lunes, 12 de octubre de 2015

TARDÍA, QUEJA POR DEUDA; ATRASOS PROVOCARÁN INCUMPLIMIENTOS Y MENOS RECURSOS PARA UV


El reclamo de la Universidad Veracruzana (UV) ante la retención de sus recursos por parte del gobierno del estado llega tarde, en un contexto donde los legisladores no han hecho su trabajo, puesto que de no aclararse el desorden financiero en Veracruz, la alma máter no mejorará sus indicadores de gestión y, por ende, con el presupuesto base cero se prevé un deterioro mayúsculo para los subsecuentes años.

Académicos plantean que al trastocar la crisis en las arcas estatales a la Máxima Casa de Estudios un círculo vicioso de menoscabo, se advierte ya que a menor capital, proporcional será el desempeño de la UV debido a las políticas implantadas por la Federación, y de seguir recibiendo a destiempo sus participaciones se complicará la comprobación de sus gastos lo que generará subejercicio, el cual va en detrimento a la hora en que el gobierno federal le asigne montos.

Asimismo, exponen que la violencia ejercida desde el poder gubernamental contra la Universidad al justificar bajo argumentos de índole semántico el deslinde de sus obligaciones contraviene al espíritu de su autonomía.

Debido a que la propia legislación de la UV no contempla un mecanismo para obligar al estado a cumplir con sus compromisos financieros, desempolvar la iniciativa para que la Universidad plantee sus propias reformas no queda fuera de lugar y, por otro lado, la Constitución federal prevé un procedimiento, sin embargo, está supeditado a voluntad de los diputados.

Recalcitrante e ilegal regatear financiamiento

Pese a que en la réplica que el gobernador del estado Javier Duarte, da al desplegado de la Junta de Gobierno de la UV al puntualizar en pasivo de más de 2 mil millones 400 mil pesos, rechaza regatear los recursos a la Universidad, recurre recalcitrante a la definición de la palabra “subsidio” en apología de su condicionamiento.

Ante ello Alfonso Velásquez Trejo, académico de la Facultad de Sociología de la UV y valorador de los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (Ciees), manifestó que restringir a la UV con argumentos de dicho carácter queda totalmente fuera de lugar cuando los recursos del Presupuesto de Egresos ya están dispuestos para su gasto.

“No es legal condicionar el egreso a los ritmos de recaudación, eso no procede, es ilegal porque el ejercicio del gasto en materia de educación está estipulado por la Ley”, puntualizó quien también fue subdirector de Recaudación y Administración de Oficinas de Hacienda en la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan).

“Puede ser que para el Presupuesto de Ingresos se haga una estimación pero en el caso de los plasmado en Egresos no lo es, es lo que te tiene que asignar; en el manejo de las finanzas públicas hay mecanismos para resolver estos temas pero evidentemente si la Gaceta Oficial del Estado (GOE) lo señala es un compromiso del estado”.

Además, dijo que el reclamo de la rectora llega tarde en un contexto estatal donde debió exigirlo desde su toma de protesta; expresó que las observaciones de la Junta de Gobierno de la UV sobre el monto pasivo debieron hacerse antes de acumularse, debido a la incapacidad de pago del gobierno del estado que ya se vaticinaba.

Cuestionado sobre la entrega de los pendientes diferidos expresó que sí causa un severo perjuicio porque la UV debe comprobar gastos a la Federación y parte de la reducción de los recursos es por la no comprobación y el subejercicio. “En términos operativos el ejercicio del gasto depende del nivel de recaudación pero también de la calendarización de recursos que no radican todos en un mes, por lo que va a llegar un momento de ajuste”.

Por su parte César Barradas Hernández, catedrático de la Facultad de Derecho de la UV, expuso que discutir el carácter de “subsidio” no tiene cabida para justificar la retención y que sólo transparentando en su totalidad las finanzas estatales es admisible adquirir más deuda para saldar los pasivos o modificar los montos ya estipulados.

“Tanto a nivel federal como a nivel estatal los recursos que se le dan a la Universidad Veracruzana son aprobados por el pueblo, por los representantes que son los diputados, por tanto ese dinero se le tiene que dar a la universidad no es un asunto de decidir si merece o no apoyarse a la universidad, el recurso ya está aprobado para ello.

