domingo, 14 de octubre de 2018

Los asesinos de casos recientes en Ecatepec, Puebla o Veracruz iban a Facebook por sus víctimas


Las redes sociales –y sobre todo Facebook– se han convertido en una herramienta que utilizan algunos criminales para enganchar víctimas. Los casos más recientes de feminicidios, trata y extorsiones involucran este factor. Los presuntos feminicidas de Ecatepec eran activos en redes; lo mismo los estudiantes para secuestrar y asesinar a su compañero de Puebla.

José Flores, Director de Comunicación en R3D (Red en Defensa de los Derechos Digitales), dijo que lo delitos más comunes vinculados con Internet tienen que ver con la suplantación de identidad y fraude.

Indira Cornelio, del Colectivo #SeguridadDigital, comentó que es importante que las medidas básicas de seguridad que normalmente tomamos en el espacio físico se traduzcan también en buenos hábitos de precaución en las desde sociales.

Para los especialistas, la responsabilidad de los ataques siempre es de los agresores y las autoridades deben de castigar los delitos.

Por Sugeyry Gándara
Lizti Sarahí, Jessica Gabriela, José Andrés, Jenny Judith, Nathaly Cartas y Ruth, víctimas que fueron contactadas y monitoreadas en redes sociales por sus agresores. Foto: Especial.

Ciudad de México, 13 de octubre (SinEmbargo).- Los asesinatos de José Andrés, Lizty Sarahí, Jenny Judith y Jessica Gabriela, ocurridos en diferentes estados, tienen un común denominador: las víctimas fueron contactadas, investigadas o monitoreadas por sus asesinos a través de Facebook. Además, en el caso de las mujeres, las tres fueron privadas de la vida para extraer o robar a sus bebés.

Las redes sociales se han convertido en una herramienta que utilizan algunos criminales como parte de su modus operandi.

Indira Cornelio, del Colectivo #SeguridadDigital comentó que ante la violencia que se vive en el país es importante que las medidas básicas de seguridad que normalmente tomamos en el espacio físico se traduzcan también en buenos hábitos de precaución en el mundo digital. Aunque la responsabilidad de los ataques siempre es de los agresores y las autoridades deben de castigar los delitos.

JOSÉ ANDRÉS, ASESINADO POR SUS COMPAÑEROS

José Andrés de Larrañaga Canalizo tenía 20 años de edad. Era originario de Tuxtepec, Oaxaca, y se encontraba en Puebla estudiando en la Universidad de Ciencias y Desarrollo (UDES). El pasado 1 de octubre desapareció y cuatro días después fue localizado en el interior de la cajuela de un auto abandonado en un terreno de Santa María Nenetzintla en el municipio de Acajete. José fue asfixiado.

Las autoridades detuvieron el 5 octubre a tres jóvenes: Abraham, Francisco Arturo y Luis Pablo, éste último llamado “Cabos”. El trío también estudiaba en la UDES. Eran conocidos de la víctima y confesaron el asesinato del universitario.

Abraham y Arturo estaban en el mismo salón de su víctima y Luis Pablo ya cursaba el tercer semestre. Los detenidos declararon que planearon secuestro con un mes de anticipación y se decidieron por José Andrés debido a las fotos de su Facebook. Querían pedir dinero por su recate. También pensaban vender su auto.

–”Ya tenemos un plan, vamos a levantar a alguien”, dijo Luis Pablo.

– “¿A quién?”, preguntó Francisco Arturo.

– “Al ‘güero’, ya tenemos tiempo investigándolo. Sube fotos en Facebook de motos y viajes”, dijo “Cabos”, quien fue compañero de primer y segundo cuatrimestre de José Andrés en la UDES, ubicada en la colonia Volcanes de la capital poblana”.

La conversación fue presentada en una audiencia de cinco horas ante el juez de control la madrugada del pasado miércoles 10 de octubre. Los tres jóvenes fueron vinculados a proceso por el delito de homicidio doloso; los tres ingresaron al penal de San Miguel en la ciudad de Puebla.
El estudiante fue asesinado por compañeros que confesaron que lo eligieron por las fotos que subía a Facebook. Foto: Especial

El caso de José Andrés se suma a varios asesinatos donde las víctimas habrían sido monitoreadas o contactadas en redes sociales.

Hoy en día las herramientas digitales han sido adaptadas por parte de criminales como una de sus estrategias para operar. Pero no solo para planear asesinatos, secuestros sino para múltiples delitos.

