Rúbrica Las opiniones vertidas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de quien la emite y no representa necesariamente el pensamiento de este medio Por Aurelio Contreras Moreno
A la oposición en Veracruz parece que no le corre prisa por definir a quién postulará para disputar la gubernatura.
Mientras bien que mal el morenato ya definió que sea Rocío Nahle su candidata –con todos los bemoles que puedan ponérsele-, los partidos de la coalición opositora avanzan a paso de hipopótamo enfermo, cediendo espacios que después será muy difícil recobrar.
Sí, es cierto que los tiempos legales aún les dan margen para tomar la decisión.
Pero así como ocurrió en el caso de la candidatura presidencial, los tiempos políticos son otros y Morena ha tomado ventaja adelantando los procesos.
Ilegalmente, también es cierto. Pero como las autoridades electorales quedaron rebasadas, han salido impunes y como haya sido, sus candidaturas más importantes están definidas. Y abiertamente en campaña.
En Veracruz, la coalición opositora sigue entrampada entre los intereses de las dirigencias y la ausencia de acuerdos en la mayoría de los casos. Más preocupados por sus grillas internas que por una elección que se celebrará dentro de ocho meses.
El PRI cambió su dirigencia estatal sin decir agua va y sin “planchar” los nombramientos. Esto, en lugar de solucionar las tensiones que ya se vivían dentro de ese partido en la entidad, las exacerbó. Al extremo de que desde la dirigencia estatal se lanzaron con todo contra su propia coordinadora de bancada en el Congreso del Estado, Anilú Ingram, quien a su vez no ha cejado en su aspiración por llegar a la candidatura a la gubernatura, aunque el acuerdo todavía no oficial del Frente Amplio por México es que en la entidad se postule a un hombre.
Acción Nacional apenas resolvió este sábado ir en coalición y “explorar” alianzas “con otros partidos” que no sean Morena y aliados. Hasta parece que creen que están en 2016 y no en 2023 y que las traen todas consigo. Y el PRD es un fiasco, con un dirigente anodino, señalado por violencia de género en más de una ocasión y que prácticamente es inexistente para la opinión pública del estado. Fiel reflejo de en lo que terminó el alguna vez partido más importante de la izquierda.
Los tres aspirantes más fuertes a la candidatura opositora en el estado, José Yunes Zorrilla, Julen Rementería del Puerto y Héctor Yunes Landa pareciera que están más o menos de acuerdo en ir a una encuesta, o al menos eso han manifestado abiertamente dos de ellos. Pero no se ve para cuándo eso vaya a concretarse, si es que no se opta desde el centro por una designación directa, que quién sabe si lograse mantener la de por sí frágil unidad de una coalición hecha para la supervivencia, más que a partir de la coincidencia.
Sin embargo, esa alianza es la única vía para plantarle cara a un régimen que ha venido a restaurar un anacronismo autoritario que se creía superado hace por lo menos dos décadas, que ha significado una tremenda regresión institucional y democrática y que de no ser detenido, llevará al país y al estado a un estadio de premodernidad política, sin contrapesos, sin transparencia y sin reales libertades.
A la oposición en Veracruz se le va el tren. Y sus dirigentes parecieran no darse cuenta. O de plano les vale.
El teatro universitario… del #PorEl4porciento ¿Cómo le van a explicar –si es que llegan a intentarlo- a todos los universitarios a los que convocaron a exigir respeto a la Constitución y a que se le entregase a la Universidad Veracruzana el 4 por ciento del presupuesto estatal, que decidieron conformarse con lo que al gobierno de Cuitláhuac García le dio la gana darles, violando la ley?
Pena ajena con el rector “4t” y el Consejo Universitario General. ¡Ah! Pero va a haber teatro… universitario. Como el del #PorEl4porciento.
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