”Decirle ‘subsidio’ es sólo una descripción de las características del recurso que se le está dando, pero en el momento en que el Congreso local aprueba ese dinero para entregarlo a la Universidad esto se vuelve obligatorio”.

Manifestó que sólo en caso de carecer de los recursos se estiman acciones para modificar el Presupuesto de Egresos, donde se puede hacer un recorte que debe ser avalado por el pleno legislativo debido a que los ingresos han disminuido o vía deuda pública para cubrir los pasivos, no obstante, antes de hacer un ajuste se debe explicar la situación financiera, “se debe aclarar qué ha pasado con tus ingresos públicos que no tienes ahora para cubrir el gasto presupuestado”.

Sin embargo, puntualizó que debido al severo endeudamiento por el que atraviesa Veracruz, estimado en más de 70 mil millones de pesos, adquirir más deuda no es recomendable puesto que el argumento por el que la administración actual ha estado adquiriendo más deuda es para generar más desarrollo, pero esto no se cumple, prueba de ello son los últimos indicadores del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

“Durante muchos años la Constitución (federal) señaló que no se podría contratar deuda sino únicamente para obras de carácter productivo, es decir que generaran más desarrollo económico y social, no se hablaba para refinanciar la deuda, en 2013 se reforma el artículo 17 y entonces se dice que los estados podrán endeudarse tanto para obra como refinanciamiento”, expuso.

No obstante, “si nos vamos a la Constitución del Estado únicamente hace alusión a endeudarse por obra productiva para generar más riqueza y desarrollo, pero los últimos reportes que ha presentado el Coneval me parece que, si se ha contratado la deuda para éste propósito, no se ha cumplido”.

Sobre el presupuesto, Velásquez Trejo dijo que en una perspectiva nacional, la cartera para la educación superior asigna un volumen de recursos que ha experimentado una tendencia al estancamiento. “El Estado mexicano en los últimos 30 años ha partido de la hipótesis de que la actuación privada resulta más racional, efectiva y rentable que las instituciones públicas, hay quien piensa que la desaparición de universidades públicas y la transferencias de recursos que se le asignan a las privadas se justifica porque supuestamente dan una mejor formación o tienen perfiles determinados”.

Sin embargo, pese a que esto no es una generalidad, la asignación de recursos de las universidades públicas se encuentra inscrita en esta política general de reducción, orientada a aumentar la participación privada y reducir la participación pública, coherente con el lenguaje neoliberal en materia educativa.

Acotó que si bien someter a la educación superior a transparentar indicadores de productividad, eficiencias terminales, entre otros, en una primera instancia han sido agresivos a mediano y largo plazo han permitido avances institucionales; “A pesar de los discursos, en términos absolutos, el gobierno federal asigna cada vez menos recursos para las universidades públicas”.

Los candados para el reparto del dinero están vinculados con los resultados de los indicadores de gestión, es decir, tasas de deserción, participación en programas de posgrado en padrón de calidad, número de programas evaluados y certificados, producción de textos científicos, investigación, entre otros, es decir que a menor desempeño será proporcional el capital concedido.

Recordó que en el caso de la UV son sólo alrededor de 50 por ciento de las licenciaturas acreditadas y, no obstante, las cifras van menguando con las vigencias de cada evaluación. “La Universidad Veracruzana nunca ha alcanzado arriba de 84 por ciento de sus programas acreditados y lo que hemos visto en los últimos años es que todo el esfuerzo se ha venido para abajo, hay un retroceso mayor a 20 por ciento y estamos muy lejos de universidades como la Autónoma de Nuevo León (UANL) que tiene el total de sus planes acreditados”.

Lamentó que la UV quede rezagada en comparación con otras casas de estudio como la Autónoma Universidad de Guanajuato (UGTO) o incluso la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), que tiene al 100 por ciento sus programas avalados y mantienen un proceso de avance constante en acreditación y reacreditación.

