El presidente del
país, Alexander Lukashenko, se perfila para ganar su quinto mandato
consecutivo; está en el poder desde 1994
AP
y EFE / Fotos: AP y Reuters/ Excélsior
MINSK.- Bielorrusia
vota el domingo en unas elecciones presidenciales en las que
el autoritario líder del país, Alexander Lukashenko, no se
enfrenta a ningún rival de entidad y que podrían terminar en
una cómoda victoria para su quinto mandato.
La oposición llamó a boicotear los comicios.
Antes incluso de la apertura de los colegios electorales, sin embargo, la
Comisión Electoral Central de la ex república soviética anunció que en cinco
días de votación anticipada se habían recogido ya el 36% de las papeletas de
los 7 millones de personas con derecho a voto.
21 años lleva en el
poder el presidente Alexander Lukashenko.
Los líderes de la oposición denuncian que este sistema es un instrumento
ideal para falsificar el resultado de los comicios.
Lukashenko se mide a tres rivales en las urnas: los líderes de dos
formaciones progubernamentales, Sergei Gaidukevich y Nikolai Ulakhovich, y la
poco conocida activista opositora Tatyana Korotkevich.
Importantes figuras contrarias al régimen o bien tienen prohibido
presentarse o decidieron no intentar participar en un acto que consideran una
farsa.
Durante sus 21 años en el poder, Lukashenko tomó duras medidas contra la
disidencia mientras cultivaba una imagen de líder fuerte capaz de garantizar el
orden y la estabilidad.
“Oh, la vida se ha vuelto más difícil, pero Lukashenko promete estabilidad y
paz", dijo Tamara Krylovich, de 68 años, tras votar en Minsk, la capital
del país.
“Mire qué democracia tienen en Ucrania — guerra y pobreza", consideró.
Lukashenko conserva en gran medida una economía controlada por el Estado al
estilo soviético, ayudado por un gas ruso más barato y préstamos de Occidente.
La economía puede presentar altibajos, pero sigue llevando pan a las mesas
de los pensionistas y los trabajadores de las deficitarias fábricas estatales.
Pero Anton Gurevich, un obrero de 41 años que trabaja en una fábrica de
automóviles, dijo que es el momento para un cambio.
“He vivido la mitad de mi vida con Lukashenko, pero la vida no ha
mejorado", apuntó.
“Después de todo, el liderazgo debe cambiar, debe haber cambios",
opinó.
Un instituto independiente de investigaciones socioeconómicas y políticas
dijo que Lukashenko tenía alrededor de 46% de apoyos en septiembre, mientras
que el instituto oficial de sociología del estado situó la cifra en el 76%.
Presidente promete reformas
El presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, afirmó que está dispuesto a
"emprender todo tipo de reformas, incluso revolucionarias", si así lo
desean los ciudadanos, aunque subrayó que él es partidario de la vía evolutiva.
Estoy dispuesto a emprender todo tipo de reformas, incluso revolucionarias,
aunque ello no se ajusta a mis principios", dijo el jefe del Estado en
declaraciones a pie de urna, citado por la agencia oficial Belta.
Lukashenko, en el poder desde 1994 y que busca su quinto mandato consecutivo
en las presidenciales que celebra hoy Bielorrusia, agregó que el principio por
el que se ha regido su política estos años ha sido el de que "todo debe
realizarse en calma, sin revoluciones".
Por ello, agregó, "he avanzado por la vía de la evolución, aun cuando
sabía que la senda evolutiva no brindaría resultados inmediatos, pues entendía
que el pueblo así no se vería abocado a penurias".
“Estoy dispuesto a actuar como queráis. Nadie puede reprocharme que estos
años he actuado en contra de opinión del pueblo", subrayó el líder
bielorruso, cuya victoria en los comicios se da por descontada.
Insistió en que si el pueblo bielorruso le da carta blanca para realizar
reformas revolucionarias, actuará en consecuencia.
“Si así lo queréis, lo haremos. Pero es algo que no depende de mí, sino de
la sociedad", dijo Lukashenko, cuyo autoritarismo le granjeó la vitola de
‘último dictador de Europa’ y sanciones de la Unión Europea.
El presidente bielorruso señaló que en Occidente se han percatado de que las
sanciones no ayudan y "han visto que Bielorrusia es un Estado serio",
al comentar las informaciones sobre la disposición de la Unión Europea a
suspender las sanciones contra Minsk.