Rúbrica
Por Aurelio Contreras Moreno
Acorralado, el presidente municipal de Xalapa,
Hipólito Rodríguez Herrero, tuvo que aceptar la “ayuda” que le ofreció el
gobernador Miguel Ángel Yunes Linares para desactivar la crisis de recolección
y disposición de la basura generada en la capital de Veracruz
Y la “salomónica” decisión fue ¡reabrir el
relleno sanitario que el mismo gobierno estatal clausuró la semana pasada! Pareciera
un tanto esquizofrénico, pero tiene una perversa lógica política, inserta en el
estilo de quien el veterano comunicador institucional Raúl Torres Jiménez llamó
el “bombero incendiario”, porque provoca incendios para luego apagarlos él
mismo y hacerse el héroe.
Más allá de la perversidad de a quien le tiene
sin cuidado poner en jaque a una ciudad entera con tal de someter a aquel que
considera un adversario, el tema del manejo de la basura en Xalapa tiene una
larga historia de corruptelas a su alrededor, que datan desde principios de la
década pasada.
Fue siendo presidente municipal de Xalapa
Reynaldo Escobar Pérez que la empresa Proactiva –en la que desde ese entonces
se sospechaba que el también ex secretario de Gobierno fidelista y ex
procurador duartista tendría intereses económicos- recibió del Ayuntamiento la
primera concesión para brindar el servicio de disposición de residuos a la
capital veracruzana. Y durante los años siguientes, en varias ocasiones,
enfrentó señalamientos y denuncias por contaminar los mantos freáticos, los
arroyos y los terrenos aledaños.
Todos los gobiernos municipales que se sucedieron
estuvieron al tanto de las irregularidades en las que incurría la empresa
concesionaria, a la cual se le acusaba de darle a los desechos no el tratamiento
propio de un relleno sanitario, sino el de un simple basurero a cielo abierto,
lo que tuvo como consecuencia la contaminación de toda esa zona.
Ningún alcalde hizo nada. Ni David Velasco
Chedraui, ni Elizabeth Morales García ni Américo Zúñiga Martínez. Vaya, ni
siquiera el hoy senador de Morena, Ricardo Ahued Bardahuil, quien ahora se
rasga las vestiduras “lamentando” lo que pasa en Xalapa, aunque en su momento
tuvo la posibilidad de actuar. Pero por el contrario, las acciones de todos los
ediles fueron para favorecer a la empresa, a la que le construyeron
infraestructura cuando que era su responsabilidad edificarla e instalarla.
El año pasado, el gobierno de Américo Zúñiga
aprobó extenderle la concesión por otros 15 años a Proactiva, que en 2015 fue
adquirida por el empresario Fernando Chico Pardo, un magnate que tiene
negocios, entre otros, con socios como Carlos Slim Helú, lo que le ha permitido
que tanto gobiernos como legislaturas sean laxos con irregularidades como las
que se le achacan a Proactiva, y que no son exclusivas de su concesión en
Xalapa. En el estado de Chiapas también enfrenta demandas y procesos judiciales
por los mismos motivos.
Evidentemente, lo que hay de fondo en este caso
es muchísimo dinero. Se estima que la ampliación de la concesión le
significaría a Proactiva ganancias de más de 350 millones de pesos, lo que de
inmediato levanta suspicacias sobre el monto…de los “moches”.
La basura es un negocio redondo. Por eso a sus
beneficiarios no les preocupa salir embarrados.
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