Héctor Yunes Landa
¡Hágase la luz… en sus tarifas!
La noche
del jueves, los clientes de muchos restaurantes en algunas ciudades del país se
mostraron sorprendidos porque los establecimientos estaban a oscuras. No se
trataba de una estrategia para atraer a más personas a la luz de las velas,
sino de una protesta cada vez más generalizada por el reciente incremento a las
tarifas de energía eléctrica.
En
Veracruz, por ejemplo, restauranteros de la zona conurbada Veracruz, Boca del
Río se unieron al apagón que se realizó de manera simultánea en el país para
protestar por los altos costos de la luz. Establecimientos de ciudades como
Guadalajara, Puerto Vallarta o Cancún también bajaron el switch y encendieron
velas durante dos horas, en protesta por el aumento, en algunos casos, de más
de 60% de las tarifas eléctricas. Así lo harán cada jueves.
La Cámara
Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (CANIRAC)
convocó este movimiento a nivel nacional como medida de presión para que bajen
las tarifas eléctricas, pero también ha invitado a otros sectores a que se
sumen a este movimiento.
El tema del
aumento al precio de la luz es complejo, pero sin duda, la razón le asiste lo
mismo a las empresas y comercios que a los usuarios domésticos que deben pagar
tarifas cada vez más elevadas. El servicio de energía eléctrica debe promover
la inversión y el empleo, garantizando el funcionamiento económico del país; es
evidente que las tarifas altas inhiben el consumo y el buen funcionamiento de
los comercios y las empresas.
El aumento
a la tarifa de luz se explica en parte a la distorsión que existía por el alto
subsidio que durante décadas proporcionó el gobierno a través de la Comisión
Federal de Electricidad (CFE), de una forma muy similar al precio de las
gasolinas. Detrás del alza en los precios de la electricidad se encuentra el
costo de su generación, el cual está ligado al aumento en el precio del
combustóleo, interrupciones en el suministro de gas natural y la caída en la
generación hidroeléctrica.
Estos
problemas llevaron a la Comisión Reguladora de Energía (CRE) a crear una nueva
fórmula que permitiera calcular mejor el costo de la electricidad de acuerdo a
las condiciones de generación y distribución por zonas. El resultado es una
tarifa final con un componente fijo -que incluye gastos de mantenimiento y
ampliación de red de transmisión entre otros-, y un elemento variable -que
depende del costo de generación-; en éste es donde se han visto los altibajos a
lo largo del año.
Sin
embargo, no será una solución adecuada resolver un problema estructural para
generar muchos otros que también tienen impacto en la economía de los
consumidores.
La reclasificación
de las tarifas eléctricas para atenuar el costo por el consumo de la luz ha
sido una lucha que he acompañado por muchos años, bajo un argumento
incuestionable: Veracruz es líder nacional en generación de energía eléctrica
–cuenta con la única central nuclear del país y un número muy importante de
hidroeléctricas-, y tiene un creciente impulso en la producción de energía
renovable como la eólica, geotérmica y solar. Si somos la entidad que prende
los focos de millones de viviendas en todo el país, es un acto de justicia que
tengamos un trato preferencial de acuerdo a nuestra aportación.
Una de
estas luchas ha sido precisamente al lado de la resistencia civil que ha
emprendido el movimiento de "La leyenda de Chucho el roto"
-encabezado por mi amigo Francisco Fernández Morales “El Potro”-, para la
lograr en 2014 la reclasificación de tarifas para 86 localidades de 6
municipios (Alto Lucero, La Antigua, Apazapan, Emiliano Zapata, Puente Nacional
y Veracruz) en beneficio de casi 50 mil usuarios que viven en torno a Laguna
Verde.
Pero esto
no es suficiente. Por ello, en octubre del año pasado, integrantes del
movimiento y pobladores de la región estuvimos con el director general de la
CFE, Jaime Francisco Hernández, con el propósito de analizar la viabilidad de
una reclasificación de tarifas eléctricas en beneficio de más de 350 mil
habitantes que habitan en un radio de 41 kilómetros en torno a la planta
nucleoeléctrica.
Ante el
alza de las tarifas, debemos encontrar puntos de acuerdo como lo hacen otros
países, donde el gobierno y las empresas garanticen el funcionamiento eficiente
de esta infraestructura, y que esto también represente una oportunidad de
desarrollo a los habitantes de las regiones donde se asientan estos proyectos
Con la
apertura del mercado de la energía eléctrica, la producción por parte de las
empresas para autoconsumo, el uso de fuentes alternativas como la energía solar
y una mayor eficacia en la operación de la Comisión Federal de Electricidad,
debemos lograr una solución que permita establecer mejores tarifas para que la
energía electrica siga siendo un patrimonio de todos.
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