martes, 21 de febrero de 2023

CONOCIENDO NUESTRA HISTORIA

CRONICAS, RELATOS Y LEYENDAS DE ATOYAC, VER. 20 de febrero de 2023.

Revista CRONOS, año 9, número 51, Xalapa, Ver., 1988, páginas 18 a 27.

ATOYAC
DAVID RAMIREZ LAVOIGNET
CRONISTA DE XALAPA.
Tercera parte. LA HACIENDA DE EL POTRERO.- En 1563 el virrey don Luis de Velásco hizo merced a Francisco Pérez, de un sitio de ganado mayor en los llanos de Totutla, despoblados de Zacatepec (18 de septiembre); a Miguel de Arismendi, de un sitio de ganado mayor y menor, en los llanos de Totutla despoblados de Zacatepec (28 de Septiembre); a Juan García Romero, de un sitio de ganado mayor, en términos del pueblo de Totutla, despoblados de Zacatepec (29 de enero de l564); a Alonso González, de un sitio de ganado mayor en términos de Cuautochco, en los despoblados de Totutla (20 de noviembre de 1563). También el virrey don Álvaro Manrique de Zúñiga, Marqués de Villa Manrique, el 18 de agosto de 1589, Concedió cuatro sitios de ganado menor, en términos de Cuautochco y, dos en términos del pueblo de Totutla, a Juan López Mellado; y el 6 de julio de 1593, se mercedó a Juan de Burgos con dos sitios de ganado menor en términos de Cuautochco. El mismo virrey Marqués de Villa Manrique hizo merced de un sitio de ganado mayor a Pedro García del Valle, y en su nombre a don Gaspar de Rivadeneyra el primero. Todas estas tierras no merecieron atención inmediata por parte de los mercedados y al expedirse la cédula real para la fundación de la Villa de Córdoba (29 de noviembre de 1609), y ejecutarse los trabajos de reparto de tierras y deslindes, originaron serios conflictos, porque casi tocas se encontraban dentro del radio de las cuatro leguas que se habían concedido a la villa, para ejido, potrero y dehesa, y algunas de ellas en los limites de este perímetro. Sin embargo fue hasta fines de siglo XVIl cuando don Diego Valéro, capitular dé la Villa, contradijo las posesiones de Miquel de Arismendi y las de los cuatro sitios dados a Juan López Mellado, señalando que esas tierras habían sido repartidas a los pobladores de Córdoba. La merced que se hizo a Pedro García del Valle, y en su nombre a Gaspar de Rivadeneyra el primero, también fue motivo de discordia, Este trasmitió su dominio a don Gaspar de Rivadeneyra el segundo y éste lo vendió al capitán José Blanco. En 1687, José Blanco fue amparado y mantenido en su posesión, y pidió en este año que se le entregasen estas y otras tierras de que le habían hecho venta, medidas, amojonadas y deslindadas. El sitio (1755 Has.) fue medido ante don Pedro López del Cano, Alcalde Mayor de la provincia, comenzando los primeros ochenta cordeles, de Sur a Norte, después dé la orilla dél Río Seco, desde el pie de una ceiba grande que estaba inmediata y se corrió hasta llegar cerca de un cerro redondo montuoso que estaba enfrente del nacimiento del agua del Río Grande, y de allí hacia abajo se fue midiendo el referido sitio con los linderos correspondientes y se hizo medida en las demás tierras. Está medida y posesión fue contradicha por tres capitulares de la Villa de Córdoba en la primera cordelada de 41 varas y tres cuartos, diciendo que las tierras contenidas en ella por aquel rumbo, le pertenecían todas a dicha población. Sin embargo fue mantenido y amparado. Como puede observarse, las medidas que se hacían en la longitud Oriente de Rio Seco, correspondían a las cuatro leguas mercedadas a la Villa de Córdoba, en el punto llamado Monte Totutla, y chocaban con las tierras que poseía José Blanco y que originarían la hacienda de El Potrero A principios del año 1701, la Villa de Córdoba continuó sus diligencias de posesión y promovió una información de testigos, quienes señalaron que, por el Oriente del límite de las dos leguas era el Monte de Totutla, desde las ceibas grandes donde tenían sus mojoneras de cal y canto, y que las cuatro leguas de jurisdicción terminaban en las mojoneras de Melintoca y Dos Caminos. Desde el Monte de Totutla, la línea continuaba hacia el Norte, pasando por Ojo de Agua y para terminar en la Sierra de Matlaquiáhuitl. El Alférez Mayor de Córdoba don Miguel Valero, pidió la posesión y amparo de este lugar, que le fue dada por Juan Buendía, Alcalde Mayor de la provincia. Los testigos informaron que por el Oriente se hallaban fundadas lindando con la Villa, diferentes haciendas que las había vendido el capitán Gaspar Carlos de Rivadeneyra. El recorrido continuó por todo el perímetro de las tierras que poseía la Villa de Córdoba en los cuatro puntos cardinales y el litigio quedó en suspenso para continuarse cuarenta años después. El 22 de marzo de 1741, la Villa de Córdoba pedía amparo y posesión, por el rumbo del Oriente, de Norte a Sur, en los pagos de Ojo de Agua y El Potrero, con los colindantes que eran Manuel de Rosas y José de Segura Ceballos. El Lic. Manuel de Rosas, era clérigo presbítero, y don José de Segura Ceballos, fue durante muchos años. Alcalde Ordinario de la Villa de Córdoba. Ambos eran dueños de haciendas de azúcar (trapiches) en esa jurisdicción. Concretamente, el señor Segura Ceballos era el dueño de la hacienda de E Potrero, que había heredado de su abuelo el capitán José Blanco. El Lic. Manuel de Rosas, fue el dueño de el trapiche de Ojo de Agua, y era sobrino de Segura Ceballos, del que había obtenido poder para la defensa de sus tierras.

Continuará…

Recopilador: Nazario Guadalupe Cebada Morales.

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