De esta forma, sugirió que “Se requiere de un mayor liderazgo y una mayor claridad, alinear los elementos institucionales para facilitar a los académicos el logro de metas preestablecidas”. Desde hace cuatro años los reportes de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) señalan que los recursos que han sido asignados a la UV no llegan y han menguado en más de 20 por ciento.

Sobre el presupuesto base cero, explicó que es sólo parcialmente realizable puesto que hay obligaciones adquiridas que no se pueden ignorar, además de una serie de inflexibilidades en el ejercicio del gasto que no permiten considerar el historial financiero como inexistente.

Dijo que un efecto pernicioso de esta política es la reducción de plazas de tiempo completo, en la cual para muchos profesores luego de jubilarse, se congelarán sus plazas y a su vez se coartarán las expectativas de crecimiento de aquellos que tengan vocación para la vida académica.

De esta forma advirtió que si la UV no mejora el comportamiento actual de sus indicadores de gestión y no le entregan el recurso pendiente, perderá los de la bolsa a repartir prevista por la Federación frente a otras universidades que sean más competitivas.

UV, legislación interna; autonomía y violencia

La legislación de la UV carece de un mecanismo para obligar al gobierno del estado a pagarle los pendientes, sin embargo, esto podría modificarse al sacar de la congeladora la iniciativa que plantea las atribuciones necesarias para que reforme su Ley Orgánica o, por otro lado, la intervención de la Federación que ya se contempla en la Constitución pero únicamente a través de la solicitud del Pleno.

Manlio Fabio Casarín León, del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), explica que la carencia de dicho proceso interno impide que se obligue a dictaminar una iniciativa en el Congreso ni en determinados plazos ni características.

“Es una falta de previsión normativa en la Constitución, en otros estados existe la acción por omisión legislativa, que implica que la Suprema Corte o el máximo tribunal local exija que el legislador realice sus funciones, así se evita que se legisle exclusivamente lo que le interesa solamente al gobernante”.

A su vez, Velásquez Trejo recordó que en la reforma de 1993 (con Emilio Gidi al frente) autorizaron todo menos la modificación estructural y forzosamente cualquier cambio debe de pasar por la Cámara de Diputados, con ello admitió que esto contraviene el espíritu de autonomía de la Universidad y lo pone a merced de la mayoría en la Legislatura.

Empero, señaló que habrá quien hable de la autonomía absoluta y relativa, pero la absoluta implicaría un cambio sustancial en sus estructuras de la UV, lo que vendría a ser un contrasentido en un régimen liberal que aspira a la democracia participativa.

De modo que, opinó, convendría a la UV realizar modificaciones normativas puesto que de otro modo su desarrollo continuará a la baja por las rigideces administrativas. Incumplir, reducir o retener la asignación de recursos a la máxima casa de estudios del estado violenta su autonomía y debido a su delicada naturaleza, se agrede a la sociedad misma, expresó Alfonso Velásquez.

“La virtud de la autonomía es que al delimitar los ámbitos de las autoridades políticas y de la Universidad se genera un clima saludable en la polis, cuando se tergiversa el sentido dará lugar a enfrentamientos.

”La autonomía es un patrimonio político, es decir un valor que protege a la Universidad pero a su vez protege al gobierno estatal, es producto de una larga historia que ha demostrado su pertinencia al delimitar el espacio del Estado y de la misma Universidad porque son dos vocaciones distintas, las del saber y el conocimiento de la política no tiene como vocación el poder, sino la asignación autoritaria de valores, recursos, y es una actividad práctica, en tanto que la cuestión académica es teorética”.

De esta manera también la falta de una división de facto de los poderes del estado y la pasividad de los legisladores son las causas por las cuales no se ha forzado a la entidad a entregarle los recursos pendientes a la UV, estimó Barradas Hernández.

El catedrático expresó que se debe recordar al Poder Legislativo la obligación que tiene de verificar y evaluar el uso adecuado de los recursos públicos, “en cualquier momento el Congreso local puede solicitar a la Auditoría la revisión de los recursos de la Universidad y revisar las condiciones por las que no se le ha entregado”.

