Escrito
por Jenaro Villamil
Rezago
en Internet y en Telefonía Fija.
El mayor rezago ha sido en materia de
internet y telefonía fija. En su Plan Nacional de Desarrollo, el gobierno de
Calderón se comprometió a tener una meta de 26.5 millones de líneas de
telefonía fija, a ampliar la cobertura de telefonía rural, a incrementar las
redes públicas que prestan servicios de triple play, a llegar a 70
millones de usuarios de internet y a aumentar el acceso a la banda ancha.
Seis años después, la administración de
Calderón terminó justo donde inició. En lugar de “alcanzar un grado de
penetración de internet superior al 60 por ciento” de la población, según el
Plan Nacional de Desarrollo, apenas se llegó al 40 por ciento. De los 70
millones de usuarios de internet, sólo se alcanzó la meta de 40 millones (el 38
por ciento de la población nacional).
En telefonía fija disminuyeron de 26.5
millones a 19.7 millones. Telmex, al sólo dar servicios de doble play (telefonía
e internet) y no de video (televisión restringida) acabó desinvirtiendo en
telefonía fija.
“No hubo diseño de políticas públicas durante
este sexenio porque nunca se plantearon objetivos ni metas realistas. No tuvieron
visión. En un sexenio hubo 3 secretarios de
Comunicaciones y Transportes y 4
subsecretarios de Comunicaciones. No se podía lograr nada así”, advirtió Jorge
Fernando Negrete, director de la consultora Mediatelecom, al abordar la
política de telecomunicaciones de Calderón.
“De una política pública mediocre, el sexenio
de Calderón pasó a una política maniquea en el sector de buenos y malos.
Estableció como objetivo establecer una competencia para Telmex, que sí se
logró en parte, pero olvidó otras áreas”, sentenció Negrete.
Un documento elaborado por un grupo de
especialistas de Mediatelecom, advierte que “el estancamiento” de México en
telecomunicaciones es evidente: en 2008 el país ocupó el lugar 78 en el índice
de desarrollo de tecnologías de la información publicada por la Unión Nacional
de Telecomunicaciones (UIT) y en 2011 ocupó la posición 79.
“Tal situación se atribuye a la ausencia de
políticas públicas que busquen acelerar la digitalización, la creatividad y la
innovación”, subraya el documento público dirigido al nuevo gobierno de Enrique
Peña Nieto.
“El sector careció de un conjunto de
políticas públicas con objetivos, líneas de acción y estrategias precisas.
México no lidera en ningún servicio de telecomunicaciones en América Latina
(telefonía fija, móvil, banda ancha y televisión restringida) y las metas que
se plantearon en 2007 no se cumplieron” enumera el reporte.
El mayor rezago en el país es en materia de
banda ancha. En Brasil y en otros países se demostró que no existe elemento de
transformación social más igualador que el compromiso con la penetración en
banda ancha. En Brasil lograron que millones de niños de las favelas tuvieran
educación digital. Es más barato y eficaz tener educación a distancia
controlada por el gobierno, que crear instalaciones escolares y universitarias.
México tiene una penetración de banda ancha
fija de 11.2 por ciento, menor a la tasa de 11.6 por ciento de Chile, de 13.5
por ciento de Uruguay, de 23.5 por ciento de España o del 28.7 por ciento de
Estados Unidos y del 32 por ciento de Canadá, nuestros dos principales socios
comerciales (Fuente: Dirección de Información Estadística de Mercados,
Cofetel).
Concentración Publicitaria
y Consumo de Medios
Paralelamente, el consumo de medios en México
ha registrado un cambio interesante que no se refleja en la concentración del
mercado publicitario: el 71 por ciento de los recursos se destinan a la
televisión abierta, mientras sólo el 2 por ciento al internet, a pesar de que
en los últimos seis años, el porcentaje de los 108 millones de mexicanos
usuarios de la red creció de 8 a 18 por ciento (Fuente: Vicepresidencia
Corporativa de Comercialización de Grupo Televisa).
Por ejemplo, el porcentaje de consumo de
televisión abierta en México creció entre 2005 y 2010 de 76 a 81 por ciento de
la población. El consumo de televisión restringida se incrementó mucho más:
pasó de 11 a 20 por ciento de la población; el consumo en las 166 estaciones de
radio monitoreadas disminuyó de 50 a 42 por ciento entre 2005 y 2010; la caída
más fuerte también fue en revistas que pasó de 37 por ciento a 29 por ciento de
la población; y el consumo de periódicos, de las 53 empresas monitoreadas,
disminuyó de 19 a 17 por ciento.
Este panorama, así descrito, nos hace prever
para el 2013 una movilización de audiencias que quizá no vayan a la par del
mercado publicitario. Podemos prever lo siguiente:
a) Un crecimiento de las
opciones convergentes en internet, como la televisión online; los sitios online
que han ido desplazando a los periódicos; y un intento de comercialización
mayor.
b) La televisión
restringida crecerá. Es muy probable que del 20 por ciento se eleve al 30 por
ciento del consumo de la población. Quien migra a la televisión de paga (bien
sea por satélite o por cable) difícilmente retornará a la televisión abierta,
cuya pobreza de contenidos es muy grande. El mercado publicitario crecerá en
este segmento, ya que no tiene las restricciones ni la regulación tan fuerte
como existe en televisión abierta.
c) La crisis más severa
será para las estaciones de radio, en especial, las de AM. El proceso de
concentración en los grupos radiofónicos crecerá en este 2013. Las opciones
reales de entretenimiento, información y música seguirán concentradas en 9
grandes grupos radiofónicos.
d) Los medios públicos son
los grandes ausentes dentro de este panorama. A pesar de contar con audiencias
fieles, canales como el Once, el 22, las estaciones del IMER, Radio Educación,
Radio UNAM, TV UNAM o el propio sistema mexiquense de medios públicos, están
peleando por un perfil que intenta imitar a los medios comerciales y por la
falta de recursos presupuestales. Su opción será la especialización de las
audiencias. Buscar a quienes ya han desertado del modelo comercial.
e) Los medios impresos
tendrán un periodo de aletargamiento. El desplazamiento de las audiencias vía online
o convergente seguirá creciendo. En la medida que los mejores contenidos
periodísticos migren hacia internet, en esa medida, paradójicamente, se
reforzarán los medios impresos también. Es algo que aún las grandes empresas no
han entendido a cabalidad.