José Flores, director de Comunicación en R3D: Red en Defensa de los Derechos Digitales, señala que lo delitos más comunes vinculados con internet tienen que ver con la suplantación de identidad y fraude.

“También hay ocasiones en que los delincuentes utilizan las redes sociales para hacer algún investigación acerca de una víctima ¡potencial. También se han presentado sobre todo en casos de trata, abuso infantil, pedofilia”, señala el experto.

LA FALSA AMIGA QUE LA CONTACTÓ EN FB

Brenda salió el pasado lunes de su casa en la Ciudad de México para ir a una exposición de arte cerca de una estación del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro.

La adolescente, a la que se le cambió el nombre por razones de seguridad, había acordado de verse con una “amiga” de Facebook. No la conocía en persona. Pero ya tenía al menos dos meses que había entablado comunicación con ese perfil que la contactó dentro de un grupo de la red social.

“Jamás la vio en persona ni nada. Únicamente hablaba con ella [el perfil] sobre las cosas que le gustaban. Esa persona pidió que se vieran ahí [en la exposición arte], pero le dijo que no avisara a nadie, pues sólo irían al lugar”, platicó una familiar de la jovencita.

La menor aceptó acudir a la exposición con su ciber-amiga: salió de casa sin avisar a nadie y llegó al sitio acordado. No la encontró. Sin embargo notó que un sujeto la observaba y después la abordó. La jovencita desconfió de inmediato y sin mediar palabra corrió hacia un policía y pedir ayudar para regresar a su casa.

La familia, que ya había notado la atípica ausencia de la menor, inició con la búsqueda; hasta que Brenda regresó a casa y contó lo sucedido.

Ese mismo día, la cuenta que contactó a Brenda fue eliminada.

“El punto es que se ganan su confianza hablando de sus gustos generales, comida, música, cómo les va en la escuela, lo que les gusta hacer”, dice la familiar de la menor.

José Flores, de la organización R3D, señala que es importante sensibilizar a la ciudadanía sobre el cuidado de la información que proporcionan en sus cuentas personales. Promover el cuidado y privacidad de sus datos.

“Sobre todo el tratar de hacer lo menos posible, la posibilidad de caer en engaños, como el fishing que es una práctica en la que el atacante se hace pasar por una entidad bancaria, una empresa o algo más para tratar de pedir información. Estos ataques no son muy sofisticados”, explicó.

FEMINICIDAS EN FACEBOOK

Juan Carlos “N” y Patricia “N”, la presunta pareja feminicida de Ecatepec, utilizaban las redes sociales, principalmente Facebook, para promocionar o vender diversos artículos. Versiones trascendidas en medios de comunicación señalan que por lo menos a una de sus víctimas la contactaron por esa misma red social.

Sus perfiles aparecían en numerosos grupos de compra-venta de artículos en la zona de Jardines de Morelos, en Ecatepec, Estado de México.

Gabriela Espinoza, quien tiene un negocio de telefonía –venta de equipo y reparaciones – en el fraccionamiento Las Américas, en Ecatepec, dijo a SinEmbargo que Juan Carlos participaba con basta frecuencia en los grupos de bazares o venta de artículos en Facebook, en los que ella también es miembro.

Señaló que Juan Carlos también publicaba notas sobre secuestros, desapariciones, feminicidios, y compartía imágenes de armas, como navajas, cuchillos y pistolas.

Incluso, contó Gabriela, debido a esos grupos, Juan Carlos contactó a su negocio vía Facebook para preguntar sobre los precios y la fecha en que podía llevar a reparar dos teléfonos celulares.  Juan Carlos estuvo en su negocio el pasado 1 de octubre.

Gabriela asegura que, pese a que la pareja ya está encarcelada, los vecinos siguen atemorizados porque consideran férreamente que el dúo forma parte de una red, es decir, que no operaban solos. “Nosotros estamos con terror en esta zona”, agregó.
Juan Carlos además seguía páginas de feminicidios para informarse de los casos. Foto;: Especial

EL MODUS OPERANDI

En un contexto donde la violencia feminicida va en aumento, y los niveles de impunidad siguen por encima del 90 por ciento, enganchar a mujeres por medio de las redes sociales con el ofrecimiento de ropa, gratis o a precio bajo, es un modus operandi que se ha repetido en múltiples casos, todos espeluznantes.

María Salguero, creadora del Mapa de Feminicidios en México, comentó en entrevista con Sin Embargo que en la mayoría de los casos que ella ha documentado sobre mujeres desaparecidas y asesinadas para robar a sus hijos (ya sea embarazadas o con bebés recién nacidos), a las víctimas les prometieron ropa y a algunas las contactaron por redes sociales.

