Rúbrica
Cultura,
¿a la basura?
Por
Aurelio Contreras Moreno
Como se ha señalado en incontables
ocasiones, la cultura y su difusión es un tema que poco o nada importa a los
políticos. Incluso, hasta a los que tienen gusto o inclinación por las
expresiones artísticas de distinta índole.
El actual Gobierno del Estado de
Veracruz es un claro ejemplo de lo anterior. A pesar del conocido agrado del
gobernador Miguel Ángel Yunes Linares por la música de concierto o clásica, colocó
al frente del IVEC a Enrique Márquez, que como ejecutante de viola dicen que es
muy bueno, pero que ciertamente como funcionario resultó ser de lo peor de la
administración que termina el próximo 30 de noviembre. Y vaya que eso es mucho
decir.
Pero al grupo político que se
instalará en los gobiernos federal y estatal un día después tampoco parece
interesarles gran cosa el tema. Si bien la Secretaría de Cultura del próximo
Gobierno de la República será dirigida por la promotora Alejandra Frausto -cuyo
perfil parece ser adecuado y ha sido bien recibida por la comunidad artística-,
el hecho de trasladar su sede al pequeño estado de Tlaxcala -que con todo y su arraigada
tradición en cuanto a difusión cultural, cuenta con una infraestructura igual
de minúscula que esa entidad- revela que no es una dependencia a la que se vaya
a dar impulso, prioridad ni recursos.
Ni qué decir de la cesión de la Presidencia
de la Comisión de Cultura y Cinematografía de la Cámara de Diputados al
ultraconservador Encuentro Social. Al reducirla a mero premio de consolación
para que un partido retrógrada -pero aliado del próximo régimen- tenga un coto
de poder, el lopezobradorismo dominante en el Poder Legislativo demostró
desprecio por el sector y la actividad cultural, lo que ya le acarreó sendos y
públicos reclamos, incluidos los de varias figuras de ese ámbito que simpatizan
con Morena.
En Veracruz, a pesar de que se pidió al
gobernador electo Cuitláhuac García escuchar a la comunidad artística local
para recoger propuestas e inquietudes sobre la persona que encabezará el sector
en la próxima administración estatal, al parecer hubo oídos sordos.
El bien enterado columnista Álvaro
Belín adelantó en su espacio que la titularidad del Instituto Veracruzano de
Cultura –que en el mediano plazo elevaría su rango al de secretaría- recaerá en
Silvia Alejandre. Una funcionaria con un pésimo antecedente.
En el año 2013, siendo directora de la
Galería de Arte Contemporáneo de Xalapa, Silvia Alejandre fue acusada de
censurar una obra de la artista plástica Iraís Esparza que hacía referencia a
la escalada de violencia que se vivía para entonces en Veracruz, que era
gobernado –por si ya no se acuerdan- ni más ni menos que por Javier Duarte de
Ochoa, sobre quien no hace falta agregar mucho. La pieza fue retirada de una
exposición que se llevaría a cabo en el recinto que dirigía Alejandre, con excusas
pueriles.
Si el perfil de una burócrata cultural
que ejerce la censura artística por motivos políticos es el que Cuitláhuac
García considera idóneo para esa responsabilidad, en una de ésas, hasta superan
en estulticia a Enrique Márquez.
Y vaya que es mucho decir.
Aclaración
La consejera electoral del OPLE Veracruz,
Eva Barrientos Zepeda, hizo una precisión a la información publicada en la
anterior entrega de la Rúbrica, en la que se dio a conocer que se habría
registrado como aspirante a magistrada del Tribunal Electoral de Veracruz.
Dicha información no es correcta. La
consejera afirmó que la semana pasada, cuando se llevó a cabo el registro de
aspirantes en el Senado de la República, se encontraba de vacaciones y no
participó en el proceso. Y efectivamente, en la lista final de candidatos a la
magistratura electoral estatal difundida este martes, su nombre no aparece.
Valga decir que el registro como
aspirantes a magistrado/a de las otras tres personas mencionadas en la anterior
Rúbrica, sí se llevó a cabo.
Servida.
Twitter: @yeyocontreras