Columna
sin nombre
Pablo
Jair Ortega
14 de
JULIO de 2015
Al
principio del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, analistas políticos
daban cuenta de que los principales cargos en el área de seguridad y justicia
estaban siendo ocupados por un mismo grupo originario del estado de Hidalgo,
amigos del mandatario. A saber: Jesús Murillo Karam, entonces nombrado
procurador general de la república; Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de
Gobernación; y Eugenio Imaz, director del Centro de inteligencia y Seguridad
Nacional (CISEN).
Tres
personajes muy cercanos entre sí y que ya habían trabajado juntos en tiempos
anteriores en el gobierno estatal hidalguense.
De igual
manera, se advertía que dicha cercanía de estos hidalguenses con el presidente
podría ser contraproducente pues un sólo grupo controlaría la información de
inteligencia mexicana, algunos incluso sin experiencia, como el caso de Imaz,
que sería el director de la “CIA mexicana”.
Ahora con
la reciente fuga del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera (a) “El Chapo”, en el
fondo podemos decir que son éstos tres los responsables de su fuga. Por
ejemplo, el entonces procurador Jesús Murillo Karam, el mismo día que fue
presentado ante los medios el recién capturado capo originario de Badiraguato
el 22 de febrero de 2014, de manera soberbia rechazó tajantemente la
extradición a Estados Unidos alegando que no era necesario.
Por su
parte, Osorio Chong falló en la tarea de vigilancia diaria que le había
instruido el presidente Enrique Peña Nieto, como así lo dio a conocer el mismo
titular del Ejecutivo en entrevista con el periodista Leon Krauze para
Univisión. Al mismo secretario de Gobernación se le ha criticado que estuviera
en la comitiva de mexicanos en Francia junto a Peña Nieto, dejando sin
responsable al frente del país: un error gravísimo y de novatos.
Y Eugenio
Imaz, quien ni siquiera parece haber tenido indicios ni alertas de una probable
fuga, siendo el responsable de manejar la inteligencia en este país… ¿Pero qué
se puede esperar de alguien que deja que su hija sea golpeada por el nieto de
Jesús Murillo Karam? ¿Qué se puede esperar de alguien que ni siquiera
monitoreaba el Twitter de los hijos de Guzmán Loera o mucho menos hizo caso de
las advertencias de la DEA que se dieron el año pasado?
Y fue
esta suerte de policía china de alto nivel en el gobierno federal la que envió
a Enrique Ampudia Mello como recomendado al Gobierno de Veracruz, siendo hoy
secretario particular del gobernador Javier Duarte de Ochoa, pese a que durante
años estuvo ligado al grupo cercano de Miguel Ángel Yunes Linares, otrora
enemigo político del actual régimen y del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán.
En
circunstancias que sorprendieron a la clase política veracruzana, Ampudia Mello
llegó al Gobierno de Veracruz el 17 de julio de 2012, entonces como
subsecretario de Gobierno, supuestamente bajo las órdenes de Gerardo Buganza
Salmerón, pero de inmediato se supo que comenzó a presionar para pedir recursos
financieros para crear una mini Secretaría de Gobierno sin responder a su jefe
inmediato.
Curiosamente,
tanto Buganza como Ampudia salieron de la Secretaría de Gobierno en la
reestructuración que hizo el gobernador Javier Duarte el 12 de agosto de 2013,
quedando frente de la SEGOB, Erick Lagos Hernández, hoy diputado federal
electo; y Marlon Ramírez Marín, como subsecretario. Buganza Salmerón se fue
como titular de la extinta Secretaría de Comunicaciones y Ampudia se fue a la
“Renata” (Reserva Nacional de Talentos).
Pero a
principios de enero de 2015, nuevos cambios en el gabinete estatal devolvieron
a Buganza a la titularidad de la Secretaría de Gobierno y a Enrique Ampudia
como secretario particular del gobernador. Este cargo, según los viejos lobos
de mar de la política, si bien en apariencia es fuerte, en realidad debilita
mucho al personaje que lo ocupa, pues la estrecha cercanía con el gobernador
prácticamente limita cualquier maniobra sin consentimiento del mandatario.
Como dato
interesante: en las recientes elecciones se sabe que Marlon Ramírez Marín fue
designado como el responsable político del distrito de Veracruz, representado
por la abanderada Ana Guadalupe Ingram Vallines; mientras que Enrique Ampudia
Mello fue el encargado de Boca de Río, con la candidata Carolina Gudiño. No
obstante, y luego de los resultados adversos, Marlon tuvo que renunciar a su
cargo y curiosamente Ampudia permanece en el mismo, como si nada, siendo Boca
del Río la derrota más estrepitosa.
¿Pero
ahora el secretario particular del gobernador podrá seguir teniendo la misma
fortaleza ahora que el grupo de los hidalguenses en el poder que lo
recomendaron han perdido poder? ¿Ahora que han demostrado que no tienen ni
siquiera la capacidad para vigilar al preso más peligroso, hoy fugado? ¿Será
que los hidalguenses puedan seguir sosteniéndose por ser amigos del presidente?
¿Ampudia tiene asegurado su futuro en el Gobierno de Veracruz? Porque se le ve
muy tranquilo, como si nada.
Un caso,
sin duda, para Sherlock Holmes.
EPÍLOGO
A tomar
en cuenta: a Felipe Calderón le cambió todo el rumbo de su gobierno al perder a
su amigo y hombre fuerte Juan Camilo Mouriño, su secretario de Gobernación…
Luego entonces ¿quién se fortalece con la probable caída de Osorio Chong del
gobierno? ¿Podría ser Videgaray? ¿Manlio Fabio? ¿Salinas? ¿las tres opciones
anteriores? ¿Gru, el de “Mi Villano Favorito”? Como diría Platanito: “¡Aaay,
weeeeey!”