lunes, 31 de agosto de 2015

PREVÉN MOVILIZACIONES ESTUDIANTILES POR PRESUPUESTO CERO EN EDUCACIÓN




Hay una agenda pendiente de la Federación en materia de educación superior puesto que ésta en México se caracteriza por poca cobertura, altos costos frente a bajo rendimiento, corporativismo y un sistema universitario de “particularismo privilegiado”, la cual se prevé, traerá más conflictos entre la comunidad ante el endeudamiento y más recortes con los ajustes del presupuesto base cero, señaló Alberto Olvera Rivera, del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIHS) de la Universidad Veracruzana (UV).

Durante el panel de movimientos estudiantiles y protesta social, desarrollado en el marco de la Cátedra Unesco y el cuerpo académico Ciudadanía, Educación y Sustentabilidad Ambiental del Desarrollo del Instituto de Investigaciones en Educación (IIE) de la UV, expertos disertaron sobre factores que han sido detonantes y disgregadores de la movilización social de este sector.

Los investigadores coincidieron en cuestionar el alma del neoliberalismo en la educación y el rechazo a la privatización del sistema educativo, puesto que en América Latina ha dejado experiencias que no han traducido sus beneficios para las mayorías.

Retos para México y el presupuesto base cero

Olvera Rivera expuso que entre los retos que emergen detrás del movimiento estudiantil en México destaca la baja cobertura en educación superior, la cual calificó de minúscula al alcanzar sólo 30 por ciento, mucho menor a la que tienen otros países latinoamericanos.

“A pesar del crecimiento relativo de las universidades públicas y el aumento exponencial de las universidades privadas ‘patito’ sobre todo, estafadoras de sus clientes, sigue siendo una minoría la población que puede acceder a las aulas”, expresó.

Este repunte en la cobertura privada responde a la incapacidad del Estado para proveer cobertura necesaria. Los desafíos “formidables” en el ramo, dijo, son la necesidad de ampliar la matrícula, reorientarla adecuadamente y distribuir racionalmente los recursos, ya que al igual que otros subsistemas en México, el de la educación superior es “increíblemente ineficiente”.

El investigador externó que las universidades de la República resultan caras en relación al rendimiento generado y de esta forma las academias nacionales dejan mucho que deberle a la sociedad mexicana.

“Y no solamente es una cuestión neoliberal, el rendimiento es la capacidad crítica, la calidad educativa, la producción artística, capacidad creativa, la producción de ciencia y tecnología”, apuntó.

Esto va de la mano con la “vieja” hegemonía política, la cual creó un sistema de control de “particularismo generalizado”, eso es, un mecanismo de atención especial hacia sectores y corporaciones, presente por ejemplo, entre la clase trabajadora como un subsistema privilegiado, notable para los sindicatos petroleros, magisteriales, entre otros, que derivó en corrupción moral y el dispendio irresponsable de recursos.

Pese a que este “trato especializado” tuvo también sus buenos frutos durante los 70’s, hubo una privatización de facto para la planta de trabajo al heredar plazas, “esto condujo al desperdicio monumental, en el caso de Pemex (Petróleos Mexicanos) se deben aún 80 mil millones de dólares tan sólo de su fondo de pensiones”.

El futuro de las movilizaciones estudiantiles, enfatizó, va dirigido a retomar la necesidades universitarias, “a partir del año próximo el gobierno mexicano va a hacer un presupuesto base cero, que es una tontería el nombre porque nunca hay un presupuesto base cero, pero lo cierto es que viene un recorte a los subsidios de las universidades públicas”.

Esto, afirmó, provocará conflictos entre los estudiantes, profesores y “le va a pasar al resto de las universidades del país lo que hoy nos pasa en la UV”.

En entrevista con La Jornada Veracruz, recordó que actualmente ya existe un problema del pago que enfrenta la entidad y la Federación y el cálculo estimado lo hará más notorio; consideró por tanto que será necesario incrementar la participación de la comunidad universitaria para involucrarse y evitar peores escenarios a los actuales.

Aseguró que en el caso de Veracruz (como el de las demás entidades que deberán adherirse a dicha cartera) se advierte un ajuste fiscal severo, pero particularmente en el estado ante el gran endeudamiento por el que atraviesa, de modo que previó, disminuirán más los recursos destinados a la educación pública como medida paliativa.

Por otro lado, en su ponencia explicó que distintas expresiones contemporáneas han marcado la pluralidad en México, desde el movimiento #YoSoy132, el cual se emparenta con otros no tan recientes como el del 68’ y a menor escala el de 1971 puesto que aluden a las tareas democráticas pendientes del país, movimientos políticos que trascienden la agenda universitaria.

