En torno a una manta que se colocó esta mañana frente a Plaza Cristal de Córdoba en un edificio adjunto a la Autopista, que círculo en redes y firmada a nombre del supuesto grupo Ántrax, que ha sido acusado de ser el Comando Negro de altos mandos del Gobierno del Estado, circuló de inmediato en redes un mensaje de un supuesto grupo autodenominado El Pueblo, donde acusan que dicho cártel no existe, que es un grupo emanado desde la misma Secretaría de Seguridad Pública del Estado. Que la guerra vs la Fuerza Civil es por diferencias en el reparto del botín de las extorsiones y cobro de cuotas.
¿Qué es el Comando Negro ? Esta es una explicación de 2006 de una columna de Hugo Morales :
CaÑA AMARGA February 24, 2006 11:31pm
POR Hugo Morales Alejo En los tiempos en que Ramón Martín Huerta era el secretario de Seguridad Pública a nivel nacional, surgió en la frontera de Tijuana un grupo que el Semanario Zeta, a través de su editorialista Jesús Blancornelas, descubrió. Se trataba del denominado “Comando Negro”, grupo auspiciado, al menos por omisión gubernamental, por Carlos Hank Rhon, alcalde de Tijuana, e hijo del legendario hombre del sistema Carlos Hank González.
La idea de la existencia del comando Negro, era imponer –al estilo de Arturo Durazo Moreno con Hank González como Regente del D.F (1976-1982) el miedo, a las bandas delictivas. El Comando Negro, formado por hombres de élite policial, es al parecer, resultado de las palabras del presidente municipal de Tijuana, Hank Rhon, sobre la necesidad de tener “un jefe de la policía como mi general Arturo Durazo”. Durazo, jefe en el sexenio lopezportillista de la desaparecida Dirección de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia –DIPD-, tenía en su mente, corrompida por el abuso del alcohol y las drogas, la idea de “matar delincuentes a propósito…para meter miedo a los demás”. Arturo Durazo Moreno, “El Negro”, fue amigo de José López Portillo, que llegó a ser presidente de México de 1976 a 1982, creando una enorme fortuna al tener la varita mágica de manejar tanto la seguridad como la inseguridad capitalina, porque lo mismo ordenaba a sus elementos policíacos –igualmente corruptos- que hicieran su trabajo, que ordenaba a los delincuentes desde su oficina dar los famosos “bancazos”, asaltos a bancos.
Se recuerda un asalto bancario de aquellos años, donde “detuvo” a la banda que supuestamente lo perpetró, pero como estos no les dijeron a los policías dónde tenían el botín, fueron torturados, atados a tablas de madera de pies y manos y metidos en tambos de agua, asfixiados uno por uno. Luego fueron arrojados al Río Tula, en el estado de Hidalgo, lo que le dio a la prensa muchos días de ocho columnas policíacas por el tema de “La Matanza del Río Tula”. Años después, uno de sus agentes, José González González, relataría los hechos reales en su libro “Lo Negro del Negro” y la forma en que la delincuencia organizada operaba desde las oficinas de quienes deberían ser sus persecutores.
Desde la época de “Los Bandidos de Río Frío”, siendo presidente del país el xalapeño Antonio López de Santa Anna, se considera que quien maneja la seguridad maneja igualmente la inseguridad, y ese ha sido el estigma siempre de quienes ostentan el poder, pesa este estigma sobre Yunes Linares y pesó sobre Alejandro Montano inclusive, a nivel estatal, y pesa sobre la PGR, la AFI, la Secretaría Nacional de Seguridad Pública, y de todo jefe policiaco por muy modesto que sea su cargo. Recordemos que el nombre de Ramón Martín Huerta, muerto de el 20 de septiembre del 2005, en el cerro de San Miguel Mimiapan, junto con otras 8 personas, cuando su helicóptero Bell 412 se desplomó, sin dejar sobrevivientes, había aparecido dentro del complot que Andrés Manuel López Obrador acusaba le estaba armando, cuyo escándalo creció desproporcionadamente.
