El embajador de EE UU en México confirma que hay “importantes operaciones en desarrollo” para aclarar el secuestro de los cuatro estadounidenses y el asesinato de dos de ellos. La Fiscalía de Tamaulipas confirma la detención de cinco personas
El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, ha afirmado este viernes que se están desarrollando “importantes operaciones” para encontrar a los responsables del secuestro de los cuatro ciudadanos estadounidenses y el asesinato de dos de ellos en Matamoros, Tamaulipas. “No vamos a descansar hasta que los culpables enfrenten la justicia”, ha dicho Salazar en una conferencia ante los medios. El FBI ha creado una línea de investigación online, donde ha pedido a los ciudadanos que suban cualquier fotografía o video sobre lo ocurrido en México el 3 de marzo. Todavía no se ha identificado de manera oficial al grupo criminal implicado en el caso, que amenazó con generar un grave conflicto diplomático entre México y EE UU, pero la Fiscalía de Tamaulipas ha confirmado la detención de cinco personas vinculadas al ataque.
Salazar, visiblemente afectado por el crimen, ha dicho que desde “el primer minuto” que recibió la llamada en la que le avisaron de la desaparición de los cuatro jóvenes confío en encontrarlos y en hacerlo con vida. “Lamentamos mucho la muerte. Hemos hablado con los dos que sobrevivieron del secuestro y que vieron todo lo que pasó”, ha dicho el embajador, que ha señalado que uno de los supervivientes, Eric Williams, tiene las piernas destrozadas por los disparos, y que Latavia Washington McGee, la única de los cuatro que resultó ilesa, va a tener “que seguir viviendo con el trauma de lo que vio ocurrir en Matamoros”. Shaeed Woodard y Zindell Brown fueron encontrados sin vida y hasta el momento no ha trascendido la causa de la muerte.
Los cuatro amigos viajaron desde Lake City, en Carolina del Sur, hasta Matamoros en una miniván Chrysler Pacífica. Recorrieron 2.300 kilómetros para presuntamente acompañar a Wahington McGee a realizarse una operación de estética en México. A las 9.18 del viernes 3 de marzo, los jóvenes cruzaron la frontera. A partir de ese punto, sus familias perdieron toda comunicación debido a un problema de señal. Lo que han revelado las imágenes de las cámaras de seguridad de Matamoros es que desde que entraron en la ciudad fueron controlados. Hasta ocho vehículos empezaron a seguir y vigilar el coche donde viajaban los estadounidenses durante, al menos, 45 minutos. Alrededor de las 11 de la mañana, finalmente, los interceptaron y los secuestraron.
A plena luz del día, las imágenes han mostrado cómo los agresores suben dos cuerpos inconscientes a la batea de una camioneta blanca y obligan a subir a los otros dos ciudadanos. En esta agresión falleció también una mujer mexicana, de 33 años, “por una bala perdida”. La noticia pasó desaparcibida hasta el lunes, cuando el FBI anunció que los desaparecidos eran ciudadanos estadounidenses y ofreció una recompensa de 50.000 dólares por información sobre su paradero.
En una operación muy rápida, para los estándares de la investigación en México, donde hay más de 110.000 personas desaparecidas a las que el Gobierno ni siquiera está buscando, el martes fueron localizados los jóvenes. Estaban dentro de una caseta de madera en un paraje conocido como La Lagunona, cerca de la playa Bagdad, a pocos kilómetros de la frontera.
Los dos supervivientes fueron trasladados ese mismo día al lado estadounidense, para recibir atención médica, y los cuerpos de Woodard y Brown, de 33 y 28 años, fueron finalmente entregados este jueves a las autoridades de EE UU. “Agradecemos el esfuerzo conjunto entre EE UU y México. Estuvimos en contacto con todo el Gobierno, hasta con el presidente López Obrador, y con el Gobierno de Tamaulipas, para pedirles que hicieran todo lo posible para hallar a las cuatro personas. Hicieron un trabajo inmediato. Se llegó a un lugar donde se rescató a los cuatro, aunque lamentablemente dos estén fallecidos”, ha dicho Salazar. El embajador ha rechazado pronunciarse sobre los antecedentes penales, de posesión de drogas en 2015, de los dos jóvenes asesinados. “Mi prioridad es proteger a los ciudadanos estadounidenses en México”, ha dicho.
én El diplomático ha hecho hincapié en el riesgo que corren también los trabajadores de los consulados situados en el norte del país. “En lo que se conoce como la frontera chica se vive con mucho miedo. Hace unos meses los cárteles nos atacaron de forma violenta en el consulado de Nuevo Laredo y en Matamoros hay lugares a donde no podemos ir. Entonces subrayo la importancia de que estos carteles que tienen tanto poder en esa zona se tienen que desmantelar y ese trabajo lo tenemos que hacer en conjunto con el Gobierno mexicano, respetando la soberanía de México. El equipo de los Estados Unidos trabaja día y noche dándole seguimiento al caso”, ha apuntado. También este viernes el FBI ha puesto en marcha una web para que cualquier persona pueda subir imágenes o videos sobre lo ocurrido en Matamoros: www.fbi.gov/brownsville.
Por su parte, el Ejército mexicano encontró esta semana a cinco individuos, presuntos integrantes del Cártel del Golfo, amarrados, pero con vida, que fueron entregados supuestamente por el propio grupo por haberse saltado la disciplina y haber atacado a los jóvenes estadounidenses. “El Cártel del Golfo, grupo Escorpiones reprueba energicamente los hechos del 3 de marzo [...] y por eso hemos decidido entregar a los responsables directos que en todo momento actuaron bajo su propia determinación e indisciplina y en contra de las reglad del CDG”, se lee en el cartel que se encontró junto a los hombres.
El fiscal de Tamaulipas, Irving Barrios, ha confirmado a través de Twitter que están arrestados por los delitos de secuestro agravado y homicidio simple intencional. Además, ha señalado que el primer detenido, José Guadalupe N, por estar resguardando la caseta donde se encontró a los estadounidenses ya ha sido vinculado a proceso.
El caso de los cuatro estadounidenses ha generado una catarata de reacciones también al otro lado de la frontera, donde algunos senadores y diputados republicanos han propuesto enviar al ejército estadounidense para luchar contra los grupos del crimen mexicanos. Esa idea ha sido tajantemente rechazada hoy por Salazar: “Los militares estadounidenses no van a resolver el problema de los cárteles, esas propuestas no traen las soluciones que necesitamos”. Esta mañana, López Obrador ha llamado “mequetrefes e intervencionistas” a los congresistas republicanos. El embajador ha tratado de calmar los ánimos y ha asegurado que la prioridad es que los dos países trabajen juntos contra la inseguridad.
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