Brasilia, 23 oct (PL) Por primera vez desde la redemocratización del país en 1989, Brasil enfrenta hoy una situación inédita: ante la negativa del ultraderechista Jair Bolsonaro no habrá debate entre candidatos presidenciales previo al segundo turno de las elecciones.
La última oportunidad para que el representante del Partido Social Liberal (PSL) confrontara sus proyectos de Gobierno con el abanderado de la coalición El pueblo feliz de nuevo y del Partido de los Trabajadores (PT), Fernando Haddad, era el próximo día 26, pero una vez más el excapitán del Ejército huyó del encuentro.
En una nota enviada a la Red Globo, que organizaría la controversia, la campaña de Bolsonaro confirmó la ausencia de este alegando que el mismo continúa con limitaciones en virtud de la bolsa de colostomía fijada en el lado derecho de su abdomen, por lo cual debe evitar esfuerzos físicos o estrés excesivo.
La ausencia del candidato presidencial de la extrema derecha era predecible, pues ya desde la primera vuelta -cuando sufrió un ataque con arma blanca durante un acto de campaña- su estrategia fue rehuir cualquier discusión con otros contendientes y en particular con Haddad, alegando que este sería un 'ventrílocuo de Lula'.
Además de caracterizarse por su discurso agresivo, de incitación al odio y la violencia, de apoyo a la dictadura, y por su carácter misógino, machista, homofóbico y racista, Bolsonaro es señalado por su falta de preparación en los fundamentales temas económicos, algo que él mismo reconoce.
De cualquier modo, el ultraderechista recibió la víspera el apoyo de un grupo de 10 empresarios de las áreas química, automovilística, textil, de maquinaria, construcción civil, acero y siderurgia, que de conjunto representan un 32 por ciento del producto interno bruto industrial de Brasil y generan 30 millones de empleos.
Haddad, por su parte, fue respaldado por la ex senadora y ex candidata presidencial en el primer turno Marina Silva (Rede), quien dijo que le brindaría 'apoyo crítico' ante el peligro que Bolsonaro representa para la democracia, el medioambiente, los derechos civiles y el respeto a la diversidad.
Silva anticipó que haría oposición democrática a una persona que por lo menos no pregona la extinción de los derechos de los indios, la discriminación de las minorías, la represión a los movimientos, y la humillación aún mayor de las mujeres, negros y pobres, así como acabar con la base legal y estructuras da protección ambiental.
Aunque hasta hoy todas las encuestas de intención de voto auguran el triunfo en segunda vuelta de Bolsonaro, Haddad consideró ayer que todavía queda tiempo suficiente para avanzar en la elección y derrotarlo.
Más que símbolo, lo que queremos es ser la victoria de la resistencia, afirmó el candidato presidencial petista en un acto de campaña realizado anoche en la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo.
rgh/mpm
En una nota enviada a la Red Globo, que organizaría la controversia, la campaña de Bolsonaro confirmó la ausencia de este alegando que el mismo continúa con limitaciones en virtud de la bolsa de colostomía fijada en el lado derecho de su abdomen, por lo cual debe evitar esfuerzos físicos o estrés excesivo.
La ausencia del candidato presidencial de la extrema derecha era predecible, pues ya desde la primera vuelta -cuando sufrió un ataque con arma blanca durante un acto de campaña- su estrategia fue rehuir cualquier discusión con otros contendientes y en particular con Haddad, alegando que este sería un 'ventrílocuo de Lula'.
Además de caracterizarse por su discurso agresivo, de incitación al odio y la violencia, de apoyo a la dictadura, y por su carácter misógino, machista, homofóbico y racista, Bolsonaro es señalado por su falta de preparación en los fundamentales temas económicos, algo que él mismo reconoce.
De cualquier modo, el ultraderechista recibió la víspera el apoyo de un grupo de 10 empresarios de las áreas química, automovilística, textil, de maquinaria, construcción civil, acero y siderurgia, que de conjunto representan un 32 por ciento del producto interno bruto industrial de Brasil y generan 30 millones de empleos.
Haddad, por su parte, fue respaldado por la ex senadora y ex candidata presidencial en el primer turno Marina Silva (Rede), quien dijo que le brindaría 'apoyo crítico' ante el peligro que Bolsonaro representa para la democracia, el medioambiente, los derechos civiles y el respeto a la diversidad.
Silva anticipó que haría oposición democrática a una persona que por lo menos no pregona la extinción de los derechos de los indios, la discriminación de las minorías, la represión a los movimientos, y la humillación aún mayor de las mujeres, negros y pobres, así como acabar con la base legal y estructuras da protección ambiental.
Aunque hasta hoy todas las encuestas de intención de voto auguran el triunfo en segunda vuelta de Bolsonaro, Haddad consideró ayer que todavía queda tiempo suficiente para avanzar en la elección y derrotarlo.
Más que símbolo, lo que queremos es ser la victoria de la resistencia, afirmó el candidato presidencial petista en un acto de campaña realizado anoche en la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo.
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