Línea Caliente
Por Edgar Hernández*
Las opiniones vertidas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de quien la emite y no representa necesariamente el pensamiento de este medio
Muchas lecturas y significados se le han dado a la inminente visita de Xóchitl Gálvez a Perote, tierra de Pepe Yunes.
Este sábado la luchadora social se encontrará con un político que -guardada proporción- también ha resultado un fenómeno ante la inusitada aceptación ciudadana.
A un paso de alcanzar la nominación de parte del Frente Amplio Opositor, con las encuestas en su favor y luego de librar una tan larga como innecesaria lucha con los de casa, Pepe se apuntala y pone a temblar a Nahle y sus morenos.
De ello ya se ha dado cuenta el FAM al igual que la coalición Fuerza y Corazón por México.
Tampoco ha pasado de largo ante las organizaciones ciudadanas y activistas de la sociedad civil -más de 70 se han sumado al proyecto de Pepe- que públicamente se han manifestado.
La visita de Xóchitl, quien no lleva amistad con Pepe, solo relación política ya que sus rumbos políticos han sido diferentes, se debe fundamentalmente al interés común de rescatar México y es ahí donde Veracruz juega un papel sustancial.
Es una visita que se sucede para mostrar al PAN, partido de Xóchitl, que en política los tiempos cuentan y las lecturas, como ir a visitarlo a su tierra, tiene un fondo político que no puede soslayarse ante el voluntarismo y dilación de la dirigencia panista estatal.
Xóchitl sabe que el tercer bastión electoral más importante de la república lo representa Veracruz y no tiene la menor duda en la victoria de Pepe.
Por eso va a su casa.
Por ello no guarda el menor empacho de visitar primero Perote y luego el Veracruz de los Yunes del Estero.
Es por Veracruz, pero sustancialmente por México, que va a saludar a quien en estricto sentido no es más que un precandidato del PRI -un partido que hoy no es nada- pero que en la unidad lleva todas las de ganar.
Hoy en Veracruz y en todo el país las condiciones están dadas para la alternancia en la Presidencia, las ocho gubernaturas en disputa y el Congreso de la Unión, al igual que los congresos locales.
Una candidata, Roció Nahle, débil -con fama de corrupta y haber dejado tirado Dos Bocas, amén de no ser oriunda de Veracruz-, un gobierno, el de Cuitláhuac García -¿sigue gobernando?- que está desaparecido y una división Morena que no se pone de acuerdo ni con el crimen organizado, son los caldos de cultivo para echarlos abajo.
Esa es la percepción ciudadana.
Es la misma que tiene Xóchitl y su equipo de trabajo que están construyendo las bases de un nuevo gobierno.
Por ello, nada casual resulta la presencia de este fenómeno político, que primero viene a Perote luego al puerto.
Son lecturas que además habrán de precipitar las decisiones en favor de Pepe.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo