Ante alto costo de la caña, difícil relanzar a
esta industria en la cogeneración de biocombustibles
Córdoba, Ver.- Ante la crisis azucarera, una de las opciones inmediatas para que el mercado tienda a ordenarse, es combatir el ingreso de fructosa subsidiada desde Estados Unidos, pues esta es una práctica “domping” que no debe permitirse ante el daño causado a esta agroindustria.
En los últimos años, de acuerdo a organizaciones cañeras, ingresaron al mercado de edulcorantes de México, unas 2 millones de toneladas de fructosa, misma cantidad que se desplazó de azúcar de caña, sin embargo, se está incurriendo en una práctica comercial desleal por parte de los importadores.
Federico López Medel, director de Procazucar, sostuvo que la crisis azucarera podrá resolverse en la medida en que se obligue al Gobierno federal a establecer cuotas sancionadoras a la importación de fructosa.
En Estados Unidos, expresó el desarrollador de tecnología para la industria azucarera, el jarabe de maíz se vende en 10.30 pesos y aquí, llega a costarle a los industriales refresqueros a 8.41 pesos, siendo el gran ganador porque a ellos no les baja el precio del refresco con el insumo, como ocurre con el azúcar cuyos costos están hasta 70 por ciento abajo.
López Medel, no obstante, precisó que México se distingue como una industria dinámica en la cogeneración de energía eléctrica, sobresaliendo el ingenio La Constancia, en Tezonapa, así como recientemente Tres Valles, en la población del mismo nombre, siguiéndoles Tala, en Jalisco, entidad en la cual además, se instalará la primera planta en Latinoamérica para producir etanol de lignocelulosa, luego de que en
luego de que en abril próximo concluirá una investigación realizada en conjunto con 11 países, 13 instituciones de Europa y América Latina.
En el caso concreto de Veracruz, expresó el entrevistado, es poco viable el desarrollo de este tipo de inversiones por el alto costo de la materia prima, y de los dividendos por el azúcar y la melaza distribuidos entre los integrantes de la cadena de valor.
Es un problema no sólo de Veracruz sino de México, expresó, pues el precio de la tonelada de caña ronda los 40 dólares mientras en Brasil se obtiene por 30 la tonelada, lo que dificulta el relanzamiento de esta agroindustria desde la cogeneración de biocombustibles.
México, precisó, en tecnología e innovación, se encuentra a la par de Finlandia, Italia, España, Uruguay, Paraguay, Brasil, Costa Rica y Argentina, por ello, se instalará en Jalisco la primera planta de etanol de lignocelulosa, la segunda se ubicará en Brasil.
Córdoba, Ver.- Ante la crisis azucarera, una de las opciones inmediatas para que el mercado tienda a ordenarse, es combatir el ingreso de fructosa subsidiada desde Estados Unidos, pues esta es una práctica “domping” que no debe permitirse ante el daño causado a esta agroindustria.
En los últimos años, de acuerdo a organizaciones cañeras, ingresaron al mercado de edulcorantes de México, unas 2 millones de toneladas de fructosa, misma cantidad que se desplazó de azúcar de caña, sin embargo, se está incurriendo en una práctica comercial desleal por parte de los importadores.
Federico López Medel, director de Procazucar, sostuvo que la crisis azucarera podrá resolverse en la medida en que se obligue al Gobierno federal a establecer cuotas sancionadoras a la importación de fructosa.
En Estados Unidos, expresó el desarrollador de tecnología para la industria azucarera, el jarabe de maíz se vende en 10.30 pesos y aquí, llega a costarle a los industriales refresqueros a 8.41 pesos, siendo el gran ganador porque a ellos no les baja el precio del refresco con el insumo, como ocurre con el azúcar cuyos costos están hasta 70 por ciento abajo.
López Medel, no obstante, precisó que México se distingue como una industria dinámica en la cogeneración de energía eléctrica, sobresaliendo el ingenio La Constancia, en Tezonapa, así como recientemente Tres Valles, en la población del mismo nombre, siguiéndoles Tala, en Jalisco, entidad en la cual además, se instalará la primera planta en Latinoamérica para producir etanol de lignocelulosa, luego de que en
luego de que en abril próximo concluirá una investigación realizada en conjunto con 11 países, 13 instituciones de Europa y América Latina.
En el caso concreto de Veracruz, expresó el entrevistado, es poco viable el desarrollo de este tipo de inversiones por el alto costo de la materia prima, y de los dividendos por el azúcar y la melaza distribuidos entre los integrantes de la cadena de valor.
Es un problema no sólo de Veracruz sino de México, expresó, pues el precio de la tonelada de caña ronda los 40 dólares mientras en Brasil se obtiene por 30 la tonelada, lo que dificulta el relanzamiento de esta agroindustria desde la cogeneración de biocombustibles.
México, precisó, en tecnología e innovación, se encuentra a la par de Finlandia, Italia, España, Uruguay, Paraguay, Brasil, Costa Rica y Argentina, por ello, se instalará en Jalisco la primera planta de etanol de lignocelulosa, la segunda se ubicará en Brasil.