Veracruz, Ver.- Firme y tajante, así fue el
padre Alejandro Solalinde Guerra en el tema de la falta de seguridad que existe
en Veracruz y en el país para ejercer la libertad de expresión.
A este
problema se añaden las desapariciones y el sicariato forzado y demás flagelos
que están afectando a los migrantes que se han quedado varados en territorio
mexicano. “Veracruz sigue siendo un centro de sicariato forzado, de
desapariciones de jóvenes; Veracruz es una fábrica de desaparición de
personas”, insistió
“Tal
pareciera que hubiera una total impunidad hacia los periodistas, parece que
nunca nadie le va a poner coto, el gobierno de Peña Nieto es un cómplice de
esta situación, es un estado criminal contra los periodistas y Javier Duarte de
Ochoa es el principal criminal”, afirmó.
El defensor
de los derechos humanos criticó la falta de atención que se ha puesto por parte
del gobierno, la ciudadanía, y de los obispos, que no han hecho nada por los 14
periodistas que han perdido la vida.
“Ante ese
lobo mayor, JDO, la provincia eclesiástica de Veracruz está viendo los lobos
desde la barrera, no hay garantías y la situación se va a empeorar, entre
ustedes saben que están expuestos y de nada sirve la ley de protección a
periodistas”, aseguró.
Solalinde
resaltó el nulo funcionamiento del mecanismo de protección a los periodistas en
la entidad, que no implica ninguna garantía, tal es el caso de Rubén que se fue
y lo alcanzaron en el Distrito Federal donde perdió la vida.
“El
estado siempre va a ser cínico cuando no tiene ética ni moral, son palabras
autocomplacientes, en el lenguaje de las autoridades el país que tenemos es una
maravilla”, dijo.
Más fosas
El rastro
del dolor que dejan las desapariciones se encuentra por toda la entidad,
Solalinde afirmó que continúa reuniendo testimonios de personas que le indican
lugares donde existen fosas clandestinas.
En el
caso de los migrantes, ellos lo saben porque lo vivieron.
“Yo
cuando me entero no me quedo de brazos cruzados, yo investigo y he llegado a
Medias Aguas, Acayucan, Xalapa, Orizaba y Córdoba haciendo investigaciones a
través de los testimonios de víctimas”, dijo.
El
activista acusó a sus compañeros del clero de ocultar este tipo de información,
pero los defendió de la culpa, pues saben que de nada servirá dar a conocer las
ubicaciones si las autoridades limpiarían el lugar antes de darlo a conocer.
“Si hay
alguien que sabe dónde está todo esto son pastores mayores, obispos, y
sacerdotes, cuando platico con ellos confirmo que lo saben, de nada sirve que
lo sepan, le doy la razón que no lo digan, esta gente va a desaparecer
evidencia, y no tenemos esperanza de hacer justicia, mientras haya el PRI-
gobierno, no se hará justicia, pero tenemos la esperanza de que algún día,
gobiernos futuro, a través del ADN puedan saber cuántos y cómo de los que se
sabe”, argumentó.
Solalinde
recordó que Los Zetas fueron los que comenzaron a desaparecer cuerpos con
lagartos, otros en pozos y después en fosas comunes, fue la cadena del horror.
Ahora
continúa con secuestros en el norte de Veracruz o el tráfico de órganos que les
resulta más redituable.
“Mientras
existan gobernadores como Javier Duarte de Ochoa y presidentes como Enrique
Peña Nieto es imposible que se haga justicia”, dijo.
Indicó
que las nuevas rutas para los migrantes están dando más posiblidad para este
tipo de actos.
El
activista afirmó que los migrantes se han quedado en un limbo, no pueden pasar
a Estados Unidos por el fuerte control que hay, pero tampoco pueden volver a
Centroamérica, ya que la situación de inseguridad, violencia y desempleo está
aumentando cada vez más. “Pasan por méxico, les pasa todo lo que ya saben y en
Estados Unidos tampoco los reciben”, dijo.
Además
deben de luchar contra la falta de oportunidades que les ofrece este país,
dejándolos con nulas opciones, por lo que muchos de ellos optan por pedir apoyo
económico en los cruceros y las calles.
“Si para
nuestros jóvenes locales no hay oportunidades pues menos para los
centroamericanos, que para que les puedan dar trabajo regular, necesitan
papeles y no los tienen, nuestros jóvenes tampoco”, dijo.
Solalinde
indicó que sólo el 40 por ciento de los jóvenes profesionistas encuentra
trabajo.