“Hay un patrón, en esos casos, de que los agresores les ofrecían ropa o cosas para el bebé”, dijo.

La Red por los Derechos de la Infancia en México destacó en un comunicado de prensa que las instancias del Estado de México tienen por obligación prevenir, atender y brindar acceso a la justicia a las víctimas, sin embargo, es la entidad donde ocurre el mayor número de homicidios en contra de niñas y mujeres adolescentes.

“México continúa siendo un país profundamente machista, que carece de políticas públicas para superar las desigualdades entre mujeres y hombres; haciendo imposible el acceso a seguridad, justicia, superación de la pobreza, entre otras. Ejemplo de ello es la negativa sistemática para activar las Alertas de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM), la falta de voluntad política y presupuesto para su efectiva operación, sin considerar la urgencia de ofrecer respuestas reales que brinden seguridad a mujeres, niñas y adolescentes. Tristemente la institucionalización de la violencia machista continúa siendo garantía de impunidad, lo que incrementa delitos como la violación y el abuso sexual, desaparición, feminicidios, entre otros” advirtió la organización en un boletín de prensa.

ALGUNOS CASOS

A lo largo de todo el país se han presentado historias de personas víctimas de asesinato que fueron enganchadas por las redes sociales.

El caso de Jessica Gabriela Hernández, de 20 años, fue el primero que se difundió en el presente año. La joven desapareció el 27 de marzo de 2018.

Cynthia “N” y Omar “N” fueron detenidos como los presuntos responsables.  Ellos contactaron a la víctima, que tenía 8 meses de embarazo, por Facebook. La invitaron a su casa, en la colonia Nuevo Progreso, en Tamaulipas, ofreciéndole ropa nueva para su bebé. Y la mataron.

De acuerdo con sus propias declaraciones, los agresores habrían utilizado un cuchillo de cocina para abrir, aun cuando estaba consciente, a la joven.

El cadáver de Jessica fue encontrado después de que Cynthia “N” llegó al hospital con el bebé muerto con la esperanza de que los doctores lo revivieran. La Fiscalía estatal informó que los médicos pronto descubrieron que esa mujer no era la madre.
El caso de Jessica Gabriela conmocionó a Tamaulipas. Foto: Especial

El segundo feminicidio, muy similar al de Jessica, es el de Jenny Judith Seba Velasco, de 22 años, desaparecida el 5 de abril. La joven había comprado toallas húmedas, jabón para recién nacido, zapatos, juguetes y cosas para recibir a su hijo, detalló el diario local BlogExpediente.

También la asesinaron. También la contactaron por redes sociales. El cuerpo de la joven, quien era el sustento de dos viejitos, fue abandonado en un paraje del rancho Santa Rita en Alvarado, en la entidad gobernada por Miguel Ángel Yunes Linares.

Litzi Sarahí, de 16 años, desapareció el sábado 28 de julio de 2018 junto a su bebé, de 3 meses, en Zacatecas. La joven fue contactada por Facebook y le ofrecieron ropa gratis. Ese día salió de su casa y ya no se supo más de ella.

Dos días después encontraron al bebé con vida en un parque en el estado de Aguascalientes. El 31 de julio, Lizti Sarahí fue localizada sin vida el municipio de Genaro Codina, en Zacatecas.
Lizty desapareció con su bebé en Zacatecas. Foto: Especial
Sin embargo, este modo de operar no es nuevo. No tiene un mes, ni siquiera un año. Este estilo de operar se ha presentado desde hacer varios años, y no sólo en Estado de México, sino diferentes puntos de la república.

Nathaly Cartas de León, de 20 años, tenía ocho meses de embarazo y estaba desesperada por obtener un empleo o ayuda económica para juntar los 2 mil pesos con lo que cubriría los gastos de su parto en Reynosa, Tamaulipas. La joven publicó en Facebook su situación en aquel diciembre 2014.

Rocío, una chica de 17 años, contactó a Nathaly, le prometió ayuda y la citó en el centro Comercial de Soriana. De ahí, con engaños, la llevó a una casa que rentaba en la colonia Santa Fe.

La golpeó y la apuñaló cinco veces en el cuello. Después tomó un cuchillo, le realizó un corte horizontal en el vientre para extraerle al bebé y posteriormente tiró el cuerpo de la madre en un llano.

