domingo, 6 de enero de 2013

EL MISTERIOSO Y VORAZ DRAGON MART DE CANCÚN (PRIMERA PARTE)

Escrito por Jenaro Villamil

Reportaje publicado en la edición No. 1888 de Proceso


PUERTO MORELOS, Quintana Roo.-A 19 kilómetros de la zona hotelera de Cancún, sobre la llamada “carretera de la muerte” que une a este centro turístico con Tulum, un misterioso terreno denominado El Tucán será el asiento del complejo Dragon Mart, considerado el segundo más grande del mundo, después del construido en 2004 en el emirato árabe de Dubai, el mayor mercado de productos chinos fuera del territorio del país asiático.

Desde una vista aérea, en el predio de 561 hectáreas sólo se observa una plancha que ha sido chapeada y deforestada, en espera de que inicie la construcción de este coloso que ha generado una polémica nacional, a raíz de la oposición de las cámaras empresariales de industriales, como Concamin y Canacintra, grupos defensores del medio ambiente y, en general, los sectores económicos que se sienten amenazados por la llegada del gigante asiático.

La disputa por el proyecto del  Dragon Mart no sólo se trata de la venta y almacenamiento de productos chinos para América Latina. Se ha convertido en un claro enfrentamiento entre empresarios cercanos al presidente Enrique Peña Nieto, como Francisco Funtanet, dirigente de Canacintra, opositor al proyecto, y sus promotores, empresarios vinculados a negocios de la familia de Vicente Fox y apoyados por los mandatarios priistas de Quintana Roo, Félix González Canto y Roberto Borge.

En el fondo, otros especialistas consultados consideran hay una disputa por la apropiación de los recursos naturales y las materias primas en una entidad como Quintana Roo que ha sido saqueada durante décadas, en especial, a partir de la expansión de los centros turísticos como Cancún, Riviera Maya y Tulum. Las inversiones chinas se han caracterizado en Africa, las repúblicas ex soviéticas de Asia Central y en Sudamérica por su interés en la explotación intensiva de materias primas.

“Detrás del Dragon Mart existe también un proyecto de extracción de recursos naturales como son la madera, el material pétreo y quizá la producción de soya transgénica en Quintana Roo”, argumenta Alejandra Serrano, abogada del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA).

Quintana Roo es una de las 7 entidades en las que se autorizó la siembra de soya transgénica, producto considerado nocivo en Europa porque usa fertilizantes que afectan a otras actividades como la apicultura, clave en este territorio.

El vocero y representante legal de la compañía inmobiliaria Real Estate Dragon Mart, Juan Carlos López Rodríguez, ha negado una y otra vez que el proyecto constituya una amenaza para los industriales mexicanos, considera “calumniosas y absurdas” las acusaciones, afirma que el “90 por ciento son accionistas mexicanos” y sólo el 10 por ciento es capital chino, aunque originalmente se habló, en marzo de 2011, de una inversión china mayor al 40 por ciento.

Los vínculos de López Rodríguez son claros con el entorno foxista. Fue señalado como uno de los operadores de Manuel Bibriesca Sahagún cuando tenía el 45 por ciento de las acciones de Logistic Free Trade Zone, empresa creada por el hijo de Marta Sahagún y que se benefició de la privatización de las aduanas mexicanas durante el sexenio foxista.

López Rodríguez representó también a la Suiza Societé General de Surveillance (SGS), que obtuvo en 2005 la operación para el Recinto Fiscalizado Estratégico de San Luis Potosí. Se le acusó de irregularidades entre 8 y 12 millones de dólares por la revisión de productos extranjeros, principalmente chinos, más baratos que los reportados oficialmente (ver Proceso, Nos. 1475, 1470, 1510).

También amenazó a la ambientalista Alejandra Serrano, a quien acusó en una carta dirigida al CEMDA de haber diseñado “una estrategia legal, política y de comunicación tendiente a difamar y desprestigiar” a Dragon Mart.

En vísperas de que el Congreso de la Unión aprobara un punto de acuerdo contra Dragon Mart, López Rodríguez volvió a ofrecer una conferencia de prensa, el 3 de enero pasado. Acusó a los legisladores del PRD, PAN y PRI que apoyaron el punto de acuerdo de ser servir “a intereses económicos creados alrededor de una economía poco competitiva”.