Los reclamos de justicia, libertades y democracia emergen dentro del proceso de conformación del movimiento del 68’ convirtiéndolo, con un final fatídico, en un referencial simbólico para los estudiantes mexicanos.

Algunas otras protestas o corrientes más locales que surgieron entre estos años, no lograron trascender más en la esfera política porque eran movimientos volcados hacia sí mismos, lo cual los aisló.

Enfatizó que el #YoSoy132 es único puesto que cuestiona al régimen desde una trinchera distinta, al combinar su origen de universidades privadas y públicas donde se critica el colapso institucional y la naturaleza autoritaria que prevalece en la democracia electoral que se construyó en los años previos.

Este dijo, encaja y da continuidad simbólica al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad en 2011, encabezado por el poeta Javier Sicilia, ante la violencia y las desapariciones.

“El problema de todo movimiento estudiantil que adquiere características claramente políticas y que lucha por la amortización es que su espacio de acción y su tiempo de existencia dependen de factores externos al propio movimiento estudiantil, es decir, dependen del contexto político, pero también de las fuerzas internas dentro de un mismo movimiento”, expresó.

Manifestó que las corrientes, facciones y grupos radicales internos, aunado a la disputa por la dirección de los movimientos son un factor esencial en su supervivencia, puesto que el rumbo de la base de la protesta y su sentir puede dejar de ser representado y determinar su derrotero político y tienda a menguar.

También señaló factores externos que llegan a reducir la fuerza, pero en el caso del #YoSoy132 el triunfo oficial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el parcial acogimiento en respuesta de algunas de las demandas con las reformas estructurales son cruciales.

Posteriormente, vinculó, existe una creciente ánimo de intolerancia hacia la corrupción, la clase política y los productos fallidos de la democracia en México que se engarzaron paralelos a otra clase de movimientos no estudiantiles pero afines a los reclamos en derechos humanos, desapariciones forzadas como en el paradero de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, la necesidad de una reforma penal, entre otras.

En esas condiciones, concluyó, es necesario atender a los retos pendientes en materia de educación superior, puesto que de no hacerlo los escenarios posibles podrían desencadenar mayores problemas, ya que en el Zeitgeist representa en los universitarios una crítica política radical, ya no enfocada al autoritarismo, sino a los productos de una democracia fallida.

Aclaró que no existe un movimiento estudiantil, sino movimientos estudiantiles, puesto que su naturaleza está estrechamente vinculada con la historia nacional y es necesario estudiarlos en su especificidad.

La lección de Chile
 
Andrés Donoso Romo, del Centro de Estudios Avanzados (CEA) de la Universidad de Playa Ancha (UPLA) en Chile, indicó que un gobierno neoliberal va intentar reducir el financiamiento público a la educación superior cada vez más y que el sistema educativo se transforme en un mercado justificado en el fortalecimiento de países en vías de desarrollo, empero agregó que como en el caso de su país, no siempre resultan efectivos o benéficos para las mayorías.

“Dentro de una lógica neoliberal es normal que se intente financiar lo menos posible con fondos públicos la educación y hay que ver qué consecuencias tiene, en Chile al parecer no han dado buenos resultados, o al menos en la manera en la que estos defensores lo dicen, por eso hay que aprender de las sociedades que ya lo han pasado”.

Puntualizó que si bien es normal dicha medida dentro de una política neoliberal, lo importante es que se entienda que no es la única salida para obtener beneficios o logros en el tema educativo.

“Es una alternativa que como en el caso de Chile ha mostrado muchos puntos bajos u oscuros, muchas deficiencias y existen otras estrategias que también tienen sus pros y contras pero independientemente de sus niveles territoriales creo que el financiamiento debe ser público pues el asunto de la educación es sensible y pone a las personas por sobre los intereses de agentes empresariales o privados”.

Durante el panel detalló que los movimientos no surgen de forma espontánea sino que representan ciclos donde existen picos de mayor incidencia y presión donde las protestas toman mayor fuerza dependiendo del contexto político que los rodea.

Es así como el movimiento estudiantil en Chile en 2011, se gesta con los antecedentes del llamado “movimiento pingüino” durante el 2006, en la antesala de la privatización de la educación en Chile y, con mayor anterioridad “Los Chicago boys”, durante la dictadura militar de 1973 a 1990.

La principal crítica hacia la política neoliberal educativa fue que el peso del financiamiento de la educación superior recaía en las familias y no en el Estado, donde éste aportaba 20 por ciento y las familias 80 por ciento, provocando así un severo endeudamiento, puesto que éstas destinaban hasta 40 por ciento de sus gastos totales al rubro, ello conllevó a que muchos estudiantes no soportan la presión y 50 por ciento desertara.

