos meses conversaciones fluidas con Nueva Delhi y Pekín, aunque el vínculo de Moscú con el régimen chino es más fuerte. A principios de semana, Putin ha lanzado un guiño a China al compartir en público las mismas impresiones que tienen en Pekín sobre el polémico viaje de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taiwan, que desató la ira de Pekín con simulaciones de invasión con fuego real alrededor de la isla.
"El imprudente viaje de Pelosi fue una provocación cuidadosamente planeada, parte de una estrategia consciente y decidida de Estados Unidos", ha soltado el presidente ruso. Putin ha acusado a Washington de desestabilizar los asuntos mundiales, especialmente en Asia, al realizar "una demostración insolente de irrespeto a la soberanía de otros países y a sus obligaciones internacionales".
El mensaje de respaldo a Pekín salió el martes en un vídeo en la apertura de una conferencia de seguridad en Moscú. Un día después, en China anunciaban que participarían en las maniobras militares organizadas por Rusia.
Hace justo un año, en territorio chino, 10.000 soldados de ambos países ya realizaron un ejercicio militar conjunto a gran escala. Poco después, en octubre, chinos y rusos ejecutaron su primera patrulla marítima conjunta en aguas del Pacífico. La operación, en la que se realizaron ejercicios antisubmarinos y simulacros con fuego real, contó con 10 buques de guerra. Las maniobras navales atravesaron el estrecho de Tsugaru, que cuenta con vías fluviales internacionales que separan las islas japonesas de Honshu y Hokkaido.
China y Rusia, antiguos rivales durante la Guerra Fría que normalizaron los lazos bilaterales en 1989, han cooperado regularmente en simulacros militares desde 2012 sobre el Mar de China Oriental y el Mar de Japón, también llamado Mar del Este por las dos Coreas, a medida que las relaciones de las dos potencias con Occidente se fueron agrietando. Antes de acabar 2021, el ejército de Corea del Sur dijo que había desviado aviones de combate después de que dos cazas chinos y siete rusos se entrometieran en su zona de identificación de defensa aérea.
Putin y el presidente chino, Xi Jinping, se vieron cara a cara por última vez el 4 de febrero, cuando el líder ruso visitó Pekín para asistir a la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno. Xi le apoyó entonces en la demanda de que la OTAN frene su expansión en Europa del Este. A cambio, el ruso secundó la posición del chino de oponerse a toda independencia formal de Taiwan, isla con un gobierno autónomo y democrático que China considera una provincia separatista. Tras su reunión en la capital china, ambos líderes firmaron un largo comunicado apuntando a una amistad entre China y Rusia "sin límites ni áreas prohibidas de cooperación".
Las críticas de Putin a la visita relámpago de Pelosi a Taiwan han sido bien recibidas en Pekín. Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, ha dicho que su país "aprecia mucho" los comentarios del líder ruso. "Sus palabras demuestran la coordinación estratégica de alto nivel entre China y Rusia y el firme apoyo que los dos países se han brindado mutuamente en temas relacionados con sus intereses fundamentales", ha destacado Wang.
En Estados Unidos tampoco desaprovecharon la oportunidad de dar su opinión sobre el último compadreo entre Pekín y Moscú. Desde el Departamento de Estado quisieron trasladar su "preocupación por la relación floreciente entre China y Rusia" después de las críticas de Putin al viaje de Pelosi.
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