DENVER (CNN en Español) — Un pequeño grupo de juerguistas dejó de lado el
tradicional brindis de año nuevo y lo sustituyó por un buen porro de marihuana.
Ocurriço en Colorado, en el Club 64, el primero que permite que se fume esta
sustancia en sus instalaciones de forma legal.
El Club 64 es el primero de su tipo en Colorado después de que en noviembre los votantes aprobaron la enmienda 64, que legaliza la posesión de pequeñas cantidades de marihuana para usos recreativos.
El
club abrió sus puertas en año nuevo a las 16:20 horas –un número simbólico
entre los abogados a favor de la marihuana– para un pequeño pero entusiasta
grupo formado por una docena de personas, todos de alrededor de 21 años. Cada
miembro pagó una membresía de 29 dólares, lo que les permite llevar su propia
hierba y fumarla en el local. Aunque no todos están celebrando esta iniciativa.
Pese
a que el club no vende marihuana, un abogado que prefirió no dar su nombre,
dijo que “el local frustra el intento de la enmienda 64” que exige esperar un
periodo de un año antes de que los negocios puedan abrirse a la marihuana y
venderla. Esa disposición está diseñada para dar suficiente tiempo al estado y
a los gobiernos locales para regular la industria y para disminuir los temores
en la comunidad.
Pese
a las nuevas normas en Colorado y Washington, la ley federal aún prohíbe el uso
recreativo de la marihuana. No está claro si el gobierno federal tratará de
evitar que las leyes locales se pongan en práctica.
El
abogado expresó su preocupación de que los locales de marihuana no regulados en
Colorado puedan generar una mala impresión entre los votantes que apoyaron la
medida.
“No
sólo tenemos una oportunidad sino una responsabilidad de demostrar a Estados
Unidos que esto puede funcionar”.
En
un comunicado cuidadosamente redactado, la directora de abogacía Sí a la
enmienda 64 dijo que aunque el Club 64 no representa riesgo para la comunidad,
sí es un riesgo para avanzar a favor de su causa.
“Podemos
mostrar mejor que la regulación es una forma más segura de acercarse a la
marihuana que prohibirla a través de la creación de una regulación para los
negocios cuidadosa y rápida”, dijo Betty Aldworth.
Quienes
acudieron al Club 64 no estaban muy interesados en asegurarse de conseguir
aprobación para su comportamiento. Sólo querían celebrar su reciente victoria
en las urnas electorales al probar su droga legal preferida.
“Los
votantes de Colorado dijeron que querían que el cannabis fuera legalizado y
queremos a un grupo de adultos que sean capaces de reunirse y ejercer su
derecho constitucional juntos y eso es lo que Club 64 representa”, aseguró el
dueño del local, Rob Corry.
Gabriel
Kinderay, vestido con una gorra naranja de los Broncos de Denver, no perdió
tiempo para llenar con marihuana una pequeña pipa.
“Parece
que hasta ahora éramos el tipo de personas que teníamos que permanecer en
secreto sobre quiénes éramos y cómo vivíamos nuestras vidas”, comentó. “En los
últimos años hemos comenzado a hacerlo más abiertamente, las personas lo han
aceptado y eso es grandioso. Estoy contento de que así sea”.
Club
64 no tiene una dirección permanente por lo que la ubicación para el festejo de
Año Nuevo se dio a conocer sólo a los miembros del mismo. Corry espera que el
club sea un evento mensual que cambiará de dirección en cada ocasión.
El
consumidor de marihuana, Miguel López, espera que la Enmienda 64 y Club 64
sirvan como modelos para otras comunidades.
“Es
una senda a mayor libertad”, aseguró López. “¿Somos realmente libres si todos
los humanos no pueden poseer marihuana? No sólo en Colorado sino como una
campaña de derechos a nivel global. Dejemos que Denver sea un faro de esperanza
y libertad, por una verdadera libertad”.
El
nuevo año podría traer una mayor división entre quienes están a favor del
consumo recreativo de la marihuana y quienes no, mientras el Estado trata de
encontrar cómo reconciliar su nueva ley con las del gobierno federal y los
estigmas en torno a la droga, que según sus defensores, no es peor que el
alcohol.
Corry,
abogado y defensor de la marihuana, rechazó la idea de que el club está
dificultando los esfuerzos para hacer la marihuana más social y legalmente
aceptable.
“Es
mucho más que sólo marihuana, es una lucha por los derechos civiles y el fin de
la prohibición y las luchas por los derechos civiles y la superación de la
opresión no ocurre fácilmente”, dijo Corry.