MÉXICO, D.F. (apro) Proceso.com.mx.- A 12 días
de que Barack Obama inicie su segundo mandato como presidente de Estados
Unidos, Amnistía Internacional le recordó al mandatario una promesa incumplida:
el cierre total de la prisión de Guantánamo, ubicada en isla de Cuba, donde
todavía se encuentran recluidos 166 prisioneros.
En 2009, cuando Obama accedió al poder por vez primera, prometió cerrar la
cárcel en un lapso de un año. En aquella ocasión, el presidente estadunidense
incluso ordenó a la Central de Inteligencia (CIA) que suspendiera las técnicas
de interrogación que supusieran maltratos físicos en sitios secretos.
No obstante, Obama “aceptó el paradigma unilateral y fallido de la ‘guerra
global’ y permitió las detenciones indefinidas como parte de este concepto”,
criticó AI en un informe difundido este martes.
“La pretensión de que Estados Unidos es un campeón de los derechos humanos
no puede sobrevivir a las detenciones de Guantánamo”, añadió Rob Freer,
investigador de AI para el país del norte.
Detalló que entre los abusos que implica Guantánamo destacan los juicios
militares y la ausencia de rendición de cuentas y de remedios por abusos
previos, que incluyen crímenes de tortura y desaparición forzada.
De acuerdo con AI, luego de casi 11 años de que fuera transferido el primer
detenido al centro de detención de Guantánamo, aún se encuentran ahí 166
detenidos, y a la gran mayoría de los 779 hombres que fueron llevados a ese
lugar desde 2002, nunca se les presentó cargos ni se les inició juicio.
Siete hombres han sido ya sentenciados por comités militares, incluyendo
cinco que se declararon culpables en acuerdos previos al juicio, a cambio de la
posibilidad de ser liberados de la base militar.
Otros seis detenidos enfrentan actualmente la posibilidad de la pena de
muerte, pese a que sus juicios no satisficieron los estándares internacionales
de justicia.
Todos ellos fueron sujetos de desaparición forzada y dos de ellos torturados
con la técnica del sofoco por ahogamiento (waterboarding).
En 2010, el gobierno federal anunció que 48 hombres de los detenidos en
Guantánamo no podían ser ni procesados ni liberados, y que serían mantenidos
indefinidamente en prisión, sin cargos y sin juicios.
También impuso una moratoria para detenidos originarios de Yemen, y expresó
que 30 presos de ese país no podrían ser repatriados o liberados por las
“actuales condiciones de seguridad” en territorio yemení.
Pese a que Obama ha evidenciado la responsabilidad del Congreso por su
incapacidad para cerrar Guantánamo, AI subrayó que apenas el pasado miércoles
2, el presidente firmó la Autorización Nacional de Defensa, que pone obstáculos
para la clausura de ese centro de detención.
“El derecho internacional no permite que diferentes ramas de gobierno
esquiven sus responsabilidades legales echándose la culpa entre ellas. El
fracaso de un país para cumplir con sus obligaciones de derechos humanos no
puede ser legitimada al culpar leyes o políticas internas”, remató Freer.
La base militar de Guantánamo se creó en 1898, tras la invasión
estadunidense a la bahía, y la prisión establecida ahí ha tenido uso por más de
30 años, pero saltó al conocimiento y la opinión publica desde el año 2002,
cuando se comenzó a albergar a prisioneros con sospecha de nexos terroristas,
específicamente con el grupo Al Qaeda.
La polémica inició a raíz de las acusaciones de tortura, abusos y
tratamiento poco humano a los prisioneros que allí residen, además de dudas
sobre su estatus legal y, por tanto, de sus derechos.