La situación genera
incertidumbre sobre las licitaciones de la ronda uno: Santander
Si el mercado cambiario se mantiene forzado, el
BdeM podría adelantarse a la Fed y elevar su tasa de interés de referencia,
advierte Scotiabank
Muy probable, un repunte inflacionario en 2016
Israel Rodríguez y Juan Antonio
Zúñiga
Periódico La Jornada
Lunes 24 de agosto de 2015, p. 28
Los
mercados de cambios y de valores de México comienzan hoy la semana financiera
más especulativa en más de seis años, con una presión sobre el peso como no se
había observado desde marzo de 2009, y un indicador bursátil en una posición
que no sólo anuló lo avanzado durante 2015, sino que se ubica en un nivel que
implica una caída anual de 7 por ciento y pérdidas anuales por alrededor de 526
millones millones de pesos en el valor de capitalización de las empresas, según
los registros del Banco de México (BdeM).
A la par,
el precio de la mezcla mexicana de petróleo abre este lunes en 36.24 dólares
por barril, cotización 8.69 por ciento menor respecto a la que tuvo del pasado
14 de agosto, que implica 3.45 dólares menos por tonel. Con ello, durante 2015
el precio del barril de la canasta de crudos mexicanos muestra un descenso
acumulado de 20.26 por ciento, equivalente a 9.21 dólares por barril, y un
nivel promedio de 49.10 dólares por barril , 29.90 dólares abajo del precio de
79 dólares previsto en la Ley de Ingresos 2015.
Los
analistas de Grupo Financiero Santander aseguraron que “esta situación genera
incertidumbre sobre los resultados de las siguientes licitaciones de la ronda
uno del sector hidrocarburos, considerando incluso que la primera subasta de
dicha ronda estuvo por debajo de lo esperado (por la Secretaría de Energía y la
Comisión Nacional de Hidrocarburos), y estamos a la espera de la segunda
subasta de la ronda uno, que se realizará el 30 de septiembre”.
Entre
tanto, el índice de precios y cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores
(BMV) cerró las operaciones del pasado viernes 21 de agosto en 42 mil 163.62
puntos, su menor nivel desde el 11 de febrero, el cual implica además la
pérdida total del avance alcanzado durante 2015 e incluso se coloca 2.3 por
ciento debajo del nivel donde se ubicaba al término de 2014.
En
términos anuales la BMV abre con pérdida de 7.7 por ciento en el valor de
capitalización del mercado, equivalente a 526 mil millones de pesos. En la
semana del 17 al 21 de agosto el mercado bursátil mexicano fue el sexto con
peor desempeño en el mundo, con una baja de 6.7 por ciento en su principal
indicador, sólo superado por las bolsas de Corea, Turquía, Argentina, Rusia y
China.
El peso
mexicano, por su parte, abre este lunes en ventanillas de bancos y casas de
cambio en niveles sin precedente en su cotización libre de 17.28 pesos por
dólar, y de 16.7385 pesos en las grandes operaciones interbancarias, luego de
que durante la semana pasada fue una de las monedas de países emergentes con
mayor depreciación (-3.6 por ciento) junto con el peso colombiano (-3.7 por
ciento) y el rublo de Rusia (-6.1 por ciento). Por lo pronto, la Comisión de
Cambios continúa inyectando dólares al mercado y en lo que va del año ya suman
9 mil 302 millones.
En los
más de 22 años desde que entró en vigor la reforma monetaria que eliminó tres
ceros a la denominación de la moneda nacional y entraron en circulación los
llamados nuevos pesos, la moneda nacional delinea una clara tendencia
devaluatoria, asociada a las situaciones críticas de la actividad económica del
país.
Los
nuevos pesos entraron en vigor el primer día de enero de 1993 con una paridad
de 3.12 pesos por dólar bajo el régimen de libre flotación, con el cual llegó a
3.9970 pesos casi 23 meses después, el 21 de diciembre de 1994. Al día
siguiente la paridad pasó a 4.90 pesos, lo que significó una devaluación de
facto de 25 por ciento, que se conoció como el error de diciembre. Aquel
traspié del nuevo peso marcó la pauta a la recesión de 1995.
El 28 de
febrero de 1995 la paridad entre ambas monedas iba en 6 pesos, y el 8 de marzo
de ese año llegó a 7.02 pesos. La devaluación llegó así a 125 por ciento desde
la entrada a escena de la nueva moneda mexicana.
En una
flotación sumergible parecida a la de los submarinos, la moneda mexicana tenía
una relación de 9.07 unidades por dólar el 7 de agosto de 1998, cuando casi un
mes después, el 3 de septiembre, el tipo de cambio inauguró la era de los 10.14
pesos por dólar. Durante una década que duró hasta el 6 de octubre de 2008 la
moneda mexicana fluctuó entre 10 y menos de 12 pesos por divisa estadunidense.
Ese día
la paridad cerró en 11.98 pesos y el siguiente llegó a 12.1450, cuando el mundo
económico trepidaba con los tremores de la crisis de las hipotecas en Estados
Unidos y Europa. Era el preámbulo de la mayor recesión mundial desde 1954,
aquel año en que la paridad saltó de 8 a 12.50 viejos pesos.
El 12 de
noviembre de 2008 el tipo de cambio peso-dólar fue de 13.04 pesos; el 20 de
enero de 2009 se situaba en 14.03; el 27 de febrero en 15.0990 y el 9 de marzo
de aquel año de severa recesión económica el dólar alcanzó un máximo histórico
de 15.4900 pesos, el cual no volvió a superar hasta el primer día de junio de
2015, cuando el tipo de cambio interbancario cerró en 15.4910 pesos. El 21 de
agosto de este año la paridad terminó en 16.9115 pesos y cada día impone un
nuevo máximo histórico.
Los
especialistas del Grupo Financiero Scotiabank alertan que si el mercado
cambiario se mantiene bajo presión en estas próximas semanas, aumentaría la
probabilidad de que el Banco de México se anticipe a la Reserva Federal del
Tesoro de Estados Unidos (Fed) con el aumento en su tasa de interés de
referencia.
Advirtieron
que el serio deterioro del entorno global, aunado a algunos factores internos
desafortunados, ha producido un cambio significativo en las perspectivas para
el tipo de cambio, lo que comenzará a reflejarse con mayor claridad en la
inflación durante los próximos meses.
Para 2016
es altamente probable que se tenga un repunte considerable en la inflación, lo
que a su vez incrementa la probabilidad de que el aumento en las tasas de
interés en México tenga que ser más pronunciado que el que se anticipa ahora.
A su vez,
los especialistas del Grupo Financiero Santander opinaron que los
inversionistas pueden continuar enfrentando una fuerte volatilidad debido
principalmente al proceso de normalización de la política monetaria de la
Reserva Federal de Estados Unidos, que puede traducirse en una creciente
aversión al riesgo. Adicionalmente, esto último puede incluso implicar una
reversión de flujos de inversión a mercados emergentes, luego de los fuertes
flujos de entrada observados durante los últimos seis años.
Los
analistas coincidieron en que las próximas semanas estarán cargadas de eventos
relevantes que tendrán efectos importantes sobre el comportamiento de los
mercados financieros globales y sobre las perspectivas económicas, siendo
previsibles elevados niveles de volatilidad.
En el
ámbito internacional, el evento más importante será la decisión de la Reserva
Federal del Tesoro el 17 de septiembre, que parece inminente: que se anuncie el
primer incremento en su tasa de referencia desde 2006, lo que representará un
cambio de ciclo monetario de consecuencias imprevisibles y que por lo mismo
genera gran inquietud en los mercados globales.