REFLEXIÓN MATUTINA.
El 22 de octubre del 2018.
En relación con la intervención Francesa y la creación del Imperio de Maximiliano de Habsburgo durante el periodo presidencial del Lic. Benito Pablo Juárez García es común escuchar que nuestros “buenos vecinos del norte” nos facilitaron armas y parque para luchar contra el invasor, nos apoyaron con amplios créditos y permitieron el libre paso de nuestras tropas en toda su frontera con México.
NADA MÁS FALSO.
POR: Edwin Corona y Cepeda.
Ante la lógica reclamación de esta absurda posición por parte de nuestro representante ante el gobierno estadounidense Matías Romero el Secretario de Estado William H. Seward afirmó que “ignoraba la existencia de un estado de guerra entre México y Francia y agregó que “estaban en el intere$ de los Estados Unidos que los mercados (de armas, señaló yo) estuviesen abiertos para todos a fin de que cada cual exportara lo que le conviniese”. O sea el clásico lema gringo de que business are bussines, o como dría el ranchero, la lana es primero.
Basado en estas declaraciones Don Matías Romero reclamó por la falta de información respecto a su solicitud de compra de 35,000 fusiles y 15 millones de balas, así como de pistolas y espadas para México recibiendo la siguiente contestación suscrita por Seward en el sentido de que “las armas no podían ser exportadas en virtud de una prohibición especial por necesitarlas los Estado Unidos para sus propios soldados y para evitar que cayeran en poder de los rebeldes”, refiriéndose seguramente a las tropas sureñas.
Pero al mismo tiempo, nuestros “buenos vecinos” les facilitaban armas, bagaje y pólvora a los franceses y austríacos cuando así se lo solicitaban y nos cerraban las puertas cuando nosotros pretendíamos comprarlas para nuestra legítima defensa.
Revisando la correspondencia de Don Matas Romero enviado como representante del gobierno de Juárez ante los Estados Unidos, encontramos el escrito 417 fechado en Washington el 8 de junio de 1866 en la que señala textualmente “En esta nota me propongo referir a Usted lo que ha ocurrido en relación a los trabajos del C, Andrés Treviño para comprar armas en este país con sus fondos particulares, destinados a la defensa nacional. Cómo recordará Usted al tratarse en Junta de Ministros el que nos vendieran armas se determinó que este gobierno no las ha podido vender al nuestro, sin falta a sus deberes cómo vecinos, pero que si lo podría hacer a particulares” No pos sí´, cómo diría Don Ramón, un ranchero de mi pueblo.
Investigando al respecto encontramos que el Sr. Andrés Treviño se entrevistó con el General Ulises Grant el 28 de abril de ese año para concertar la venta de armas, mismas que se entregarían en Luisiana o Texas, lo cual solicitó por escrito. .
A su vez el general Grant obtuvo una recomendación del General Dyer, Jefe de la Sección de Armas y Municiones para el Coronel Crispín, Jefe del Depósito de Armas y Municiones en Nueva York a fin de que se vendieran al Sr. Treviño armas y municiones “a precios extraordinariamente bajos” Cómo a pesar de esto nuestro representante el Señor Treviño no contaba con la cantidad de19, 576 pesos que importaba dicha compra, propuso pagar parte de su importe consideración que debería ser aprobada por el Ministro de la Guerra, Mr., Stamton, quien tardo varios meses en contestar señalando finalmente “que no podía autorizar la venta de esa manera, porque las leyes del Congreso previenen que todas las ventas se hagan de contado.”
Y el 8 de julio de ese año Don Matías Romero señalaba: “sea lo que el Sr. Treviño llevé a su frontera, en todo caso nos pondrá de manifiesto cual es la manera de comprar elementos de guerra de este gobierno a precios moderados” Así podemos apreciar muy claramente que hasta ese momento la supuesta ayuda a México por parte de los Estados Unidos se reducía únicamente a un intrincado burocrático lo cual desmiente las versiones de historiadores “oficiales” que afirman tajantemente que los Estados Unidos nos “donaron” abundante parque y armamento para combatir a los imperialistas.
