Hay cabildos en los que conflictos e
intereses personales impiden trabajar en beneficio de la población, afirmó
Alejandro Zairick Morante
Xalapa, Ver.- Las administraciones
municipales están por llegar a la primera mitad de su ejercicio constitucional
y en algunas existen serios conflictos internos que impiden que los cabildos se
consoliden y trabajen en armonía para buscar el bien común de la población, afirmó
el diputado local Alejandro Zairick Morante, presidente de la Comisión
permanente de Desarrollo y Fortalecimiento Municipal de la LXIII Legislatura
del Estado.
Dijo que al prevalecer intereses personales y
conflictos, difícilmente lograrán ofrecer servicios de calidad, así como obras
y acciones en beneficio de los ciudadanos.
Puso como ejemplo el Ayuntamiento de Nogales, un
Cabildo que no ha podido conformarse de manera óptima, pues la relación entre
los funcionarios del Ayuntamiento ha sido muy complicada: “Existen serias
diferencias, a pesar de que el Presidente Municipal tiene la voluntad de lograr
que se trabaje en equipo y en una misma dirección”.
También hay casos en los que los funcionarios
municipales no se han presentado a trabajar o han solicitado al Congreso del
Estado que instruya la práctica de una auditoría y hasta intervenir las
finanzas públicas, porque no hay transparencia en el manejo presupuestal.
En contraparte, Alejandro Zairick habló de
ayuntamientos del Distrito XV, al que representa, que trabajan con buenos
resultados, como Ixtaczoquitlán y Orizaba: “Pero cada caso es específico e
irrepetible. Lo deseable es que exista armonía en las 212 administraciones
municipales y esto permita hacer más eficientes las políticas y la administración
pública”.
Expuso que funcionarios de Castillo de Teayo
solicitaron suplir al Presidente Municipal, quien no se ha presentado a laborar
como resultado de una orden de aprehensión girada por el Juzgado Federal de
Distrito, con sede en Poza Rica.
En el caso de San Rafael –continuó– el Síndico
Único y un Regidor solicitaron a la LXIII Legislatura local implementar
acciones de fiscalización y examinar la contabilidad del Ayuntamiento, mientras
que funcionarios de Jilotepec piden una auditoría financiera y técnica de la
obra pública correspondiente al ejercicio fiscal 2015.
“Con ese
tipo de conflictos y desacuerdos entre ediles no se puede trabajar bien y las
consecuencias las pagan los ciudadanos. Los cabildos deben funcionar como una
maquinaria bien engrasada y en una misma dirección, y tener bien claro que
están para servir, jerarquizar prioridades y siempre buscar lo mejor para la
población”, finalizó.