Rosa de dos Aromas,
interpretada por Ángeles Marín y Zaidé Gutiérrez, deja tarde de carcajadas y
reflexión sobre el valor de la mujer.
De nueva cuenta, el teatro del IMSS resultó insuficiente para albergar a los cordobeses deseosos de disfrutar la actuación de Zaide Gutiérrez y Ángeles Marín, personificando a Marlene y Gabriela, dos mujeres con vidas diferentes, que comparten algo en común, la relación con un mismo hombre.
Una mesita, un florero con una rosa, una botella de ron y dos sillas, son el escenario ideal para desarrollar la obra de Emilio Carballido, con Gabriela, mujer refinada y culta, domina el inglés y el francés y gusta de la lectura, en cambio, Marlene es dueña de un salón de belleza, de lenguaje vulgar y muy mal hablada, que comparten a Marco Antonio o Tony, como conocen al hombre que comparten amorosamente, sin saberlo.
Gabriela, personificada por Zaide Silvia Gutiérrez, y Marlene, representada por Ángeles Marín, provocaron constantes risas entre el público asistente. Pasan del reclamo a la amistad, de ofenderse a valorarse como mujeres y a decidir juntas dejar atrás el maltrato al que fueron expuestas por el mismo hombre; las palabras antisonantes perfectamente manejadas obligaron al público responder con sonoras carcajadas.
Al final, lograron que el público sucumbiera ante la picardía de Emilio Carballido, a quien en este año se le recuerda en el aniversario número 90 de su natalicio; obligando a la reflexión sobre el valor de la mujer latinoamericana.
