Línea Caliente
Por Edgar Hernández*
¡El colmo!
Ahora resulta que el ex priista, panista y ahora Moreno, Sergio Rodríguez Cortés señalado durante dos lustros de corrupto, cobrador de moches y saqueador del erario, es ahora “víctima” del presunto atropello de los inocentes.
El arrogante Procurador del Medio Ambiente que sin el menor rubor muestra los fajos de billetes sobre su cama resultantes de los moches, el mismo que se queda dormido de borracho en los antros de mala muerte, de pronto pasa, bajo el amparo del gobernador, de acusador a acusado.
De cobrador de moches a extorsionado por quienes los acusan y de victimario a víctima de presunto chantaje de parte de los empresarios que lo acusan de esquilmador.
No cabe duda, que su “Dios” está de su lado.
La hoy víctima a los ojos de su protector Cuitláhuac cuenta con el apoyo del aparato y la férrea defensa oficial, una defensa que mueve a la sospecha ya que atrás de todo el bisne de la extorsión queda al descubierto el primo hermano Eleazar Guerrero.
El grupo de bandoleros de nueva cuenta se pasa por el arco del triunfo la disposición del propio López Obrador de investigar a Rodríguez Cortés, Procurador del Medio Ambiente, en aras de no desatender el negocio.
Es el último año de los chairos en el poder y para ellos es fundamental cuidar, arropar y solapar a quien les lleva la talega.
Lo de Rodríguez Cortés, sin embargo, no deja de ser parte del enojo ciudadano y de los sectores productivos.
Es la gota que derrama el vaso.
Intolerable que para Cuitláhuac los rateros y cobradores de moches sean los empresarios y no los pillos que trabajan a su lado como el citado Procurador del Medio Ambiente, quien no solo es un ignorante del tema ambiental, sino que además no le importa.
Menos que de manera insistente sea señalado de corrupto por grupos empresariales, sectores empresarios, ciudadanos y gobiernos municipales, tampoco que su gestión se haya caracterizado por ser un burdo cobrador de moches de los grandes centros comerciales como “Wall Mart” de Veracruz.
El Procurador nunca acusó recibo de las denuncias en su contra por los negocios millonarios de la basura, ni que haya utilizado las normas estatales y las atribuciones legales que dispone para condicionar sanciones y clausuras a cambio de dinero.
Lo hizo y sigue haciendo con las empresas privadas, funerarias, supermercados, plantas de alimentos, rellenos sanitarios, cementeras y el mismo Acuario de Veracruz que le fue arrebatado al Patronato que llevaba décadas administrándolo para pasar a manos de la propia Procuraduría del Medio Ambiente, que lo tiene en quiebra.
En tres años de gestión ha clausurado 681 empresas en Veracruz, una cada dos días y orgullosamente presume que de recaudar 3.6 millones de pesos en 2018 cuando para 2019 obtuvo 19.4 millones de pesos por concepto de multas.
Ello de tal suerte que en los últimos tres años las clausuras le han significado recursos por 147 millones de pesos, mismos que no están reportados a las arcas públicas.
Se atoran en su mayor parte en una oficina de la Secretaría de Finanzas.
De acuerdo con Coparmex Veracruz, unas cinco mil empresas han sido “visitadas” por Sergio Rodríguez y sus inspectores desde diciembre de 2018, quienes hacen observaciones injustificadas que se convierten en multas y clausuras, a menos que se mochen.
Sus fechorías ahí no acaban.
Otro episodio vergonzoso lo constituyó su actitud déspota e irascible cuando atacó a la iglesia católica y acusó a quien fuera el obispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios de estar aliado al crimen organizado. El ministro de la iglesia cuando recibió el señalamiento ya había fallecido.
Sergio Rodríguez Cortés fue designado en 2019 titular de la Procuraduría del Medio Ambiente por Cuitláhuac García a pesar de que durante su campaña por la gubernatura en 2016 el hoy mandatario estatal lo acusó de corrupción.
“Que se investigue por qué exhibía estos fajos de billetes”, se le escucha decir al hoy en gobernador en un video mientras mostraba la muy conocida imagen rubicunda de Sergio Rodríguez tendido en una cama junto a una gran cantidad de billetes de alta denominación.
Hoy se sabe y así se ha hecho público en las redes sociales, que Cuitláhuac finalmente se convenció de la “honestidad” de “don Sergio” una vez que empezó a coordinarse con el subsecretario de Finanzas, Eleazar Guerrero, su primo hermano.
Es el mismo que está atrás del financiamiento millonario de las campañas de Claudia Sheimbaun y Rocío Nahle a través de sospechosas fundaciones.
La lista de fechorías ahí no acaba, en otro momento seguiremos con el tema de este dipsómano consentido del gobierno de Cuitláhuac.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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