Rúbrica
Dosis
de realidad
Por
Aurelio Contreras Moreno
Vaya revés el que le dio el próximo
Gobierno Federal a los familiares de desaparecidos. Sin decir agua va, el pasado fin de
semana el futuro Secretario de Seguridad Pública del Gobierno de la República,
el ex colosista Alfonso Durazo, anunció en su cuenta de Twitter la cancelación
de los llamados “Foros Escucha para la Pacificación y la Reconciliación
Nacional” en cinco estados. Encuentros que habían iniciado apenas el pasado 7
de agosto por instrucción del presidente electo Andrés Manuel López Obrador y
que tenían por objetivo “crear políticas públicas que ayuden a la
reconstrucción del tejido social, bajo los principios de justicia, verdad,
memoria, reparación y garantía de no repetición”.
La “razón” argüida por Durazo para
detener los foros que faltaban fue “la necesidad ya urgente de sistematizar las
propuestas recogidas para obtener las conclusiones que nos permitan incorporar
las voces de las víctimas en el diseño de la nueva política de seguridad
pública que se presentará en fecha muy próxima”.
Aseguró también que “en todos los lugares donde no
haremos foros presenciales, el equipo organizador recogerá las propuestas de
las organizaciones y personas que se han registrado previamente para participar
en esos espacios”, y dejó “abierta y disponible permanentemente, para toda la
sociedad” la posibilidad de acudir a una página web habilitada para esos
efectos, “a fin de seguir recogiendo propuestas y planteamientos”.
Lo cierto es que los “foros de pacificación” que se
lograron llevar a cabo fueron un calvario para el Presidente electo y sus
colaboradores, que fueron exhibidos en su ignorancia sobre un tema que
representa, sin temor a exagerar, la mayor tragedia humanitaria de la historia
reciente de México, y para la cual las próximas autoridades no tienen una
respuesta verdadera.
Desde el primero de los foros, López Obrador intentó
imponer el hilo de la discusión sobre la base del “perdón” a los responsables
de la violencia y los atroces crímenes perpetrados en México en los últimos
años, lo cual fue rechazado invariablemente por las víctimas y sus familiares,
que lo que demandan es -y con absoluta razón- justicia, lo cual significa que
el Estado no deje en la indefensión a sus seres queridos y que castigue
conforme a la ley a sus victimarios.
La decisión de cortar de tajo estos ejercicios de
atención a las víctimas representa, en los hechos, el fracaso de una estrategia
que no consiguió hacer permear la idea enarbolada desde su campaña por el
próximo Presidente de México, quien parece no entender la naturaleza y la
magnitud de la desgracia que ha enlutado a miles de familias por todo el
territorio nacional.
Tan no lo entienden, que los foros cancelados son los que
se llevarían a cabo en tres de las entidades más violentas y con más víctimas del
país: Sinaloa, Tamaulipas y Veracruz. Este último, el estado con el mayor
número de desaparecidos y de fosas clandestinas de toda la República Mexicana,
de acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
¿De verdad creen que a través de lo que recojan en su
página web lograrán comprender los alcances de las monstruosidades cometidas en
estados como Veracruz? ¿No se merecían en estos estados al menos la gracia de
ser escuchados por quien en campaña los recorrió de arriba abajo prometiendo un
cambio de prácticas? ¿Qué clase de diseño de política pública puede hacerse sin
acudir a donde el problema es mucho más grave?
Difícil siquiera concederles el beneficio de la duda. Más
pareciera que lo que quieren es evitar seguir siendo exhibidos y confrontados
públicamente por las víctimas.
Y son apenas unas pequeñas dosis de realidad ante lo que
viene.
Twitter: @yeyocontreras