Las redes sociales –y sobre todo Facebook– se
han convertido en una herramienta que utilizan algunos criminales para
enganchar víctimas. Los casos más recientes de feminicidios, trata y extorsiones
involucran este factor. Los presuntos feminicidas de Ecatepec eran activos en
redes; lo mismo los estudiantes para secuestrar y asesinar a su compañero de
Puebla.
José Flores, Director de Comunicación en R3D
(Red en Defensa de los Derechos Digitales), dijo que lo delitos más comunes
vinculados con Internet tienen que ver con la suplantación de identidad y
fraude.
Indira Cornelio, del Colectivo
#SeguridadDigital, comentó que es importante que las medidas básicas de
seguridad que normalmente tomamos en el espacio físico se traduzcan también en
buenos hábitos de precaución en las desde sociales.
Para los especialistas, la responsabilidad de
los ataques siempre es de los agresores y las autoridades deben de castigar los
delitos.
Por Sugeyry Gándara
Lizti Sarahí, Jessica Gabriela, José Andrés, Jenny Judith, Nathaly Cartas y Ruth, víctimas que fueron contactadas y monitoreadas en redes sociales por sus agresores. Foto: Especial. |
Ciudad de México, 13 de octubre (SinEmbargo).- Los asesinatos de José Andrés,
Lizty Sarahí, Jenny Judith y Jessica Gabriela, ocurridos en diferentes estados,
tienen un común denominador: las víctimas fueron contactadas, investigadas o
monitoreadas por sus asesinos a través de Facebook. Además, en el caso de las
mujeres, las tres fueron privadas de la vida para extraer o robar a sus bebés.
Las redes
sociales se han convertido en una herramienta que utilizan algunos criminales
como parte de su modus operandi.
Indira
Cornelio, del Colectivo #SeguridadDigital comentó que ante la violencia que se
vive en el país es importante que las medidas básicas de seguridad que
normalmente tomamos en el espacio físico se traduzcan también en buenos hábitos
de precaución en el mundo digital. Aunque la responsabilidad de los ataques
siempre es de los agresores y las autoridades deben de castigar los delitos.
JOSÉ ANDRÉS, ASESINADO POR SUS COMPAÑEROS
José Andrés
de Larrañaga Canalizo tenía 20 años de edad. Era originario de Tuxtepec,
Oaxaca, y se encontraba en Puebla estudiando en la Universidad de Ciencias y
Desarrollo (UDES). El pasado 1 de octubre desapareció y cuatro días después fue
localizado en el interior de la cajuela de un auto abandonado en un terreno de
Santa María Nenetzintla en el municipio de Acajete. José fue asfixiado.
Las
autoridades detuvieron el 5 octubre a tres jóvenes: Abraham, Francisco Arturo y
Luis Pablo, éste último llamado “Cabos”. El trío también estudiaba en la UDES.
Eran conocidos de la víctima y confesaron el asesinato del universitario.
Abraham y
Arturo estaban en el mismo salón de su víctima y Luis Pablo ya cursaba el
tercer semestre. Los detenidos declararon que planearon secuestro con un mes de
anticipación y se decidieron por José Andrés debido a las fotos de su Facebook.
Querían pedir dinero por su recate. También pensaban vender su auto.
–”Ya
tenemos un plan, vamos a levantar a alguien”, dijo Luis Pablo.
– “¿A
quién?”, preguntó Francisco Arturo.
– “Al
‘güero’, ya tenemos tiempo investigándolo. Sube fotos en Facebook de motos y
viajes”, dijo “Cabos”, quien fue compañero de primer y segundo cuatrimestre de
José Andrés en la UDES, ubicada en la colonia Volcanes de la capital poblana”.
La
conversación fue presentada en una audiencia de cinco horas ante el juez de
control la madrugada del pasado miércoles 10 de octubre. Los tres jóvenes
fueron vinculados a proceso por el delito de homicidio doloso; los tres
ingresaron al penal de San Miguel en la ciudad de Puebla.
El estudiante fue asesinado por compañeros que confesaron que lo eligieron por las fotos que subía a Facebook. Foto: Especial |
El caso de
José Andrés se suma a varios asesinatos donde las víctimas habrían sido
monitoreadas o contactadas en redes sociales.
Hoy en día
las herramientas digitales han sido adaptadas por parte de criminales como una
de sus estrategias para operar. Pero no solo para planear asesinatos,
secuestros sino para múltiples delitos.
José
Flores, director de Comunicación en R3D: Red en Defensa de los Derechos
Digitales, señala que lo delitos más comunes vinculados con internet tienen que
ver con la suplantación de identidad y fraude.
