PAPANTLA, VER.- (Octubre 3 del 2024) — Han pasado 25 años desde la peor tragedia natural que los habitantes del norte de Veracruz recuerdan: las devastadoras inundaciones de octubre de 1999. Provocadas por las lluvias ininterrumpidas durante más de 36 horas, consecuencia de la Tormenta Tropical Número Once y el frente frío número 5, este desastre sigue siendo una herida abierta para quienes lo vivieron.
El fenómeno meteorológico quedó estacionado en las aguas del Golfo de México, afectando gravemente a los municipios de Emilio Carranza, Vega de Alatorre, Nautla, Tecolutla, Cazones, Papantla y Tuxpan. Los ríos de respuesta rápida como el Bobos, Tecolutla, Cazones, Pantepec y Tuxpan aumentaron considerablemente sus niveles, desbordándose y causando una destrucción inimaginable.
La Larga Noche de Octubre
La noche del 4 y la madrugada del 5 de octubre de 1999 fueron las más largas en la vida de muchas familias. A medida que las horas avanzaban, el terror se apoderaba de los habitantes de municipios como Álamo, Espinal, Gutiérrez Zamora, Martínez de la Torre, Papantla, Poza Rica y Tecolutla. En cuestión de horas, las casas fueron invadidas por las aguas embravecidas, arrasando con todo a su paso.
El encuentro entre la tormenta tropical y el frente frío dejó más de 200 milímetros de lluvia en 72 horas, lo que resultó en el desbordamiento de los principales ríos de la región. Las inundaciones no solo destruyeron viviendas y caminos, sino que también dejaron un saldo de 384 víctimas fatales, más de 450 mil damnificados, y comunidades enteras borradas del mapa.
Una Lección de Solidaridad
Los testimonios de los sobrevivientes aún resuenan con fuerza. Las aguas subieron tan rápido que muchos apenas tuvieron tiempo de escapar, dejando atrás sus pertenencias, animales e incluso familiares. Quienes lograron sobrevivir recuerdan la angustia de ver cómo sus hogares y vidas eran arrastrados por la corriente.
Las lluvias de esos días fueron históricas. En la estación meteorológica de "El Remolino", se registraron 607.8 milímetros de agua, el equivalente a más del 60% de la precipitación anual en tan solo tres días. Las consecuencias para la región fueron devastadoras: cultivos perdidos, ganado muerto, carreteras colapsadas, puentes destruidos y comunidades incomunicadas.
El 7 de octubre de 1999, el entonces presidente de la República, Ernesto Zedillo Ponce de León, y el gobernador de Veracruz, Miguel Alemán Velazco, recorrieron la zona afectada. Inicialmente, se reportaron 76 víctimas fatales, pero con el paso de los días esa cifra aumentó dramáticamente. Al final, se contaron más de 60 personas desaparecidas, 14 puentes colapsados y 50 tramos carreteros destruidos.
El Valor de la Comunidad
En medio de la tragedia, la solidaridad de la población fue el faro de esperanza. Ciudadanos, autoridades municipales, grupos voluntarios y religiosos se unieron para ayudar a los damnificados, mostrando que la unidad y el apoyo mutuo pueden superar las pruebas más difíciles.
La calle Olivo, en el municipio de Papantla, fue una de las zonas más afectadas. El agua arrasó con comercios, viviendas y automóviles, poniendo en peligro la vida de los habitantes. Sin embargo, el esfuerzo de rescatistas y voluntarios fue incansable. Las pérdidas humanas fueron dolorosas, pero nunca disminuyeron el coraje de la comunidad, que trabajó mano a mano para salir adelante.
Un Legado de Coraje y Esperanza
A 25 años de la tragedia, las inundaciones de octubre de 1999 siguen siendo un recordatorio del poder implacable de la naturaleza, pero también de la fortaleza humana. La solidaridad que emergió en esos días oscuros es la mejor herencia para las nuevas generaciones. Aunque el dolor sigue vivo para muchos, el coraje y la resiliencia que demostraron los veracruzanos es una historia que no merece ser olvidada.
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