No olvidemos que el que quedó fuertemente crecido dentro de la Seguridad Nacional, Miguel Ángel Yunes Linares, aparece dentro de los escándalos de “Los demonios del Edén”. Además de estar rodeado siempre con personajes de tipo siniestro. Cuando fue el encargado de los Ceferesos, se escaparon presos de las Islas Marías, y cuando se logró la declaración del cocinero de los Amezcua, que era testigo clave del crimen de Paco Stanley, fuerzas siniestras, manejadas desde el control de los penales, hicieron al humilde cocinero de los Amezcua, retractarse, y atacar al Procurador capitalino Samuel del Villar, mismo que tuvo que olvidarse de su carrera política, muriendo cansado un par de años después.
Pero volviendo al tema de “El comando Negro” del norte del país. Este fue conformado por elementos policíacos de élite, de varias partes de la república, con la finalidad de matar delincuentes e imponer el miedo entre las bandas delictivas. Por ello es que aparecieron muchos sicarios muertos el año pasado, anotándose oficialmente siempre que sus muertes son “como resultado de luchas entre bandas rivales”, y así se queda en los expedientes policíacos. Nació el Comando Negro, porque los gobiernos no pueden combatir la fuerza de los temidos ZETAS, sicarios de élite, pertenecientes al cártel del Golfo, que comanda desde la cárcel de Almoloya de Juárez, Osiel Cárdenas Guillén; llamados así, porque uno de los primeros lugartenientes de Cárdenas Guillén, llamado Arturo Guzmán Decena, era conocido dentro de la jerga gangsteril como el Zeta-1, o sea el comandante primero. De allí, que los demás sicarios del Cártel del Golfo que “admiraban” la saña inaudita de este personaje tristemente célebre, querían ser como él, como el Z-1.
El 21 de noviembre del 2002, Z-1 estaba en Matamoros, Tamaulipas, y fue a buscar a su amante Ana Bertha González Lagunes, para lo que cerró las calles aledañas con sus secuaces, ebrio y cruzado con cocaína, a donde llegaron elementos del ejército y de la Unidad Especializada en Delincuencia Organizada –UEDO-, cazándolo como al tigre se santa Julia, en el baño, recibiendo Z-1 cuatro tiros en el pecho. Los seguidores de este criminal, mandaron flores a su sepelio, y una corona fúnebre que decía “Te llevaremos siempre en el corazón: de tu familia de Los Zetas”.
Aunque No eran todavía el grupo temido hasta por los Estados Unidos. De allí nació la leyenda de Los Zetas, que tienen cuatro misiones iniciales en su organización. a). Protección y Extorsión. (Principal lucro que percibe) b). Ejecución de Asesinatos de personas (Enemigos y políticos) c). Custodia y traslado de drogas. d). Operaciones de seguridad para sus miembros
Cárdenas Guillén, con su Zeta-1 muerto ya, decidió llamar -mediante tregua- a sus enemigos, militares y policías de diferentes rangos, a los más capaces y de mayor preparación. Les preguntó cuánto ganaban y les ofreció triplicar sus sueldos, por trabajar en su bando. Y los mejores elementos policíacos de la PGR y del ejército, los que habían tomado cursos en Israel, en Egipto, en las escuelas oficiales de guerra del país, en la Escuela de las Américas (centro donde la CIA norteamericana ha preparado a los dictadores de América latina a someter con medios muy crueles a los opositores), fueron formando un enorme y sofisticado ejército que hace temblar a cualquier gobierno institucional. Con mejores armas, equipos de comunicación y movilización superiores, dinero suficiente para corromper cualquier sistema policiaco o institucional, y pagar gente a su servicio para espiar, llevar y traer información, o cubrir cualquier escape. En la tesis de Marco Antonio Rodríguez Martínez para su maestría de Derecho, por la universidad de León, aparece este texto:
“…son capaces de despliegues rápidos por tierra, mar y aire, hacer operaciones de emboscada, de realizar incursiones, de organizar patrullas. Son francotiradores especializados. Pueden asaltar edificios y realizar operaciones aeromóviles y de búsqueda y rescate de rehenes, poseen armas del uso exclusivo de las fuerzas especiales, que ninguna otra unidad militar posee, como las pistolas HKP-7 y los fusiles G-3, a los que se les puede incorporar lanzagranadas .203, poseen ametralladoras M-16, el fusil MGL, la ametralladora 5-A calibre 5.56, la cual fue usada por primera vez por elementos de la GAFE en 1994 en Chiapas en contra del EZLN. Cada uno de ellos lleva una mini-ametralladora SAW 5.5 con capacidad de 700 tiros, con un fusil Rémington 700 para francotirador y una bazuca LAW sudafricana que usa el tubo antitanque…”.