“También
hay ocasiones en que los delincuentes utilizan las redes sociales para hacer
algún investigación acerca de una víctima ¡potencial. También se han presentado
sobre todo en casos de trata, abuso infantil, pedofilia”, señala el experto.
LA FALSA AMIGA QUE LA CONTACTÓ EN FB
Brenda
salió el pasado lunes de su casa en la Ciudad de México para ir a una exposición
de arte cerca de una estación del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro.
La
adolescente, a la que se le cambió el nombre por razones de seguridad, había
acordado de verse con una “amiga” de Facebook. No la conocía en persona. Pero
ya tenía al menos dos meses que había entablado comunicación con ese perfil que
la contactó dentro de un grupo de la red social.
“Jamás la
vio en persona ni nada. Únicamente hablaba con ella [el perfil] sobre las cosas
que le gustaban. Esa persona pidió que se vieran ahí [en la exposición arte],
pero le dijo que no avisara a nadie, pues sólo irían al lugar”, platicó una
familiar de la jovencita.
La menor
aceptó acudir a la exposición con su ciber-amiga: salió de casa sin avisar a
nadie y llegó al sitio acordado. No la encontró. Sin embargo notó que un sujeto
la observaba y después la abordó. La jovencita desconfió de inmediato y sin
mediar palabra corrió hacia un policía y pedir ayudar para regresar a su casa.
La familia,
que ya había notado la atípica ausencia de la menor, inició con la búsqueda;
hasta que Brenda regresó a casa y contó lo sucedido.
Ese mismo
día, la cuenta que contactó a Brenda fue eliminada.
“El punto
es que se ganan su confianza hablando de sus gustos generales, comida, música,
cómo les va en la escuela, lo que les gusta hacer”, dice la familiar de la
menor.
José
Flores, de la organización R3D, señala que es importante sensibilizar a la ciudadanía
sobre el cuidado de la información que proporcionan en sus cuentas personales.
Promover el cuidado y privacidad de sus datos.
“Sobre todo
el tratar de hacer lo menos posible, la posibilidad de caer en engaños, como el
fishing que es una práctica en la que el atacante se hace pasar por una entidad
bancaria, una empresa o algo más para tratar de pedir información. Estos
ataques no son muy sofisticados”, explicó.
FEMINICIDAS EN FACEBOOK
Juan Carlos
“N” y Patricia “N”, la presunta pareja feminicida de Ecatepec, utilizaban las
redes sociales, principalmente Facebook, para promocionar o vender diversos
artículos. Versiones trascendidas en medios de comunicación señalan que por lo
menos a una de sus víctimas la contactaron por esa misma red social.
Sus
perfiles aparecían en numerosos grupos de compra-venta de artículos en la zona
de Jardines de Morelos, en Ecatepec, Estado de México.
Gabriela
Espinoza, quien tiene un negocio de telefonía –venta de equipo y reparaciones –
en el fraccionamiento Las Américas, en Ecatepec, dijo a SinEmbargo que Juan
Carlos participaba con basta frecuencia en los grupos de bazares o venta de
artículos en Facebook, en los que ella también es miembro.
Señaló que
Juan Carlos también publicaba notas sobre secuestros, desapariciones,
feminicidios, y compartía imágenes de armas, como navajas, cuchillos y
pistolas.
Incluso,
contó Gabriela, debido a esos grupos, Juan Carlos contactó a su negocio vía
Facebook para preguntar sobre los precios y la fecha en que podía llevar a
reparar dos teléfonos celulares. Juan
Carlos estuvo en su negocio el pasado 1 de octubre.
Gabriela
asegura que, pese a que la pareja ya está encarcelada, los vecinos siguen
atemorizados porque consideran férreamente que el dúo forma parte de una red,
es decir, que no operaban solos. “Nosotros estamos con terror en esta zona”,
agregó.
Juan Carlos además seguía páginas de feminicidios para informarse de los casos. Foto;: Especial |
EL MODUS OPERANDI
En un
contexto donde la violencia feminicida va en aumento, y los niveles de
impunidad siguen por encima del 90 por ciento, enganchar a mujeres por medio de
las redes sociales con el ofrecimiento de ropa, gratis o a precio bajo, es un
modus operandi que se ha repetido en múltiples casos, todos espeluznantes.
María
Salguero, creadora del Mapa de Feminicidios en México, comentó en entrevista
con Sin Embargo que en la mayoría de los casos que ella ha documentado sobre
mujeres desaparecidas y asesinadas para robar a sus hijos (ya sea embarazadas o
con bebés recién nacidos), a las víctimas les prometieron ropa y a algunas las
contactaron por redes sociales.
