Ginebra.- Arabia Saudita envió a "limpiadores" a Turquía para "borrar" las pruebas del asesinato del periodista Jamal Khashoggi, cuyo cadáver sigue sin aparecer, afirmó este lunes un alto funcionario turco.
Dos hombres, un químico y un especialista en toxicología, llegaron a Estambul el 11 de octubre, nueve días después del asesinato de Khashoggi, que provocó una ola de indignación en el mundo y empañó la imagen de Arabia Saudita y del príncipe heredero Mohamed bin Salmán.
"Creemos que estos dos individuos vinieron a Turquía con el único objetivo de borrar las pruebas del asesinato de Jamal Khashoggi antes de que la policía turca fuera autorizada a registrar las instalaciones", indicó el funcionario turco que pidió mantener el anonimato.
La fuente confirmó una información publicada el lunes por el diario progubernamental turco Sabah que identifica al químico como Ahmed Abdulaziz Alyanobi y al toxicólogo como Jaled Yahya Al Zahrani.
Según el rotativo, ambos abandonaron Turquía el 20 de octubre después de haber visitado regularmente el consulado y la residencia del cónsul saudita en Estambul.
La policía turca no fue autorizada a registrar el consulado hasta el 15 de octubre y la residencia hasta el 17.
"El hecho de que un equipo de limpiadores fuera enviado de Arabia Saudita nueve días después del asesinato sugiere que altos dirigentes sauditas estaban al tanto de la muerte de Khashoggi", declaró el funcionario turco.
Transcurrido un mes desde el asesinato, los hijos del periodista pidieron a las autoridades sauditas que devuelvan el cadáver de su padre.
"Lo único que queremos ahora mismo es enterrarlo (en el cementerio) Al Baqi, en Medina, con el resto de su familia", declaró Salah Khashoggi en una entrevista con la televisión estadounidense CNN difundida el domingo.
"Hablé de eso con las autoridades saudíes y solo espero que ocurra rápido", agregó.
Arabia Saudita promete a la ONU investigación "imparcial"
Arabia Saudita aseguró el lunes en la ONU que la investigación sobre el asesinato de Jamal Khashoggi será "imparcial", tras una nueva serie de críticas internacionales un mes después de la desaparición del periodista.
Esta promesa fue hecha mientras es examinada la situación de los derechos humanos en Arabia Saudita en la sede de la ONU en Ginebra, un trámite ordinario pero que adquiere otra dimensión con el caso Khashoggi, cuyo cuerpo sigue sin hallarse.
Sin embargo, el jefe de la delegación saudita, Bandar Al Aiban, presidente de la Comisión de derechos humanos, apenas dedicó algunos minutos al "fallecimiento del ciudadano Khashoggi", y aseguró que su país "se comprometió a llevar a cabo una investigación imparcial" y que "todas las personas implicadas en este crimen serán encausadas".