Por ello, quien desee competir con ese nivel de preparación, debe aplicar la frase de “para que la cuña apriete, debe ser del mismo palo”, y nació el “Comando Negro”, grupo paramilitar élite, que opera fuera de lo institucional, fuera de la ley. El Comando Negro existe, pero oficialmente no es reconocido por los grupos de seguridad nacional. El único editorialista que ha tocado el tema es Jesús Blancornelas, y nada más. La forma como matan los Zetas es muy similar a la forma como los matan a ellos, quienes los combaten, atados de pies y manos, y vendados de los ojos, como el de los siete muertos de Amatlán, encontrados el pasado miércoles en un paraje de la carretera Córdoba-Paso del Macho. Un dato curioso es que los Zetas no utilizan más balas de las necesarias, consideran una falta de preparación gastar balas sin necesidad. Como en el caso de los muertos de Amatlán, eliminados solamente una bala en la cabeza.
Los “muertos de Amatlán” están ligados a la banda que el 14 de noviembre de 2004 perdió dos millones de dólares, producto del lavado de dinero, en un trailer que volcó cerca de Nogales, Veracruz, trailer que transportaba pasta para papas fritas. La gente del lugar hizo rapiña, y se robó los costales de pasta. Dentro de los costales iban los 2 millones de dólares. Del día 15 al 17 de noviembre las familias de las colonias aledañas son amenazadas para que devuelvan el dinero extraviado. El 2 de diciembre siguiente, los hermanos Lorenzo e Isabel Osorio Rodríguez fueron secuestrados por un comando armado. Se inicia una persecución policíaca, donde muere un supuesto sobrino de Osiel Cárdenas Guillén, de nombre Abraham Espinosa Osiel. El pasado 20 de febrero, un año y dos meses después, los sicarios regresaron por el dinero que exigían a los pobladores, secuestrando a cuatro personas esta vez, que luego dejaron libres. Cuatro de los sicarios aparecen entre “los muertos de Amatlán”.
Los Zetas visten de negro, como el comando Negro, igual de negro como vestían los supuestos agentes de la AFI que el martes pasado secuestraron a cuatro hombres en Veracruz, hombres que luego aparecieron en el grupo de “los muertos de Amatlán”.
Los Zetas están capacitados para dar alcance y matar desde un vehículo en marcha, como en el caso de los cinco muertos de noviembre del 2005, cerca del aeropuerto de Veracruz, que eran políticos oaxaqueños ligados al narco. El Comando Negro nació para dar miedo. Los “rosarios” de madera colgados a cada uno de los muertos de Amatlán”, según policías anónimos, significa la siguiente frase: “pónganse a rezar, ya estamos aquí”. ¿Quiénes están aquí en Veracruz? ¿Los Zetas? ¿O El comando Negro? ¿O los Zetas y El Comando Negro?
El gobernador del estado fue interrogado en torno al tema de Yunes Linares y el escándalo de la pederastia, en días recientes, y aquí se confirma la frase de que “en las guerras como en la alianzas, nada es eterno”, y contrario a lo que se esperaba que el gobernador pidiera también la salida de Yunes Linares de Seguridad Nacional, dijo que “es bueno tener siempre en esos niveles a gente veracruzana”. Días después comenzó la limpia de malosos en Veracruz.
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