Hoy habrá una reunión con
funcionarios de la NRA y Wal-Mart
Jueves 10 de enero de 2013 J. Jaime Hernández
/ Corresponsal | El Universal
WASHINGTON.—
Con las imágenes aún frescas de las masacres en Aurora, Colorado y
Newtown, Connecticut, el gobierno de Barack Obama emprendió ayer su más
ambicioso esfuerzo por recrear las condiciones políticas que permitieron en
1994 la implantación de la prohibición para la venta de armas de asalto que se
han convertido en una pesadilla y en una amenaza para la seguridad de la
población de Estados Unidos y de países vecinos como México que padecen la
ausencia de normas y regulaciones para meter en cintura a una industria que se
ha salido fuera de control.
Al frente de estas negociaciones, el vicepresidente Joe Biden, encaró
ayer a los familiares de víctimas y a los defensores de un mayor control en la
venta de armas.
Esta misma semana se reunirá con los representantes de la Asociación
Nacional del Rifle (NRA, en inglés) (el jueves), con las empresas que se han
beneficiado con la venta de videojuegos que explotan el excesivo uso de armas y
violencia y con representantes de cadenas como Wal-Mart, que se ha convertido
en el principal distribuidor de armas y cartuchos de recambio.
Después, Biden emitiría sus recomendaciones. “El presidente está listo
para actuar”, aseguró Biden en una reunión en la que se barajaron varias
opciones, entre ellas, una serie de iniciativas legislativas y órdenes
ejecutivas para establecer mayores controles en la venta de armamento.
Fuentes que estuvieron presentes en la reunión adelantaron que Obama
busca aplicar controles de antecedentes, la prohibición contra la venta de
armas de asalto, un mayor límite a la venta de cargadores que se consiguen en
cadenas como Wal-Mart o mediante ventas por internet y una mejor aplicación de
las normas existentes.
“No estamos aquí para tomarnos una foto. Tenemos y vamos a tomar
acciones significativas y podríamos actuar mediante acciones ejecutivas”,
prometió Biden, quien compareció junto con el fiscal general, Eric Holder; la
secretaria de Seguridad Interna, Janet Napolitano, y Valerie Jarret, la más
cercana asesora del presidente Obama.
El hecho de que Biden haya sugerido la implementación de acciones
ejecutivas, al margen del Congreso, demuestra la resolución de la
administración Obama por tomar el liderazgo y no esperar por una difícil
construcción de consensos en el Congreso.
Pero la NRA y sus correas de transmisión en el Capitolio podrían
bloquear o desahuciar presupuestariamente las órdenes emitidas por la
administración. “Tengo gran confianza en la voluntad del presidente Obama. Pero
habrá que trabajar desde distintos frentes para hacer realidad importantes
medidas legislativas”, consideró Kristen Rand, del Violence Policy Center.
La senadora demócrata Diane Feinstein, autora de la prohibición de armas
de asalto que expiró en 2004, reiteró su intención de presentar una nueva
iniciativa para prohibir la importación, venta o transferencia de más de 100
tipos de armas de asalto, así como cargadores múltiples. Según un sondeo del
diario USA Today en diciembre, 58% de los ciudadanos apoya un control más
estricto en la venta de armas, pero 51% se opone a una prohibición total a la
venta de las armas de asalto.
El gobernador de Connecticut, Dan Malloy, consideró que ya llegó el
momento “de hablar en serio de una verdadera reforma para regular las armas”, y
rechazó que armar a maestros sea la solución.
Ayer, el alguacil de Maricopa, Arizona, Joe Arpaio, inició un plan para
emplazar a 500 voluntarios armados en áreas adyacentes a las escuelas, alegando
que busca protegerlas de matanzas como la de Newtown, donde murieron 20 niños y
seis maestras. En Arizona comenzó ayer un plan de despistolización. (Con
información de agencias)