REFLEXIÓN MATUTINA DE
UN VIEJO LOBO DE MAR.
El lunes19
de octubre del 2015
El
pasado viernes 10 de octubre en el Auditorio del Museo Regional de
Querétaro, asistí a una plática sustentada por el Maestro Sergio Rivera
Guerrero sobre la iconografía de la imagen denominada
NUESTRA SEÑORA DEL
PUEBLITO.
POR: Edwin Corona y Cepeda.
Era uno de esos días de extremo calor del mes de julio, cuando
cobijado por la sombra de un árbol en una de esas bancas de fierro que
son usuales en el mobiliario urbano de nuestros parques, escuché el
sonido de la música de viento ejecutada por una banda local a la que
seguía un grupo de personas ataviadas con pantalón de mezclilla, camisa blanca,
faja roja y sombrero de palma que llevaban en procesión a una imagen religiosa
y tras ellos y con el mismo atavío, cargada por unos jóvenes, una especie de
angarilla de madera en la que se encontraban rebanadas de piña, jícama y
sandía, racimos de plátano, manzanas, tunas, uvas y otras frutas que
obsequiaban a quienes, como yo, presenciaban tan curioso acontecimiento.
Intrigado por tan inusual comportamiento, inquirí a uno de los
vecinos cercanos sobre el motivo de este desfile con visos religiosos. Su
respuesta fue contundente: Es – me dijo – el paseo de la Virgen del Pueblito.
¿Y, cómo se llama?. Pos del Pueblito, respondió. Y demostrando mi ignorancia
volví a preguntar ¿y porque se llama así? El hombre, viéndome con cara
compasiva y pensando seguramente que era tonto de la cabeza, contestó: ¡Pos
porque es muy milagrosa!
Y viendo que no me iba a sacar de dudas, decidí investigar por
mi cuenta sobre el origen y milagros de tan venerada efigie, así que asistí a
la mencionada conferencia, que tampoco me sacó de dudas, pues más que hablar de
su procedencia y origen, el conferencista se aplicó a la iconografía religiosa
señalando coincidencias con pinturas europeas de la escuela flamenca, muy en
especial con Rembrandt y Rubens, señalando que imágenes similares existen con
el nombre de la Virgen del Pueblito (sic) en diversos y variadas regiones
de los Estados Unidos, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guatemala, Argentina y otros
sitios de Europa y África y que, realizar esta comparación le costó cinco años
de arduo trabajo, de lo que podemos deducir que más bien, nos costó cinco
años del salario que nosotros le pagamos por no hacer nada.
Pero dejemos estos circunloquios y analicemos lo poco que he
logrado investigar sobre el origen de La Virgen del Pueblito y para ello
es necesario recordar que tras la caída del imperio azteca se inicia el proceso
de catequización, fenómeno religioso-cultural del que no escapa el Valle de
Querétaro, ocupado por los frailes franciscanos quienes fijan su residencia en
el actual Querétaro, desplazándose periódicamente a diversas regiones de la
Sierra Gorda para profesar su labor misionera.
Esta labor de desplazamiento se extendía a encomiendas,
haciendas y ranchos, pero sobre todo a los llamados “pueblos de indios”
cómo Santa María y San Francisco Galileo, cuyos pobladores se mostraban reacios
a adoptar la nueva fe.
Y se cuenta que en el primer tercio del siglo XVII el párroco de
San Francisco Galileo, al que, por sus escasos habitantes y su cercanía a
Querétaro ya se le había adjudicado el mote de El Pueblito, fray Nicolás de
Zamora, ya había entablado amistad con fray Sebastián de Gallegos, encargado de
varias cofradías michoacanas entre las que destacaban las de San Pedro y San
Pablo y quién mostró a fray Nicolás bellísimos trabajos en madera y laca
elaborados por los artesanos purépechas. Y entonces surgió la idea de realizar
una talla en madera de la Virgen María en su advocación de la Purísima
Concepción.
Así, una vez obtenida la imagen con la faz de blanca pureza,
aprovechando su pequeñez y la oscuridad de una noche invernal de 1632, Fray Nicolás
de Zamora colocó tan bella efigie en una especie de nicho elaborado de adobe y
al día siguiente, en el sermón dominical, atribuyó como un milagro la
aparición de la virgen. Pero no faltó quién lo viera y pronto el supuesto
milagro se desvaneció y el cura Zamora tuvo que confesar la verdad. Más no cejo
en su intención de convertir en “milagrosa” tan bella figura y en cada
sermón dominical efectuado ante la población indígena en el lugar que hoy ocupa
el Santuario, Fray Nicolás Zamora señalaba que él, con sus propios ojos había
visto llorar a la pequeña imagen, pues los indios seguían reacios a practicar
los ritos del catolicismo. Y cómo es sabido, si una mentira se repite por un
millón de veces, en las mentes ingenuas se dará como verdad. Y así sucedió,
pues de tanto repetir que la virgen lloraba por el abandono de sus feligreses,
estos terminaron por adoptar la fe católica con lo que se patentizó, por
primera ocasión, la milagrería de la virgen.
