El
presidente Barack Obama recibió en la base aérea Andrews al papa Francisco,
quien inició una histórica gira de seis días a Estados Unidos. Foto Ap
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Por Ap, Afp y Dpa / La Jornada
Washington. El Papa Francisco aterrizó este
martes en Estados Unidos, donde permanecerá hasta el domingo tras pasar cuatro
días en Cuba. Es la primera vez en sus 78 años de vida que el pontífice pisa
suelo estadunidense, donde le espera una apretada agenda en Washington, Nueva
York y Filadelfia.
Francisco
fue recibido hoy en la base de Andrews, junto a Washington, por el presidente,
Barack Obama, la primera dama y sus dos hijas, un gesto poco habitual en
visitas de otros mandatarios.
El avión
de Alitalia aterrizó a las 15:50 horas locales en la base aérea Andrews, en la
periferia de la capital estadunidense, proveniente de Santiago de Cuba. Por la
ventanilla del avión eran exhibidas las banderas del Vaticano y de Estados
Unidos.
Cientos
de personas se dieron cita en la base en una tarde gris y ventosa para dar la
bienvenida al papa a un país que alberga a la cuarta mayor población católica
del mundo.
Estados
Unidos es el décimoquinto país que visita en más de dos años de papado y la
primera gran potencia. Todos los viajes anteriores fueron reflejo del mayor
interés por la periferia del jesuita argentino.
Aunque el
motivo principal del viaje es el Encuentro Mundial de las Familias en
Filadelfia el fin de semana, la visita tendrá un alto contenido político:
Francisco se reunirá mañana con el presidente Obama en la Casa Blanca y el
jueves será el primer Papa que habla ante el Congreso de los Estados Unidos.
Después
tendrá un encuentro con los desfavorecidos que recurren a la ayuda de la
caridad católica, y el domingo en Filadelfia visitará una cárcel.
El
viernes irá a Naciones Unidas para hablar ante la Asamblea General y al barrio
neoyorquino de Harlem para encontrarse con niños e inmigrantes.
Se prevé
que el argentino de 78 años, conocido como El Papa de los Pobres por
oficiar en los barrios marginados en su natal Buenos Aires, exhorte a Estados
Unidos a cuidar más el medioambiente y a los pobres, y que regrese a sus
ideales básicos de libertad religiosa y extienda los brazos a los inmigrantes.
La enorme
popularidad del Papa, su costumbre de acercarse a las multitudes y la
insistencia en usar un jeep descapotado en lugar de un papamóvil a prueba de
balas, han complicado las cosas para las fuerzas policiales estadunidenses, las
cuales han montado uno de los operativos de seguridad más grandes en la
historia del país.
Las
medidas no tienen precedentes para un viaje papal y podrían volver casi
imposible para muchos estadunidenses comunes acercarse a Francisco. Para
alguien que quiera cruzar la ciudad cuando el Papa ande cerca, buena suerte.
Pese a
toda la atención que atraerán los discursos del papa, incluyendo el primer
discurso de un pontífice en el Congreso, serán sus gestos más personales
—reunirse con migrantes, prisioneros e indigentes— los que podrían dar las
imágenes más memorables del viaje.