“Hay un
patrón, en esos casos, de que los agresores les ofrecían ropa o cosas para el
bebé”, dijo.
La Red por
los Derechos de la Infancia en México destacó en un comunicado de prensa que
las instancias del Estado de México tienen por obligación prevenir, atender y
brindar acceso a la justicia a las víctimas, sin embargo, es la entidad donde
ocurre el mayor número de homicidios en contra de niñas y mujeres adolescentes.
“México
continúa siendo un país profundamente machista, que carece de políticas
públicas para superar las desigualdades entre mujeres y hombres; haciendo
imposible el acceso a seguridad, justicia, superación de la pobreza, entre
otras. Ejemplo de ello es la negativa sistemática para activar las Alertas de
Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM), la falta de voluntad política y
presupuesto para su efectiva operación, sin considerar la urgencia de ofrecer
respuestas reales que brinden seguridad a mujeres, niñas y adolescentes.
Tristemente la institucionalización de la violencia machista continúa siendo
garantía de impunidad, lo que incrementa delitos como la violación y el abuso sexual,
desaparición, feminicidios, entre otros” advirtió la organización en un boletín
de prensa.
ALGUNOS CASOS
A lo largo
de todo el país se han presentado historias de personas víctimas de asesinato
que fueron enganchadas por las redes sociales.
El caso de
Jessica Gabriela Hernández, de 20 años, fue el primero que se difundió en el
presente año. La joven desapareció el 27 de marzo de 2018.
Cynthia “N”
y Omar “N” fueron detenidos como los presuntos responsables. Ellos contactaron a la víctima, que tenía 8
meses de embarazo, por Facebook. La invitaron a su casa, en la colonia Nuevo
Progreso, en Tamaulipas, ofreciéndole ropa nueva para su bebé. Y la mataron.
De acuerdo
con sus propias declaraciones, los agresores habrían utilizado un cuchillo de
cocina para abrir, aun cuando estaba consciente, a la joven.
El cadáver
de Jessica fue encontrado después de que Cynthia “N” llegó al hospital con el
bebé muerto con la esperanza de que los doctores lo revivieran. La Fiscalía
estatal informó que los médicos pronto descubrieron que esa mujer no era la
madre.
El caso de Jessica Gabriela conmocionó a Tamaulipas. Foto: Especial |
El segundo
feminicidio, muy similar al de Jessica, es el de Jenny Judith Seba Velasco, de
22 años, desaparecida el 5 de abril. La joven había comprado toallas húmedas,
jabón para recién nacido, zapatos, juguetes y cosas para recibir a su hijo,
detalló el diario local BlogExpediente.
También la
asesinaron. También la contactaron por redes sociales. El cuerpo de la joven,
quien era el sustento de dos viejitos, fue abandonado en un paraje del rancho
Santa Rita en Alvarado, en la entidad gobernada por Miguel Ángel Yunes Linares.
Litzi
Sarahí, de 16 años, desapareció el sábado 28 de julio de 2018 junto a su bebé,
de 3 meses, en Zacatecas. La joven fue contactada por Facebook y le ofrecieron
ropa gratis. Ese día salió de su casa y ya no se supo más de ella.
Dos días
después encontraron al bebé con vida en un parque en el estado de
Aguascalientes. El 31 de julio, Lizti Sarahí fue localizada sin vida el
municipio de Genaro Codina, en Zacatecas.
Lizty desapareció con su bebé en Zacatecas. Foto: Especial |
Sin
embargo, este modo de operar no es nuevo. No tiene un mes, ni siquiera un año.
Este estilo de operar se ha presentado desde hacer varios años, y no sólo en
Estado de México, sino diferentes puntos de la república.
Nathaly
Cartas de León, de 20 años, tenía ocho meses de embarazo y estaba desesperada
por obtener un empleo o ayuda económica para juntar los 2 mil pesos con lo que
cubriría los gastos de su parto en Reynosa, Tamaulipas. La joven publicó en
Facebook su situación en aquel diciembre 2014.
Rocío, una
chica de 17 años, contactó a Nathaly, le prometió ayuda y la citó en el centro
Comercial de Soriana. De ahí, con engaños, la llevó a una casa que rentaba en
la colonia Santa Fe.
La golpeó y
la apuñaló cinco veces en el cuello. Después tomó un cuchillo, le realizó un
corte horizontal en el vientre para extraerle al bebé y posteriormente tiró el
cuerpo de la madre en un llano.
El cadáver
de Nathaly fue localizado el 19 de diciembre, el mismo día del asesinato. Rocío
fue capturada horas después, pues llevó al bebé a un hospital donde argumentó
que era de ella, según recogió la prensa local en esos días.
