El grupo islamita ha destruido algunos
sitios arqueológicos
La venta de bienes patrimoniales se ha
convertido en una fuente de financiamiento
CIUDAD DE
MÉXICO (31/AGO/2015).- La
Oficina Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés), advirtió a
los mercantes de antigüedades en Estados Unidos sobre el arribo de piezas
provenientes de Medio Oriente.
A través
de un comunicado, el organismo de seguridad instó a vendedores de reliquias a
tener cuidado con sus adquisiciones, ya que existen evidencias de se han
ofrecido en el país artefactos saqueados por combatientes del Estado Islámico
en Siria e Iraq.
La
agencia anunció que la venta de bienes patrimoniales en el mercado negro se ha
convertido en una importante fuente de financiamiento para los radicales
islámicos y existe una creciente preocupación por la llegadas de las piezas al
mercado occidental.
"Tenemos
informes de que a ciudadanos estadounidense les han sido ofrecidos bienes
culturales que parecen haber sido sustraídos (ilegalmente) de Siria e Iraq
recientemente", dijo Bonnie Magness-Gardiner, director del Programa de
Robo de Arte del FBI.
El
funcionario solicitó a coleccionistas y compradores a corroborar la
documentación de las piezas a adquirir; cotejar los recibos de importación y
documentos de procedencia. "Lo que estamos tratando de comunicarles es que
no permitan que estas piezas (su compra), que podrían financiar al terrorismo,
sean parte del negocio".
Desde
enero pasado el grupo islamita sunita ha saqueado y destruido algunos de los
principales sitios arqueológicos al norte de Iraq y Siria, actos que han sido catalogados
por autoridades de la Unesco como "crímenes de guerra" pero que han
sido imposibles de frenar.
Desde la
semana pasada se difundió que los yihadistas dinamitaron el templo milenario de
Baalshamin, ubicado en las ruinas de la ciudad de Palmira, incluida en la lista
del Patrimonio de la Humanidad. Pero no fue hasta ayer que se comprobó su
erradicación con la publicación de imágenes satelitales, donde ya no queda
referencia alguna del recinto construido en el año 131 d.C.
El saqueo
de reliquias y su venta para financiar la guerra del Estado Islámico les valió
el apodo de "antigüedades de sangre", en alusión a los
"diamantes de sangre", un término usado para referirse a la venta de
piedras preciosas para financiar las guerras africanas de Angola y Sierra
Leona.