Esto trajo como consecuencia la construcción de una pequeña
capilla que constaba de cuatro paredes de adobe, techo de hojas de palma, pisoo
de tierra, toscas bancas de madera y desde luego, pila bautismal de piedra y
confesionario, donde los indios pecadores se arrodillaban ante el cura en
turno, dando cuenta de lo que consideraban como “sus pecados” para salvarse del
infierno. Y tras casi un siglo de hacer “milagros” en el año de 1730
derrumbaron los muros de la humilde capilla y se inició en ese mismo sitio la
construcción del actual Santuario.
6 años después y gracias al apoyo financiero de la familia
Urtiaga, la imagen de Santa María tuvo un mejor alojamiento en su nuevo
Santuario y para 1745 las provincias michoacanas de San Pedro y San Pablo
nombran como su patrona a la Virgen del Pueblito, nombre que ha de ratificar la
Curia en el año de 1787 y desde ese entonces, año con año, los michoacanos
ocurren con bandas de música a festejar a su Patrona.
Previa a esta ratificación, el rey Carlos III de España mediante
cédula real emitida en 1765 autoriza el cambio de nombre de San Francisco
Galileo a “Villa de Santa María del Pueblito”, con lo que los pobladores
adoptaron también la denominación de El Pueblito, que es cómo actualmente se le
conoce.
No es mi intención en este breve pergeño el hablar de los
“milagros” atribuidos a esta imagen, pues no es un tema de mi incumbencia, que
para eso están los clérigos y no los profanos como yo.
Sin embargo he de referirme a otras actitudes, de índole
castrense y político en las que la Virgen del Pueblito tomó parte, siendo la
primera de ellas cuando el Cura Hidalgo toma el estandarte de la Virgen de
Guadalupe en 1810 y enterado de este acto el Comandante de las fuerzas
realistas en Querétaro, Ignacio García Rebollo le otorga, por primera
ocasión la banda y el bastón que le acredita con el rango de Generala a la
Virgen del Pueblito. Sin embargo, los luchadores independentistas queretanos
hicieron caso omiso de este nombramiento y continuaron su lucha y al
triunfo de la Independencia en 1821, tanto el recién electo Ayuntamiento como
las autoridades militares emanadas de la lucha independiente le ratifican el
título de Generala, pero ahora del Ejército Trigarante.
En 1830 el entonces gobernador de la Provincia de Querétaro,
Manuel López de Ecala y los diputados que conformaban el Congreso de Querétaro,
realizaron conjuntamente con las autoridades clericales un Tedeum Solemne en el
que se realizó una jura a la Virgen del Pueblito cómo Patrona del Estado.
Durante la Guerra de Reforma el General conservador Tomás Mejía
toma el Gobierno del Estado de Querétaro y bajo esa circunstancia proclama a la
Virgen del Pueblito como Generala y ordena efectuarle los honores militares del
rango. Esta misma situación ha de presentarse durante el sitio de Querétaro en
1867 donde el susodicho militar llamado como “El Cacique de la Sierra Gorda”
establece su cuartel general en El Pueblito y arraigando su convicción
religiosa acudía fervorosamente a la iglesia del Santuario para bendecir sus
armas y rendirle honores militares a la Virgen del Pueblito. Finalmente tras el
triunfo de las armas liberales fue fusilado junto con Maximiliano de Absurdo y
Miguel Miramón en el Cerro de las Campanas. Sin que de nada le sirvieran sus
rezos y plegarias.
En 1875 el Cabildo Eclesiástico del Estado de Querétaro ratifica
la jura del Congreso del Estado declarando a la Virgen del Pueblito como
Venerable Patrona del Estado de Querétaro.
En 1914 durante el gobierno interino del General Federico Montes
Alanís en Querétaro, se giró la orden de que todo el contenido de valor del
Templo de San Francisco debía ser remitido a México, por lo que los
integrantes de la cofradía religiosa de El Pueblito dirigida por Federico
Suárez Ladrón de Guevara, ante la presunción de que la venerada imagen fuese
destruida o robada, la trasladaron subrepticiamente a la casa de Doña Rosario
“Chayito” Solorio ubicada en la calle de Pasteur norte no. 29, siendo reubicada
nuevamente por intervención del diputado constituyente y gobernador del Estado
de Querétaro, Ernesto Perrusquía, a su Santuario en El Pueblito en el año de
1917.
Durante la Guerra Cristera, la venerada imagen fue respetada por
los bandos en pugna y se cuenta que el Santuario de la Virgen del Pueblito, fue
considerado por ambos contendientes como terreno neutral.
En 1946 el Obispo de Querétaro Marciano Tinajero y Estrada
solicitó la autorización vaticana para llevar a efecto la coronación de la
Virgen del Pueblito, acto solemne que se verificó en la antigua huerta del
Convento de la Santa Cruz, sitio coincidente en donde fue apresado por mi
tatarabuelo el General Ramón Corona Madrigal, el supuesto Emperador de México
Maximiliano de Absurdo.
PICADAS JAROCHAS.
EN LA CANTINA.
Miren
weyes, cuando me muera van y le dicen a mi vieja que era “el amor de mi vida”, pero que no les gane la risa.
¡QUE TENGAN UN
BUEN DÍA!
Comentarios y sugerencias al correo edwin_coronaii@hotmail.com