Las víctimas por el granadazo durante el Grito de Independencia en
Michoacán en 2008 declararon que en 2010 les quitaron el servicio médico y en
2015 suspendieron becas a los niños heridos.
David
Saúl Vela/ Enviado Especial/ El Financiero
MORELIA.- A siete años de los granadazos de 2008 durante
el Grito de Independencia en
la plaza principal de Morelia, Michoacán, la herida sigue abierta, el caso
impune y las víctimas se dicen engañadas y en el olvido.
En entrevista con El Financiero acusaron que desde 2010 les quitaron el servicio médico; a principios de 2015 se suspendió la beca a algunos niños heridos, y las pensiones vitalicias que les prometieron, son “apoyos temporales”. Por si fuera poco les acaban de notificar que el fideicomiso que creó la iniciativa privada para brindarles ayuda ya se quedó sin fondos.
Rita Alvarado Trejo, de 46 años, tiene por delante un panorama aún más desolador. Ella, su esposo, y sus tres hijos, resultaron heridos aquella que fue su primera y última vez que acudieron a dar el Grito de Independencia. El impacto de la granada que les estalló cerca les causó irreversibles heridas y los dejó sin la posibilidad de volver a trabajar. Sus cuerpos tienen profundas cicatrices que a diario les recuerdan aquel hecho que, dicen, les destrozó la vida.
“El 15 de
septiembre me trae puros recuerdos malos, días tristes, un día muy triste para
nosotros”, dice Rita, quien recuerda que estuvo a punto de la muerte.
Rita y su esposo, sin seguro social ni dinero, se vieron obligados a empeñar por 100 mil pesos las escrituras de su casa para poder solventar los gastos de una operación que le tuvieron que hacer a ella por un padecimiento renal derivado de tanto medicamento que tomó para soportar el dolor por las heridas que le dejaron los granadazos.
Me dio un paro-respiratorio del dolor que ya no aguantaba en mí
pie, me tuve que internar en un hospital particular y ahorita tengo empeñadas
las escrituras de mi casa. Al gobierno le pedí apoyo y no me lo ha podido dar
Pero
incluso entre quienes sí reciben apoyo del gobierno existe un vacío. Saben que
los mil 700 pesos que en promedio les dan cada quincena no son suficientes para
aliviar el daño que en su vida les causó este hecho. “Sí me está dando un
apoyo, pero qué más, si estoy como presa sin delito, no ha vuelto a ser mi vida
como antes, jamás, ni la mitad de lo que era. Muy triste, encerrada, así estoy,
como en la cárcel”, dice Belém Zavala.
Esta mujer de 61 años perdió una pierna debido a
que una de las granadas lanzadas por desconocidos estalló cerca de donde ella
estaba la noche de aquel 15 de septiembre, noche que dice, es la más triste de
su vida. “Los 15 de septiembre ya nomás lo miro en la televisión, aquí grito.
Jamás he vuelto, ni ganas, les dije el otro día ‘ya no quiero que naiden de los
mismos vaya’”.
-¿Triste recuerdo?
-Sí, muy triste
-¿Tiene resentimiento contra alguien?
-Contra los que tiraron esa granada, no debieron tirarla estando tanta gente, traiban ellos sus problemas, debieron arreglar en otro lugar y ellos solos, pero ya paso ya que se puede hacer. Yo era persona que andaba por donde quiera, me dieron un buen sentón de a tiro…, dice con resignación.
Ignacio Mendoza, exsubprocurador de Michoacán, aseguró que desde
el inicio del caso hubo una especie de esfuerzo deliberado de las autoridades
federales para desviar las investigaciones de este caso y advirtió que cuanto
más tiempo transcurra, más se amplía la posibilidad de que estos hechos queden
en la impunidad.
“Se van perdiendo muchas evidencias, desafortunadamente es una investigación que puede, sí efectivamente, quedar en la impunidad”, declaró.