Nathaly Cartas de León, de 20 años fue asesinada en el 2014. Foto: Especial |
Francia Ruth
Ibarra Ramírez tenía de 26 años de edad cuando desapareció, el pasado 3 de
diciembre de 2016. El 19 de diciembre de ese año, la Procuraduría General de
Justicia del Estado de Guanajuato informó de la detención de Emmanuel, quien había contactado a la joven por medio de una
red social llamada Tinder.
En la
azotea del departamento de Emmanuel encontraron restos de la joven y tambos con
ácido, donde la disolvió.
Syama Sakhi
Paz Lemus, desapareció el 27 de octubre de 2014. La joven, al igual que los
demás casos también fue enganchada por Facebook. La secuestraron por 17 meses.
El 27 de octubre de 2014 fue localizada con vida, luego de que logró escapar de
su captor, que en todo ese tiempo la agredió de diferentes formas.
LAS RECOMENDACIONES
Indira
Cornelio del Colectivo #SeguridadDigital destacó que debido a la violencia del
país los ciudadanos han tenido que aprender a tomar ciertas precauciones en el
espacio físico y vivir con ellas; sin embargo esta cultura aún no está
generalizada en el ámbito digital.
“A lo mejor
antes no ponías tres chapas en tu casa u otras medidas de seguridad, que
lamentablemente ahora ya son medidas que se hacen en lo cotidiano porque así de
lamentable es la situación que vivimos de inseguridad. De esa misma manera,
¿cuáles son las tres chapas que tendríamos que poner en nuestras redes
sociales?, porque vivimos en la sociedad en la que hay muchas amenazas y la
idea no es tampoco dejar de usar redes, sino aprender a tener un espacio seguro
dentro de estas plataformas”, ejemplificó la experta.
No
obstante, Cornelio enfatizó que aunque hay que tomar precauciones, eso no
significa que el cuidado recae sólo en las mujeres o ciudadanos y que si se dan
recomendaciones de seguridad tampoco se debe de pensar que con esas medidas ya
te salvaran de todo. La responsabilidad de los ataques siempre será de los
agresores y jamás de las víctimas.
La
activista recalcó que es necesario que los delitos sean castigados, “no solo
por la vía judicial, sino también voltear a ver lo que está pasando en la
sociedad y ver cuáles son las razones por las que hay tanta violencia”.
José Flores
e Indira Cornelio compartieron una serie de consejos a la ciudadanía para
manejar sus redes sociales.
Flores
sugiere, primero que nada, no confiar en personas desconocidas que hagan
contacto por redes sociales, aunque estén en un grupo de Facebook, WhatsApp, y
otra red social compartido.
“Una
primera buena medida de precaución es el escepticismo de quien está
contactando. Han ocurrido muchos casos de fraude, por ejemplo, que tienen que
ver con promesas de regalos, trabajos sencillos, premios. Hay que ser
escépticos. No caer en trampas”, dijo.
Ambos especialistas recomiendan explorar, revisar y
utilizar las herramientas de configuración de privacidad.
Proteger a
quién y dónde dejamos nuestros datos personales y no conectarse ni trasmitir
información través de redes inalámbricas abiertas, son otros consejos en los
que coincidieron los especialistas.
José Flores
pone especial énfasis en que es importante no dar a conocer ciertos patrones de
conducta: “si van todos los días al mismo café, no poner esa información o que
no se note.
La
privacidad es un derecho colectivo y se ejerce en colectivo, comentó el infoactivista.
“Si tú eres prudente, habla con tus amigos y pide que también sean mesurados en
la información que comparten”.
“También
hay que hablar con las personas que nos rodean y pedirles que no nos etiqueten.
Porque tú puedes ser muy prudente en tu información pero si saliste el jueves
por la noche y alguien te etiquetó en una foto o publicó que está contigo, pues
ahí ya se está dejando un rastro sobre tu vida que no quieres”, explicó el
experto.
También
recomiendan preguntar a tus conocidos antes de compartir su número telefónico:
“Decirle a alguien que no pase tu número de celular a todas las personas”.
En el caso
de los hijos, el especialista dijo que lo mejor que pueden hacer los padres y
madres es tener comunicación e informar a los hijos sobre riesgos que hay en
compartir información delicada en sus redes de manera abierta.
“La
solución está en hablar y educar. Primero los padres y madres necesitan
investigar y sensibilizarse más en torno a cuestiones de privacidad para poder
después bajarlo con los hijos”, puntualizó.
–Con
información de Periódico Central