CICLOS DE LA VIDA QUE
SIGUE
Uriel Flores Aguayo
La vida es de ciclos en general; desde
las edades, los estudios, el estado civil, las familias, la cultura, el clima,
los viajes, los gustos, el trabajo y demás están marcados por ciclos. Después
de un periodo en o de algo viene otro, hay subidas y bajadas, triunfos y
derrotas, amores y desamores, salud y enfermedad, fortaleza y debilidad, pero
siempre la vida sigue... hasta la muerte. No hay ideología (o seudo), ni crisis
que cambie eso o impida el reinicio, la luz y la recomposición. Con voluntad y
optimismo se puede casi todo. Lo que empieza termina, hay que tomarlo con
naturalidad, guardar lo aprendido y llevar al recuerdo solo lo positivo para
que valga la pena cargar algo.
Concluyo una etapa profesional en la
Secretaría de Educación de Veracruz, donde tuve el privilegio de ser
Subsecretario de Desarrollo Educativo. Sólo fueron dos años pero bastaron para
reenamorarme de la Educación en una experiencia fascinante de trabajo con el
profesorado, estudiantes y la comunidad de madres y padres de familia. Debo
agradecer al gobernador Yunes, su nombramiento. Fue un acto generoso y de
confianza al que me esmeré en corresponder con trabajo intenso y profesional,
incluyente y abierto. Su trato fue absolutamente pulcro y respetuoso. En esta
labor hubo un equipo que se distinguió por su diversidad y alto sentido del
compromiso educativo. Los directores y coordinadores, en austeridad extrema,
hicieron lo planeado más lo extra que les dictó su conciencia y empeño de ser mejores
y cumplir con las tareas encomendadas. Solo expresiones de agradecimiento puedo
tener para servidores públicos de tan alta calidad. En la integración de este
equipo de trabajo no hubo recomendaciones partidistas ni de autoridad superior,
los criterios empleados tuvieron que ver con su buena fama y la competencia
esperada. Incluyo en mi consideración y respeto a todo el personal de la
Subsecretaria. Llegamos con las manos limpias, nos vamos con las manos limpias
y la satisfacción del deber cumplido.
Es más claro ahora para mí que los
servidores públicos somos eso, funcionarios al servicio de la sociedad; que
debemos cuidar los bienes y recursos públicos con los que se sostienen nuestras
actividades. Esta experiencia es bastante rica en una austeridad extrema que
nunca impidió el cumplimiento del deber; no hay victimismo alguno, son las
circunstancias que nos tocaron y heredamos, aunque enfrentadas con seriedad y
convicción. También es claro que somos pasajeros, que nuestro papel es temporal
y que las instituciones no solo permanecen sino que exigen renovarse
permanentemente. No hubo manoseo faccioso en nuestra labor como tampoco existió
en la política educativa desarrollada en esta breve administración. Ahí está
una prueba de que es posible aplicar políticas con visión de largo plazo sin
forzar y degradar con tonos y consignas partidistas. Hasta el último segundo
mantuve una actitud plenamente institucional, sujeto a los lineamientos
normativos de esta Administración.
Cumplida esta honrosa y estimulante
responsabilidad hay que seguir caminando por la vida. Habrá que retomar la
labor social y política, habrá que retomar el trabajo profesional de siempre.
Sin coaliciones y sin partido queda la condición ciudadana e independiente.
Tengo más de catorce años de no ocupar algún cargo partidario y no pretendo
incursionar en ninguna sigla de partido, salvo para elecciones. No pienso ser
oposición en ningún nivel, mucho menos en lo Estatal y Federal. Nuestro país
tiene una nueva configuración del poder político por mandato ciudadano. Hay que
dar la oportunidad a quienes obtuvieron la mayoría de que implementen su
proyecto y lo pongan a prueba, además estar pendientes de que la sociedad civil
no se achique ni se desorganice, es la garantía de la evolución democrática de
México. Soy de los que piensan qué hay que bajarle a la polarización y
contribuir con opiniones informadas y críticas constructivas a la buena marcha
de nuestro país.
Recadito: reafirmo que voy a ser
candidato en la próxima elección municipal de Xalapa.