Por ende, señaló que pese a que se redujo la pobreza relativa, la inequidad continuó igual, provocando un desengaño ante las expectativas de la población. Así, la negociación se tornó infructífera en la gestión actual de la presidenta Michelle Bachelet y todo el capital mediático que habían adquirido los estudiantes quedó desplazado por un accidente que volcó el interés de la prensa.

El punto más álgido de confrontación acaeció en la administración de su predecesor, Sebastián Piñera, quien representaba el antagónico para la exigencia de los jóvenes de terminar con el lucro y la pugna por gratuidad.

Sucesión de José Narro, clave para desarrollo de la UNAM, prevén

Por su parte Renate Marsiske Schulte, del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), consideró que el proceso de elección para el nuevo rector será clave para el desarrollo institucional y advirtió una etapa difícil para la academia debido a los recortes en la educación superior que el gobierno federal tiene previstos para el próximo año.

Señaló que por el momento la máxima casa de estudios de América Latina tiene un periodo de calma y los candidatos, aunque ya se pronunciaron algunos, aún no destapan campañas abrasivas ante los medios pero dentro del ámbito académico ya se movilizan.

Reconoció que pese a que no siempre ha imperado un proceso de elecciones civilizado y tranquilo, por el momento no existen conflictos severos que puedan poner en riesgo la estabilidad de su desarrollo.

Descartó que la Ley Orgánica de la UNAM sufra algunas alteraciones en breve debido a su complejidad; sin embargo en el caso del financiamiento, vaticinó un periodo difícil por los recortes que se advierten debido a factores económicos globales.

Agregó que será necesario hacer una evaluación rigurosa para determinar los programas y sectores donde se puede administrar el presupuesto con más rigor, transparencia y organización sin afectar el funcionamiento general de las universidades.

Durante su presentación expuso que los movimientos estudiantiles de la época de la reforma son los “parteros” de la autonomía universitaria y que, si bien el conflicto de la autonomía universitaria es e muy complejo, se deriva de las relaciones entre una corporación e instancias externas de decisión.

Agregó que los tres aspectos de la autonomía son el de su propio gobierno, el académico y el financiero y que la necesidad de dar dicho carácter a la universidad aparece con más insistencia en Latinoamérica desde finales del siglo XIX y principios del XX.

Destacó que la educación superior está sometida a muchas tensiones debido al impacto de la globalización; y, enfocada en el movimiento estudiantil de 1999, que también coincide con la primera oportunidad de cambio en la hegemonía política del país.

Apatía; Lipovetsky y el individualismo exacerbado

Entre la ronda de comentarios y preguntas al panel, destacó el de una académica quien expresó su inquietud ante la poca participación de los estudiantes en protestas y manifestaciones e hizo alusión al planteamiento del filósofo francés Gilles Lipovetsky sobre el “individualismo exacerbado”.

Éste se caracteriza por la celebración del gozo privado, obsesión por la salud y el cuerpo, el cambio en el paradigma educativo, así como el culto al mercado y a la autonomía, los cuales marcan el “derrumbe de las ideologías modernas”, tales como el nacionalismo o el progreso. La gente ya no está dispuesta a sacrificar el presente en aras de un futuro mejor, como ocurrió marcadamente en el siglo XIX y prácticamente todo el siglo XX.

El individualismo exacerbado ha traído como consecuencia un desencanto generalizado de los ciudadanos en la política electoral, al mismo tiempo que la población empiece a construir otras formas de participación política a través de las nuevas tecnologías de la información.

Olvera Rivera comentó que ante la distensión del activismo y movilización ciudadana no existen fórmulas ni recetas para incentivar a la población a involucrarse en temas que conciernen a la sociedad, “lamentablemente la articulación entre actores, activistas o movimientos se produce al calor de conflictos concretos”.

Aseveró que la apatía en la participación de los veracruzanos en actividades democráticas se explica a raíz de la profunda crisis social y económica que responde en relación a la inacción, “el que haya más crisis no significa que necesariamente vaya a haber mayor reacción social, al contrario en una primera fase conduce a la falta de protesta porque no hay recursos, ni organizacionales, ni financieros, ni de dirección como para poder contestar”.

Añadió que la debilidad de la sociedad civil veracruzana y la falta de activismo se explican precisamente a partir de la profundidad de la crisis que vive el estado, sin embargo dijo, “esto representa el fin de una época en Veracruz”.

Sobre el mismo tema y sobre la de segregación que impera entre los distintas manifestaciones sociales en México Donoso Romo opinó que transformar ese activismo y movilización desarticulada en fuerza conjunta en beneficio de la ciudadanía no es simple puesto que los procesos de aglutinamiento histórico tienen diversas vertientes, y sin embargo remarcó que la unión es decisiva y que es menester generar los canales de inclusión, ya que entre más grande el movimiento, mayor la atención requerida.

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