*Le regaló una playera especial
Por Noé Flores Cortés
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En la vida el ser agradecido tiene un valor especial y Miguel Layún mostró que él tiene esa cualidad, al reconocer la labor de uno de sus principales mentores en su carrera en el futbol, como lo es Roberto Luévano Vega.
Si bien es cierto, Miguel Layún debió tener varios mentores, el más importante sin lugar a dudas en su formación en las filas del Casino Español fue Roberto “Motita” Luévano, desde su debut en la tercera división de Córdoba que dirigió Joaquín Espinoza teniendo como brazo derecho al propio Luévano Vega, quien llevó paso a paso al futbolista cordobés.
El recorrido de Miguel Layún en el futbol profesional no ha sido fácil, tuvo que picar piedra y lo que lo sacó adelante, además de su calidad, fue el carácter, las bases que le inculcaron sus mentores, como Roberto Luévano.
Miguel incursionó en Cruz Azul en la juvenil y sufrió una fractura, pero con el apoyo de su familia salió adelante y Layún jamás bajó los brazos, mucho menos desistió en su objetivo de ser jugador de primera división.
Incursionó en Querétaro, en aquel equipo dirigido por Chava Reyes en una de las temporadas donde era obligatorio que jugadores menores cumplieran más de 800 minutos en la temporada; los queretanos sólo tenían un jugador menor registrado, era Miguel Layún y el técnico NO le dio oportunidad de jugar un solo minuto. Los queretanos perdieron tres puntos en la mesa y a la postre les costó el descenso.
Miguel no se desanimó, siguió trabajando fuerte, luchando por sus objetivos y llegó a los Tiburones Rojos, donde finalmente jugó, aunque al equipo no le fue bien, pero Memo Lara su representante lo llevó a Italia.
En ese futbol Miguel tuvo poca participación, pero siguió con una mentalidad a prueba de todo y llegó al América, donde tampoco fue fácil su paso, pues sufrió el bulling más grave y severo que cualquier ser humano pueda soportar; un grupo de periodistas lo atacó diciendo que Todo es Culpa de Layún.
Cualquier otro jugador con menos mentalidad se hubiera doblegado a tan fuerte presión, pero Miguel no, Layún está hecho a prueba de balas y salió adelante y con el penalti que le anotó a Cruz Azul le dio el título a las Águilas y tapó todas las bocas… América campeón por culpa de Layún.
Su carrera fue en ascenso, se fue nuevamente a Europa con otra perspectiva y le fue bien y a su regreso volvió a brillar en el futbol mexicano hasta la fecha, a base de lucha, de entrega, de garra y de disciplina.
Miguel nunca perdió su esencia cuando menos para con sus mentores y en una entrevista con Fox o ESPN, agradeció y mencionó a su mentor Roberto Luévano, el cual también fue partícipe de ese reportaje.
Miguel no olvida, es agradecido y ahora volvió a agradecer y a reconocer la labor de Roberto Luévano Vega y lo importante que ha sido en su carrera y le regaló una playera especial, para un hombre especial y cuando vemos ese tipo de gestos en éstos deportistas que no es lo común, debemos decir: GRACIAS.