Jóvenes
son detenidas por la policía hoy, domingo 13 de septiembre de 2015, después de
la manifestación por las víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet, en
Santiago de Chile.- (EFE/Mario Ruiz) -
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SANTIAGO, Chile. (AP/
Diario de Yucatán) — Decenas
de miles de personas participaron el domingo en la tradicional marcha por los
derechos humanos en memoria de los desaparecidos y víctimas del golpe militar
del 11 de septiembre de 1973 en Santiago, que fue masiva y finalizó como es
habitual con violencia e incidentes aislados.
La marcha
transcurrió de manera pacífica como suele ocurrir cada año a través de las
principales calles de Santiago, incluida la Alameda que atraviesa la ciudad, con
la reivindicación en esta ocasión de poner fin a los pactos de silencio que
protegen a los militares y exigiendo el cierre del penal especial para
represores de Punta Peuco, que muchos consideran una cárcel de lujo.
Sin
embargo, al final, grupos de encapuchados levantaron barricadas y
protagonizaron violentos enfrentamientos con la policía, que desplegó carros
lanzaagua y gases lacrimógenos para dispersarlos.
La
manifestación que es organizada por colectivos de derechos humanos que agrupan
a familiares de personas desparecidas se celebra tradicionalmente el domingo
siguiente al 11 de septiembre, desde que ésta dejó de ser feriado en 2002.
“Han
pasado 42 años del golpe militar, estamos marchando por memoria, porque nunca
debemos olvidar, porque exigimos verdad total y justicia plena y porque
queremos el país de una vez por todas termine con todo los amarres
dictatoriales”, señaló a The Associated Press la presidenta de la Agrupación de
Familiares de Detenidos Desaparecidos, (AFDD), Lorena Pizarro.
La herencia
de la dictadura incluye partes fundamentales de la estructura del país, como el
sistema económico, de salud o educativo, así como la Constitución que sigue
siendo la que puso en marcha el dictador Augusto Pinochet (1973-1990).
“Marchamos
porque no queremos nunca más terrorismo de Estado, queremos terminar con la
Constitución y porque queremos el respeto de los derechos humanos en Chile”,
continuó Pizarro.
Uno de
los momentos más emotivos se produjo cuando los manifestantes pasaron por
delante del palacio presidencial de La Moneda mientras se podía escuchar el
último discurso de Salvador Allende, el presidente elegido democráticamente que
fue derrocado ese trágico día de 1973.
“Vamos a
marchar indefinidamente hasta que se haga justicia por nuestros caídos, por
todos los atropellos a los derechos humanos que hemos vivido en este país”,
relató a la AP Ramón Núñez, dirigente de la Asamblea Nacional de Derechos
Humanos.
En el
discurso en el acto cultural al final de la marcha, que tiene lugar en el
monumento a los desaparecidos que hay en el Cementerio General de Santiago,
Lorena Pizarro solicitó el fin de los pactos de silencio de los militares y
también el cierre del polémico penal Punta Peuco, donde están recluidos
exclusivamente los violadores de los derechos humanos y que cuenta para muchos
con privilegios especiales que no existen en otras cárceles del país.
“Nosotros
no queremos que esto termine en cosas simbólicas”, señaló Pizarro. “El cierre
del penal Punta Peuco es una medida inmediata que hay que tomar para avanzar”,
en el país, manifestó, solicitando también el fin de los pactos de silencio
dentro de las fuerzas armadas.
En el
tramo final de la marcha diversos grupos de encapuchados levantaron barricadas
y comenzaron a lanzar piedras y cócteles molotov contra la policía y también
contra alguno de los periodistas cubriendo la marcha. La policía desplegó
varios carros lanzaagua y gases lacrimógenos y arrestó a varias personas.
En total,
40.018 personas fueron asesinadas, torturadas o recluidas por motivos políticos
durante la dictadura de Pinochet. Según cálculos del gobierno, 3.095 personas
fueron asesinadas, entre ellas 1.200 que fueron víctimas de desaparición
forzada.