martes, 23 de octubre de 2018

Un proyecto para recuperar la voz de los periodistas asesinados

 
Una protesta después del asesinato de Javier Enrique Rodríguez Valladares en el estado de Quintana Roo, el 29 de agosto de 2018 CreditAgence France-Presse — Getty Images

CIUDAD DE MÉXICO — En los últimos dieciocho años, más de un centenar de periodistas y comunicadores han perdido la vida por hacer su trabajo en México, una cifra de asesinatos de reporteros que está entre las más altas del mundo. Un nuevo proyecto busca asegurarse de que cada uno de ellos recupere su rostro y su voz en la búsqueda de justicia.

El colectivo Reporteras en Guardia estrenó recientemente el sitio Matar a Nadie con ese propósito: que los periodistas mexicanos asesinados sean la noticia, a partir de una serie de perfiles que cuentan quiénes eran — no solamente como parte de una cifra—, quiénes padecen la pérdida y en qué condiciones realizaban el trabajo por el cual los mataron. A partir de este 23 de octubre, el sitio web irá revelando nuevos perfiles para complementar los primeros veinte, publicados en agosto, y pronto incluirá un mapa interactivo.

“Queremos que sea un llamado a la justicia que también rompa con las soluciones simplistas a las que a veces llegan las autoridades, como decir que mataron a esta persona necesariamente porque hablaba de temas relacionados al narcotráfico o incluso no por su calidad de ser periodista, sino porque trabajaba también en una taquería o porque era gay”, explicó Dunia Rodríguez, una de las fundadoras y coordinadoras del colectivo. “La idea es visibilizar y explicar otro ángulo, evidenciar otra narrativa”.

El último conteo oficial de reporteros asesinados, anunciado en una comparecencia ante el Congreso, hablaba de la muerte de 114 periodistas desde el año 2000. La cifra registrada por Reporteras en Guardia ronda las 174 personas, hasta ahora.
El sitio web mataranadie.org fue lanzado a finales de agosto para destacar los perfiles de los periodistas asesinados y desaparecidos desde 2000. CreditReporteras en Guardia

Las integrantes del proyecto empezaron con un análisis comparativo de las bases de datos de tres grupos no gubernamentales: Artículo 19, organización de defensa de la libertad de expresión; el Comité para la Protección de Periodistas, y el organismo mundial Reporteros sin Fronteras. Pero la cuarta base de datos que analizaron fue clave, dijo Rodríguez. “Teníamos unos 140 casos al inicio, pero cuando incluimos a la agencia con perspectiva de género Comunicación e Información de la Mujer (Cimac), quedó evidenciado un problema: encontramos que la cifra subía, porque en muchos casos no se había tomado en cuenta a ciertas comunicadoras”.

Por ello también han buscado que quienes cuentan las historias en el colectivo —desde que nació ha pasado de tener cinco integrantes a 140, esparcidas en veinticuatro de los 32 estados del país— sean mujeres.

“En ocasiones puede que ya haya vicios o sesgos cuando los compañeros cubren un tema, mientras que las mujeres, como en ocasiones no hemos podido acceder a ciertas fuentes o coberturas, obtenemos un resultado distinto con una mirada fresca o a veces nos sentamos y escuchamos un poco más para hacer historias y no solo notas”, indicó Vania Pigeonutt, integrante del grupo y reportera enfocada en el estado de Guerrero.

Esta perspectiva distinta es central para la “sensibilidad del proyecto”, aclaró Rodríguez.

“No es que les digamos ‘fuchi’ a los compañeros”, dijo. “Queríamos que ellas fueran quienes cubren por una atención a ciertos detalles y que fueran de los estados porque así estaban más cercanas a la fuente. De hecho, en ocasiones se trataba de un conocido: un jefe, un primo, un compañero, alguien a quien editaron o con quien solían juntarse en grupo para comer”.
Dos de los 174 casos registrados por el grupo Reporteras en Guardia hasta ahora son los de Miroslava Breach y Javier Valdez. CreditRebecca Blackwell/Associated Press

Para Pigeonutt, el proyecto es particularmente importante porque ayuda a generar más compañerismo en una profesión en ocasiones individualista.

“Es una violencia y precariedad que enfrentamos todos, pero adquirimos más fuerza como grupos, como articulación”, dijo. Esa colaboración y presión junto con el trabajo de distintas organizaciones llevó recientemente a que el gobierno mexicano adoptara un protocolo único para investigar todas las agresiones a periodistas y reporteros, por ejemplo, en vez de que cada agencia o fiscalía tenga criterios distintos.

Las promotoras de Reporteras en Guardia esperan que su trabajo también fomente un combate a la impunidad en los crímenes contra reporteros; de los 114 casos que contabiliza el gobierno, en solo tres se ha logrado resolver el caso y sentenciar a un culpable.

“Lo que queremos es que el olvido no exista, mucho menos si antes no hay justicia”, señaló Rodríguez. Al recuperar todo lo sucedido en el sitio web pretenden darles más permanencia y visibilidad a las historias de los 174 periodistas desaparecidos y asesinados en los últimos dieciocho años.

“Antes de que se vaya Enrique Peña Nieto, como el más reciente de los presidentes que han arrastrado la impunidad en este tema, hay que recalcar el saldo”, agregó Rodríguez. “Peña Nieto se va a ir, a donde quiera que sea, pero se queda este registro, esta carta, de los crímenes irresueltos”.

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