La única esperanza de los liberales y sus representantes era la de comprar al contado a través de adinerados capitalistas y militares estadounidenses que pasaran por particulares y en tal sentido Romero encaminó sus gestiones.
Tanto Treviño como Romero se entrevistaron en Baton Rouge con el jefe del Arsenal de esa localidad llevando copia de una orden para la entrega de armas debidamente requisitada por el gobierno de los Estados Unido, misma que según Dyer Jefe del Departamento de Maestranza del Ministerio de Guerra, solo se la dejaron arriba de su escritorio alegando que cumpliría la entrega cuando se le mostrara el original, mismo que, jamás apareció y señaló que el propio Secretario de Guerra había dado la orden de que se suspendiera toda la venta de armamento y municiones a los mexicanos.
Esto puede ratificarse por la nota enviada al Secretario de Relaciones Exteriores del gobierno de Juárez fechada el 9 de julio de 1866 en la cual señala “De esto resulta que temeroso probablemente Mr. Seward de que nosotros pudiéramos hacer algunas compras de armas de este gobierno, determinó que no se haga ninguna venta, agregando: Esto viene a manifestarnos de manera evidente que no os será posible obtener ni un fusil de este gobierno, aun cuando tuviéremos los fondos necesarios para comprarlo.
Y aunque Francisco Bulnes en su obra “El verdadero Juárez “ señala lo contrario, por lo antes escrito queda demostrado que Don Alberto Treviño no logró conseguir del gobierno norteamericano arma alguna, ni cara, ni barata y menos regalada, ni al contado ni a plazos y también queda demostrado que el Ministerio de Guerra norteamericano aparte de negarse a vender arma alguna poniendo como pretexto el realizar multitud de inútiles gestiones burocráticas, terminó burlándose de don Andrés Treviño, de Matías Romero, del gobierno
de Juárez, y del General Grant que veía con buenos ojos el triunfo de la causa liberal.
También queda muy claro que no habíamos adquirido anteriormente del gobierno americano ni una sola arma y que las armas que empuñaban nuestros soldados eran del remanente de la Guerra de Reforma y las que eventualmente le quitaban al enemigo, mientras los arsenales gringos estaba repletos de excedentes.
¿Así era como nos “ayudaban” nuestros “buenos vecinos “durante la Intervención y el Imperio a los liberales? Esta es la triste realidad que hasta 1866 imperaba sobre el supuesto apoyo yanqui a nuestra lucha. Pero aún quedaban otros caminos que abriría Matias Romero y de los cuales me ocuparé en próximas entregas.
Es todo … pero no es cuánto.
ATENTA INVITACIÓN QUE CIRCULA EN LA RED
EL PRESIDENTE MUNICIPAL DE VERACRUZ Fernando Yúnes Márquez TE INVITA:
Ven con tu familia a vivir el más escalofriante Halloween de tu vida
Sentirás el terror de las calles oscuras, llenas de baches y basura, banquetas deplorables agrietadas, un ambiente lleno de inseguridad, charcos, calles inundadas y alcantarillas sin tapa, trae tu coche para que caiga a una coladera. Ven con tu moto o bicicleta y sentirás la impotencia de que te lo roben junto con tus pertenencias, vivirás el asalto y la golpiza que la delincuencia te propinara.
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No lo pienses más, ven con toda tu familia. NO FALTES!!!! +
VEN A VERACRUZ
Y
VIVE EL TERROR
COMENTARIOS.
Así de simple.- Amigo hondureño lo que estás haciendo se llama INVASIÓN, invadir ilegalmente un país, invadir con lujo de violencia y no respetar las leyes de México no se puede llamar venir en son de paz!!! No puedes llegar a destruir y violentar casa ajena, no puedes buscar tu mejoría a costa de la desgracia de la Mía y de muchos mexicanos.- Luis Alejandro Ramos Gómez
Pregunta a Velasco Coello.- ¿Tendrán los chiapanecos que declararse hondureños para que los volteen a ver?.- Dr. Mario Estrada.
PICADAS JAROCHAS.
EL SOLOVINO.
Caballero, ¿vino con su filete?
No, yo vengo solo.
¡QUE TENGAN UN BUEN DIA!