Washington, 16 jul (PL) El presidente Barack Obama se
convirtió hoy en el primer mandatario estadounidense que recorre una prisión
federal durante su gestión, al visitar el centro correccional El Reno, en el
estado de Oklahoma.
El
recorrido forma parte de la estrategia de la administración a fin de impulsar
una reforma del sistema penal y reducir la abultada población carcelaria en
Estados Unidos.
Obama se
reunió con funcionarios, personal penitenciario y seis delincuentes no
violentos que cumplen sentencias en el lugar, destacó la televisora NBC News.
Estos son
jóvenes que cometieron errores, no tan diferentes de los cometidos por mí o por
ustedes. La diferencia es que no tenían estructuras de apoyo, no les hemos dado
segundas oportunidades ni recursos que les permitan sobrevivir a esos errores,
aseguró el gobernante a periodistas tras reunirse con los reclusos.
Creo que
tenemos una tendencia a pensar que es normal que muchos jóvenes terminen en
nuestro sistema de justicia criminal. No es normal. No es lo que sucede en
otros países, agregó.
Además de
reunirse con funcionarios y reos, el mandatario concedió una entrevista para un
documental que transmitirá el canal HBO sobre sobre las realidades del sistema
de justicia criminal.
La Casa
Blanca busca promover una reforma del sistema judicial y llamar la atención
sobre las injusticias presentes en buena parte del sistema penal
norteamericano.
Hace dos
días, durante la Convención Anual de la Asociación Nacional para el Avance de
la Gente de Color, que sesionó en Filadelfia, el mandatario insistió en
cambiarle el rostro al sistema penitenciario.
En este
sentido, pidió reducir o eliminar las sentencias mínimas obligatorias por
delitos de drogas no violentos, reconsiderar la incomunicación de los presos y
reforzar los programas de capacitación laboral para quienes están tras las
rejas.
Instó a
los estados a restaurar los derechos de los reos para que puedan votar, así
como deshacerse de las leyes que obligan a los empleadores a preguntar por los
antecedentes penales en las solicitudes de trabajo, una práctica que,
reconoció, afecta de manera desproporcionada a las minorías.
También
exhortó al Capitolio a aprobar una ley de reforma de sentencias penales antes
de fines de año.
Estados
Unidos tiene la tasa más alta de encarcelamientos en el mundo, con más de 2,3
millones de personas en prisiones federales, estatales y locales; con algo más
del cuatro por ciento de la población global, la nación norteña cuenta con un
25 por ciento de los presos del orbe.
Obama
quiere que el Congreso lo autorice a ser más flexible en la concesión de
medidas de gracia a presos que hayan cumplido ya diez meses de cárcel por un
delito no violento.
El lunes,
Obama conmutó las sentencias de 46 prisioneros federales por cargos de drogas
no violentos.