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Mientras la recomendación más frecuente es no adquirir deudas que no se
pueden pagar, deducir
la capacidad de pago antes de "endeudarse" puede ser una medida para
no padecer los abonos y finalmente saldar el adeudo.
Por ello, hay que prever cómo un nuevo compromiso financiero impactará en el
presupuesto a un año o más y planear el tiempo que llevará saldarlo, incluso
antes de adquirirlo.
De acuerdo con recomendaciones de la Comisión Nacional para
la Protección
y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros
(Condusef) el nivel de deudas debe ser congruente con las metas financieras,
"porque no es lo mismo endeudarse por unas vacaciones que para comprar una
casa".
Asimismo, sugiere no rebasar la capacidad de pago, toda vez
que se corre el riesgo de caer en morosidad y anular así la capacidad de ahorro
para alcanzar otras metas financieras tales como adquirir bienes o emprender
algún negocio, o inclusive enfrentar emergencias de desempleo o de salud.
Por ejemplo, si a los ingresos mensuales, estimados en ocho mil pesos se le
restan gastos, deudas y ahorros, el resultado sería, aproximadamente, de siete
mil 200 pesos. Por lo tanto, quedan 800 pesos, el monto de la capacidad de pago
o la cifra límite que se destinaría cada mes a las deudas.