El punto de acuerdo fue promovido por la diputada federal del PRD, Graciela Saldaña Freire, quien pidió la cancelación definitiva del proyecto. La legisladora y ambientalista de Cancún argumentó que “la operación de este clúster implicaría prácticas de dumping y comercio desleal”, así como “severas violaciones a la normatividad local y federal” en materia de desarrollo ambiental y urbano.

En menos de una semana, la propuesta se dictaminó en la Comisión Permanente del Congreso mexicano. El 3 de enero, con el respaldo de todos los partidos políticos, incluyendo el PRI, se aprobó un punto de acuerdo para solicitarle a las instancias federales, estatales y municipales información suficiente sobre los alcances de este proyecto.

En la discusión, el diputado federal Rodrigo González Barrios, advirtió que el proyecto contempla la excavación de 4.5 metros de profundidad en 58 hectáreas, “equivalente a cuatro veces más que la Alameda Central del Distrito Federal”, para extraer 2.6 millones de metros cúbicos de material pétreo.

Incluso, el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, el priista Francisco Arroyo Vieyra, haciendo eco de las críticas y quejas de los productores de calzado de Guanajuato y de los empresarios textileros, expresó su preocupación “por el ingreso de mercancías de oriente que tienen bajo precio”.

Máxima Opacidad

Los legisladores y activistas consultados coincidieron en que no existe información clara de un proyecto que, desde su origen, se ha caracterizado por su opacidad, por la falta de rendición de cuentas y por las versiones contradictorias de sus propios promotores, tanto en el porcentaje real de la inversión china, como en los alcances e impactos ambientales del proyecto.

“Estamos en el limbo en materia de transparencia en Quintana Roo. Nosotros le pedimos a la Secretaría de Medio Ambiente local que convocara a una consulta pública antes de que aprobaran la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), a favor de Dragon Mart. Nos la negaron, argumentando que no teníamos interés jurídico. Es la primera vez que nos niegan una consulta”, afirmó Alejandra Serrano, del CEMDA.

Serrano y la diputada federal Saldaña Freire coincidieron en que la manifestación impacto ambiental debió ser autorizada por la secretaría federal, la Semernat y no sólo por las autoridades locales, ya que estas obras se realizarán frente a una zona federal como es el mar Caribe y afectará el manto freático de la región de Puerto Morelos.

El 28 de septiembre del 2012 el Instituto de Impacto y Riesgo Ambiental de Quintana Roo (INIRAQroo) autorizó la “construcción y operación del Centro Comercial Dragon Mart Cancún y obras asociadas” que ya se presentó como un proyecto de “desarrollo comercial turístico” y no como un proyecto de redistribución de mercancías de origen chino.

El proyecto aprobado incluye la edificación de 3 mil 40 locales comerciales de 25 metros cuadrados cada uno para que los visitantes puedan  “conocer y adquirir mercancías” en un total de 127 mil metros cuadrados; 12 locales comerciales sobre espejos de agua artificiales para cafeterías, restaurantes y tiendas de conveniencia; un total de 20 bodegas de 5,400 metros cuadrados cada una en una superficie total de 5 mil 403 metros cuadrados; la construcción de 722 viviendas de dos niveles, entre 100 y 150 metros cuadrados, para trabajadores de origen chino.

De acuerdo con la autorización, firmada por Juan Pablo Ortega Ceballos, director general del INIRAQroo, sólo el 2 por ciento de las 561 hectáreas serán para áreas verdes, 8 por ciento para reforestar, mientras que el 12 por ciento será para bodegas, 8 por ciento para el centro comercial y 5 por ciento de viviendas.

Un oficio del 19 de diciembre de 2012, dirigido a la diputada Saldaña Fraire y firmado por el subsecretario de Gestión para la Protección Ambiental de la Semernat, Rafael Pacchiano Alamán, advierte que en esta dependencia federal “no se tiene proyecto alguno” bajo el nombre de Dragon Mart Cancún y “tampoco existe alguna solicitud que se hubiese presentado para llevar a cabo cualquier obra y actividad relacionada con el proyecto”.

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