Desde 2007 Julián Carrillo luchaba contra la explotación de recursos naturales en los territorios ancestrales de la zona; en 2016 comenzaron las amenazas y los ataques. Mataron a dos de sus sobrinos, a su hijo y a su yerno. Amnistía Internacional exige justicia.
Animal Político
Desde hace años los rarámuris son víctimas de amenazas y muchos han sido despojados de sus tierras.Archivo / Cuartoscuro
Durante la noche de este miércoles, Julián Carrillo, defensor rarámuri de tierra y territorio del municipio Coloradas de la Virgen, Chihuahua, fue asesinado por un grupo de hombres armados.
En entrevista para Animal Político, Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional, detalla que “Julián era un defensor indígena rarámuri y líder de la comunidad Coloradas de La Vigen, que desde 2007 luchaba contra la explotación de recursos naturales en los territorios ancestrales de la zona”.
Agrega que hasta el momento saben muy poco sobre cómo ocurrió el asesinato. “La información que nos han brindado sobre el crimen es que fue perseguido y asesinado por agresores no identificados la noche de este miércoles”.
En varias ocasiones Julián se reunió con personal de Amnistía Internacional y platicó que de un tiempo a la fecha algunos terratenientes se habían apropiado, de manera fraudulenta, de las tierras pertencientes a los rarámuris para entregarlas al crimen organizado.
Tras esto, los afectados interpusieron “reclamos agrarios” ante las autoridades para recuperar sus títulos de propiedades pero a cambio solo recibieron amenazas de los terratenientes, o algunos fueron asesinados como en el caso de Julián.
Amnistía Internacional calcula que en los últimos dos años han sucedido, por lo menos 9 asesinatos, incluidos el de Julián y sus familiares, relacionados con los reclamos por los despojos de tierra. Pero no todas las familias han denunciado por temor a represalias.
Vivía amenazado y 5 de sus familiares también fueron asesinados
Erika Guevara relata que desde hace tiempo el defensor había recibido amenazas constantes por la labor que realizaba.
“A consecuencia de esto desde 2014 Julián y su comunidad quedaron bajo el resguardo del Mecanismo de Protección que supuestamente les brindaba medidas de protección”.
En los últimos 2 años, Julián había perdido ya a cinco familiares, a quienes asesinaron, al parecer, por la misma situación.
El 5 de febrero de 2016 su hijo, Víctor Carrillo, fue asesinado; el 1 de julio de 2016 ocurrió lo mismo con su sobrino, Guadalupe Carrillo Polanco; el 1 de julio de 2017 mataron a Alberto Quiñones Carrillo, otro de sus sobrinos, y el 1 de julio de 2018 fue asesinado su yerno, Francisco Chaparro Carrillo.
“Condenamos el asesinato de Julián y exigimos a las autoridades una investigación inmediata, exhaustiva e imparcial para esclarecer los hechos e identificar y castigar a los autores materiales e intelectuales. De no ser así, las autoridades mexicanas estarían alentando otros ataques a personas defensoras”, declaró Tania Reneaum Panszi, directora Ejecutiva de Amnistía Internacional en México.
Resaltó la grave situación de peligro que enfrentan día a día las personas defensoras en el país, y la falta de capacidad del estado para implementar medidas de protección efectivas que garanticen su vida e integridad.
“En Chihuahua, particularmente, se han activado medidas por parte de la Secretaría de Gobernación para prevenir agresiones contra personas defensoras. Pero se hace latente una vez más la necesidad de fortalecer el mecanismo de protección ante el aumento de agresiones que enfrentan por realizar su trabajo”, finalizó.
La Fiscalía General del Estado de Chihuahua ha iniciado una carpeta de investigación y este jueves se reúne con los familiares de Julián para informar sobre los avances de la misma.