jueves, 10 de enero de 2013

“BAJA” LA INFLACIÓN PARA COMPLACER AL SECTOR FINANCIERO;PARA EL PUEBLO, SIGUE EN AUMENTO



El INEGI informó que la inflación anual fue de 3.57%. Hay que apuntar que la inflación en alimentos fue del 7.2%.

En 2012 el alza en el precio del huevo creció 33.4%; carne de ave, 12.5%;  carne y vísceras de res, 10.7%; pan, 10.8%; tortillas, 8.3%.

Esas alzas fueron muy superiores al aumento de 3.9% en el salario mínimo

No obstante, la desaceleración en el crecimiento mensual de los precios no elimina los incrementos acumulados

Los sectores más perjudicados por las variaciones de precios fueron los de menores ingresos

Urge una política económica que ponga atención en la oferta nacional y no busque bajar la inflación mediante importaciones y la contención del ingreso de productores y trabajadores del país.


En el informe que presentó el INEGI acerca del comportamiento de los precios al consumidor durante 2012 se observa que en la mayoría de los casos, la variación anual y mensual de los precios de productos alimenticios supera en más de dos veces el crecimiento del índice general.

Por ejemplo, mientras que el crecimiento del Índice General fue de 3.57%, el Índice de precios de los alimentos fue de 7.20%.

Ese resultado es muy negativo para los sectores de menores ingresos, los cuales, de acuerdo con la Encuesta de Ingreso Gasto de los Hogares destinan alrededor de 50% de sus ingresos para la adquisición de alimentos. Cabe recordar que el aumento del salario mínimo que estará vigente en 2013 fue de 3.9%, rebasado totalmente por la inflación en alimentos.

Esto, como los hemos señalado en reiteradas ocasiones, es consecuencia de la incapacidad de la política económica para mantener la soberanía alimentaria y promover la productividad en las pequeñas y medianas unidades agropecuarias. A este grupo de productores se les abandonó y se les impuso una fuerte competencia de importaciones subsidiadas, que en tiempos de escasez o de abundancia les impidió capitalizar su esfuerzo y mejorar su capacidad productiva.

Ese esquema fue “útil” para contener la inflación y mantener la “estabilidad”, sin embargo, eso cada vez es más difícil, porque cada vez será más necesario aprovechar mejor la capacidad de producción  local para reducir los gastos en importaciones; porque los precios en los mercados internacionales hoy se encuentran presionados por una demanda más fuerte, para consumo humano y para otros fines; porque el cambio climático ha propiciado nuevos riesgos; porque la explotación intensiva e irracional ha desgastado los recursos naturales, el agua y la tierra; y porque la especulación y las variaciones cambiarias, propiciadas por los grandes fondos de inversión que aprovechan los ajustes en Europa y Estados Unidos, mantienen presión sobre los precios de las materias primas.

Eso no puede continuar. Pero, además, es necesario apuntar que la “baja” inflación general se debió, en buena medida al reconocimiento de una caída en el índice de vivienda que, a su vez se debió a una fuerte contracción en los índices correspondientes a telefonía y electricidad, de 23.0% y 2.25%.

De no presentarse esas oportunas reducciones, en el caso de la telefonía móvil, de 20% sólo en diciembre, difícilmente se habría logrado bajar la inflación al nivel observado.

Por otra parte, en la variación de diciembre influyó el hecho de que las alzas de del índice general en noviembre y diciembre de 2011 y enero de 2012 fueron muy altas, de 1.0%, 0.82% y 0.70%, respectivamente. Sin embargo, como señalamos, eso no implica una reducción en las variaciones acumuladas, que como hemos señalado, impactan en los sectores de menores ingresos.

Por lo anterior, consideramos que urge cambiar la política económica, para dar prioridad al crecimiento, y dejar de mantener estancada la economía afectando a los productores y trabajadores del país con una ficción de “estabilidad” que sólo beneficia a unos cuantos inversionistas que no se comprometen con el país.

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