Rúbrica
Gobierno
cerrado
Por
Aurelio Contreras Moreno
A solamente 37 días de entregar el
poder, en el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares parecen estar más ocupados
por la grilla y por joder a quien puedan, que por cumplir con las
responsabilidades que aún tienen como autoridades.
A pesar de que las intensas lluvias
que dejó el frente frío número 6 afectaron a decenas de municipios de norte a
sur de la entidad desde el pasado fin de semana, no fue sino hasta este lunes
que en el gobierno estatal reaccionaron. Si es que así se le puede llamar.
Mientras municipios como Álamo,
Acayucan y los de la región de Los Tuxtlas se inundaban a ojos de todos los veracruzanos
–varios reporteros dieron cuenta en tiempo real de la intensidad de las
precipitaciones y de la crecida de ríos-, desde el sábado el todavía gobernador
Yunes Linares informó que sería hasta el lunes cuando el Comité Estatal de
Emergencias sesionaría para atender la contingencia, misma que se prolongó
durante todo el domingo.
Pero ese día, el mandatario
“aprovechó” para “presumir” que, según él, continúan a la baja los delitos en
Veracruz -aunque si viajara en autobús de noche a la zona sur del estado
seguramente diría otra cosa-. De apoyar a la población que para ese momento era
evidente que era víctima de un desastre natural, ni media palabra.
Y fue hasta el lunes, tal como lo
anunció, que voltearon a ver a los más de 50 municipios que ya llevaban dos
días bajo el agua, dando a conocer que solicitarían la Declaratoria de Desastre
Natural a la Secretaría de Gobernación de otra administración, la federal, que
también hace mucho que tiró la toalla y dejó, en los hechos, de gobernar al
país.
¿Qué ocupa el tiempo y los esfuerzos
de un gobierno que prometió un cambio en la manera de conducirse y de
administrar los recursos públicos? Pues la pura y miserable grilla.
La fallida administración yunista
ocupa lo que le queda de poder para intentar boicotear a los gobiernos entrante
estatal y a los municipales en funciones de ese mismo signo político. Al
primero, amagando con no dejarle dinero en las arcas para el pago de aguinaldos
de la burocracia, aun cuando es su obligación, pues recibió un presupuesto de
egresos para ejercerlo durante doce meses y no solamente los once que le
tocarán tras la fracasada aventura electoral del hijo del gobernador.
En el caso de los ayuntamientos
gobernados por Morena, es conocida la trampa que le tendieron al de Xalapa con
la crisis de la basura. Y ahora, precisamente durante la contingencia
ambiental, por lo menos en cuatro municipios se quejan de que fueron excluidos por
cuestiones políticas de la Declaratoria de Emergencia solicitada a la
Secretaría de Gobernación.
En lo que sí están muy ocupados los
Yunes es en intentar mantener el control de la dirigencia estatal de Acción
Nacional a través de su títere, José de Jesús Mancha Alarcón, cuyos familiares
son beneficiarios de contratos gubernamentales obtenidos a través de tráfico de
influencias. Mancha pretende además seguir usufructuando parcelitas de poder a
través de su esposa y su cargamaletas en el Congreso del Estado a la par del
partido, al cual tiene dividido, pues los panistas verdaderamente de cepa se
oponen a que se reelija.
Y por si no faltara algo más, el
fiscal yunista –porque de autónomo solo tiene el membrete-, Jorge Winckler Ortiz,
pierde el tiempo peleándose en Twitter con quienes aún ni funcionarios son,
mostrando que se terminó de infectar por completo del estilo pendenciero y
agreste de sus patrones, mientras la violencia en Veracruz no se detiene. O
quizás, debido a eso es que la violencia está a tope.
Ese gobierno también ya está cerrado.
Pero al igual que en los últimos días del de Javier Duarte, quieren hacer todo
el daño posible.
Twitter:
@yeyocontreras