El cadáver de Nathaly fue localizado el 19 de diciembre, el mismo día del asesinato. Rocío fue capturada horas después, pues llevó al bebé a un hospital donde argumentó que era de ella, según recogió la prensa local en esos días.
Nathaly Cartas de León, de 20 años fue asesinada en el 2014. Foto: Especial
Francia Ruth Ibarra Ramírez tenía de 26 años de edad cuando desapareció, el pasado 3 de diciembre de 2016. El 19 de diciembre de ese año, la Procuraduría General de Justicia del Estado de Guanajuato informó de la detención de Emmanuel, quien  había contactado a la joven por medio de una red social llamada Tinder.

En la azotea del departamento de Emmanuel encontraron restos de la joven y tambos con ácido, donde la disolvió.

Syama Sakhi Paz Lemus, desapareció el 27 de octubre de 2014. La joven, al igual que los demás casos también fue enganchada por Facebook. La secuestraron por 17 meses. El 27 de octubre de 2014 fue localizada con vida, luego de que logró escapar de su captor, que en todo ese tiempo la agredió de diferentes formas.

LAS RECOMENDACIONES

Indira Cornelio del Colectivo #SeguridadDigital destacó que debido a la violencia del país los ciudadanos han tenido que aprender a tomar ciertas precauciones en el espacio físico y vivir con ellas; sin embargo esta cultura aún no está generalizada en el ámbito digital.

“A lo mejor antes no ponías tres chapas en tu casa u otras medidas de seguridad, que lamentablemente ahora ya son medidas que se hacen en lo cotidiano porque así de lamentable es la situación que vivimos de inseguridad. De esa misma manera, ¿cuáles son las tres chapas que tendríamos que poner en nuestras redes sociales?, porque vivimos en la sociedad en la que hay muchas amenazas y la idea no es tampoco dejar de usar redes, sino aprender a tener un espacio seguro dentro de estas plataformas”, ejemplificó la experta.

No obstante, Cornelio enfatizó que aunque hay que tomar precauciones, eso no significa que el cuidado recae sólo en las mujeres o ciudadanos y que si se dan recomendaciones de seguridad tampoco se debe de pensar que con esas medidas ya te salvaran de todo. La responsabilidad de los ataques siempre será de los agresores y jamás de las víctimas.

La activista recalcó que es necesario que los delitos sean castigados, “no solo por la vía judicial, sino también voltear a ver lo que está pasando en la sociedad y ver cuáles son las razones por las que hay tanta violencia”.
José Flores e Indira Cornelio compartieron una serie de consejos a la ciudadanía para manejar sus redes sociales.

Flores sugiere, primero que nada, no confiar en personas desconocidas que hagan contacto por redes sociales, aunque estén en un grupo de Facebook, WhatsApp, y otra red social compartido.

“Una primera buena medida de precaución es el escepticismo de quien está contactando. Han ocurrido muchos casos de fraude, por ejemplo, que tienen que ver con promesas de regalos, trabajos sencillos, premios. Hay que ser escépticos. No caer en trampas”, dijo.

Ambos  especialistas recomiendan explorar, revisar y utilizar las herramientas de configuración de privacidad.

Proteger a quién y dónde dejamos nuestros datos personales y no conectarse ni trasmitir información través de redes inalámbricas abiertas, son otros consejos en los que  coincidieron los especialistas.

José Flores pone especial énfasis en que es importante no dar a conocer ciertos patrones de conducta: “si van todos los días al mismo café, no poner esa información o que no se note.

La privacidad es un derecho colectivo y se ejerce en colectivo, comentó el infoactivista. “Si tú eres prudente, habla con tus amigos y pide que también sean mesurados en la información que comparten”.

“También hay que hablar con las personas que nos rodean y pedirles que no nos etiqueten. Porque tú puedes ser muy prudente en tu información pero si saliste el jueves por la noche y alguien te etiquetó en una foto o publicó que está contigo, pues ahí ya se está dejando un rastro sobre tu vida que no quieres”, explicó el experto.

También recomiendan preguntar a tus conocidos antes de compartir su número telefónico: “Decirle a alguien que no pase tu número de celular a todas las personas”.

En el caso de los hijos, el especialista dijo que lo mejor que pueden hacer los padres y madres es tener comunicación e informar a los hijos sobre riesgos que hay en compartir información delicada en sus redes de manera abierta.

“La solución está en hablar y educar. Primero los padres y madres necesitan investigar y sensibilizarse más en torno a cuestiones de privacidad para poder después bajarlo con los hijos”, puntualizó.

–Con información de Periódico Central

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