“Hay una mala interpretación del sentido de la función del Poder Legislativo en el tema presupuestal lo que hace que se piense que necesitan darle atribuciones extraordinarias a los beneficiarios de los recursos públicos para que los puedan exigir, cuando es facultad de la Cámara revisarlo”, agregó.

Por otro lado destacó que otro de los conflictos principales es que la elección del titular de (en este caso el Órgano de Fiscalización Superior, Orfis) se da bajo la mayoría de legisladores que son del partido del gobernador, “el problema que está enfrentando la Universidad Veracruzana viene de eso, la Cámara de Diputados no ha asumido su compromiso constitucional e histórico”.

“Donde no existe una división real de poderes no hay contrapeso, ni revisor de los actos financieros del Ejecutivo, por lo que éste puede llegar a hacer cosas más allá de lo que la misma normatividad le concede, cuando su función es verificar y controlar”, de no suceder esto, acotó, se regresaría al estado monárquico, donde el soberano no tenía que rendir cuentas a nadie.

De continuar el incumplimiento financiero del gobierno del estado a la UV en los próximos años, pese a las reuniones que han señalado ambas partes sin aclarar acuerdos concretos, César Barradas refiere que para obligar a la administración a asumir sus compromisos ya se contempla en la última reforma a la Carta Magna la manera de intervenir de la Federación, no obstante dicho proceso está supeditado a la solicitud del Congreso.

Precisó que el artículo 73, fracción VIII, inciso cuatro de la Constitución federal, indica que para las administraciones estatales severamente endeudadas, se puede formar una comisión bicameral para que entre diputados y senadores analicen el estado financiero de la entidad y el gobierno federal sea garante de recursos para cubrir los pasivos pendientes.

Indicó que dicha reforma apenas tiene cuatro meses de entrar en vigor, empero la posibilidad implica que el gobierno de Veracruz transparente su situación financiera y que a su vez el Pleno haga la petición formal.

Sobre la aprobación del aumento de 50 por ciento a nómina para cubrir las responsabilidades, César Barradas indicó que no es un tema de avalar más gravámenes a capricho del Ejecutivo, sino que allí radica la importancia de valorar la condición de las finanzas estatales, lo que debe exigir el Legislativo.

“Una vez que se hayan transparentado lo que ha pasado con los recursos públicos será tiempo de hablar cómo vamos a salir adelante porque la percepción que existe es de opacidad”; Barradas estimó que al estar en puerta el cierre del ejercicio fiscal actual, el recurso pendiente con la UV no será liberado este año.

Generar recursos propios, otra forma de amortiguar omisiones y política oficial

A raíz de esta experiencia para la UV, el académico Alfonso Velásquez planteó que es necesario un reclamo de recursos más enérgico, además comenta que es indispensable que el capital para la educación se enfoque en la calidad y a la obtención de capital propio, ya que las políticas del gobierno federal están presionando a todas las universidades estatales.

“La Universidad se está quedando rezagada, porque podría generar más recursos propios con asesorías, consultorías, evaluaciones de proyectos, certificaciones con uso de sus laboratorios”. Estimó que la institución debe abrirse a otros sectores para combinar el talento universitario con los requerimientos de los sectores productivos.

Afirmó también que convocar a la sociedad a la construcción de la infraestructura física de la UV para financiar de forma altruista es una opción, puesto que consideró insuficiente el esfuerzo del patronato, así como implantar otros mecanismos para la contratación de los profesores que se requieren, “fomentar la vinculación y la identificación de la Universidad con la comunidad”.

Si bien la rectora señaló que la UV está pasando por una crisis sin precedentes, es sin precedentes en México que un gobernador escamotee los recursos que por derecho le corresponden a la alma máter. Tales situaciones parecieran sucederle sólo a Veracruz, donde un mandatario externe como “generosidad” el entregar lo que es su responsabilidad y dinero que no le pertenece a la administración sino al erario público.

Su comportamiento recuerda al monarca que concede dádivas al proletariado, mas presumir la no enemistad no es sinónimo de acuerdo; cuestionable es que la verborrea expuesta por el gobernador al responder a la Junta de Gobierno los deje satisfechos.

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