*** Ataca a periodistas en redes sociales para evitar que se publiquen sus actos de corrupción y fraudes.
*** Socio del diputado y líder de la JUCOPO Juan Javier Gómez Cazarín, quien ya está harto del malogrado millonario “Coyame”
Con la llegada de los “Honestos” de MORENA y aliados al Congreso de Veracruz, se dio una enorme inyección de recursos para cierta refresquera ubicada en el sur del estado, así como salir de las tinieblas a nuevos millonarios, quien tres años antes no tenían ni para pagar una cena en un merendero. En esta entrega relataremos la historia de la refresquera Coyame y los involucrados en este mega fraude, comprobándose los desvíos de recursos legislativos, corrupción y prestanombres.
En el arranque del gobierno del “honesto” Cuitláhuac García Jiménez y a dos meses de su gestión, se realiza un acuerdo millonario para el arrendamiento del inmueble a favor de nuevos empresarios millonarios y de manera exprés pusieran en marcha la refresquera Coyame e invertirle millones de pesos, para echar a andar la producción y venta de los refrescos, que fueron tradición en la zona.
Los visibles empresarios Leopoldo Sánchez Cruz, expresidente municipal de Platón Sánchez, ganadero y dueño de varios ranchos, inmuebles y negocios de dudosa procedencia, así como exdiputado local, siendo socio del nuevo millonario Rubén Darío Carrasco Mora, quien de la noche a la mañana incrementó su fortuna y contactó con el dueño de la nave y maquinaria para hacer un contrato de renta por cinco años, con promesa de venta por la productora de bebidas gasificadas, siendo Carraco Mora quien se comprometió a pagar los pasivos de Coyame, así como la liquidación a los trabajadores sindicalizados.
Con base al Acta Constitutiva de Sociedad de la embotelladora, con el número de registro 2019002157860049, según notas periodísticas de la región con la liga: https://e-veracruz.mx/nota/2020-02-05/veracruz/exdiputado-priista-entre-los-socios-ocultos-de-coyame
Pasaron los meses y Rubén Carrasco se adjudicó el mote de “El Coyame”, como era nombrado por medios de comunicación alabadores y a sueldo, pero a su vez, inicia el incumplimiento de acuerdos como la falta de pago, la nula liquidación a los trabajadores sindicalizados, justificando Carrasco Mora que le estaban robando. Para ese entonces aparece en escena quien tiempo atrás estaba como un inversionista oculto y luego presumir el arranque de esta refresquera, el líder de la JUCOPO y diputado local del grupo parlamentario de MORENA, Juan Javier Gómez Cazarín.
Con las ligas: https://www.periodicodesanandres.com/single-post/2019/12/15/-refresquera-coyame-una-realidad-g%C3%B3mez-cazar%C3%ADn y también en: https://www.eldictamen.mx/noticias-de-veracruz/estatal/refresquera-coyame-reactivara-economia-en-los-tuxtlas-gomez-cazarin/ el líder de la JUCOPO Juan Javier Gómez Cazarín prometió que la refresquera Coyame reactivaría la economía de Los Tuxtlas, con la contratación de presuntamente 300 trabajadores, los cuales, eran personal inexperto, muchos de ellos operadores políticos y electorales para la zona, así como cambios en el sabor del refresco, sin respetar la fórmula original y cambios en la maquinaria, deterioro en la nave industrial y la difícil incorporación al mercado del refresco. Peor aún, nunca contrataron un permiso oficial para el uso y explotación del agua, bajo una concesión de CONAGUA, dependencia que nunca puso medidores y se estuvieron robando el agua.
Juan Javier Gómez Cazarín se convertiría en socio de Leopoldo Sánchez Cruz y de Rubén Darío Carrasco Mora, en la explotación de marca, arrendatarios del inmueble, así como las ganancias repartidas entre este grupo de pillos. Y para dar certeza, invitaron al gobernador de Veracruz Cuitláhuac García para inaugurar la planta de producción, en un proyecto que fue un terrible fracaso, por la pésima administración de Carrasco Mora.
Ante el desastre financiero, Carrasco aseguraba un día no contar con dinero y al siguiente llegaba con maletas llenas de efectivo para derrochar y pagar lo más prioritario, prometiendo a los proveedores y al propio casero que pagaría los atrasos, pues él y sus socios estaban haciendo negocios lucrativos y próximamente administrarán la abundancia en los ingresos. Y declaró Gómez Cazarín: “Mi principal objetivo como diputado era precisamente que nuestra gente tuviera empleos y la refresquera generará aproximadamente 300 en su punto más alto de operación, habrá trabajo y reactivación de la economía”. Dos años después estaría en la cúspide de deudas y quebraría la empresa por el desfalco y derroche de sus socios.
La simulación de ser grandes empresarios, cuando el dinero ya no llegaba, pues el Congreso de Veracruz fue exprimido a tal grado, que ya presentaba problemas económicos, siendo el exalcalde de Platón Sánchez, Leopoldo Sánchez Cruz quien fue el primero en retirarse de la sociedad mancomunada obligada y Rubén Carrasco optó por competir como candidato por el PT a la diputación local por el Distrito de Misantla, perdiendo de manera descomunal y pensando que ganaría, hizo promesas a todos, incumpliendo en cada una de ellas.
Recordemos las promesas declaradas por Juan Javier Gómez Cazarín, que la marca Coyame sería reconocida en el ámbito nacional e internacional y en dos años, se convertiría en un desastre financiero y un mega fraude nacional, bajo una estructura de recursos provenientes del Congreso de Veracruz, apoyos de personas que pretendían lavar su dinero, así como una partida presupuestal del gobierno de Cuitláhuac García. Y Coyame se convertiría en un barril sin fondo.
Y la simulación, cuando Rubén Darío Carrasco Mora llegaba en vehículos blindados y acompañado de guardaespaldas, después se supo que eran arrendados y por la falta de pago, fueron recogidos, entre ellos el auto de lujo que manejaba el padre de Carraco Mora. Además, el exalcalde de Catemaco Julio César Ortega Serrano empezó a meter mano en la refresquera y contratar a recomendados para que dirigieran la refresquera, provocando un mayor desastre operativo.
Ante esta debacle económica y de operatividad, Gómez Cazarín instruyó a Manuel Gómez Limón para ser nombrado “Representante del Congreso de Veracruz en la Refresquera Coyame”, nombramiento sin validez, pero la urgencia era que Rubén Carrasco ya no reportaba dinero a Juan Javier Gómez Cazarín y como buen ladrón, al diputado no le gusta que le roben.
La empresa “Waterloo Coyame”, pertenece al suegro de Rubén Darío Carrasco Mora y su sitio oficial es con la liga: https://www.waterloocoyame.com/ donde se observa la variedad de refrescos de la marca, así como el agua mineral en diferentes presentaciones. En una locura por lavar dinero de varios socios, Rubén Carrasco apuesta al negocio lechero, al de bambú, frituras de papa, venta de tinacos, pinturas, entre otros, con base a su desesperación por ser diputado local, sin obtener los votos de los ciudadanos de Misantla, quienes lo señalan de ser un arribista y engaña bobos.
Ante un estado de insolvencia, Rubén Darío Carrasco llegó a deber más de $4 millones de pesos en rentas por la nave y maquinaria refresquera de Coyame que rentó al verdadero dueño. A sus abogados también les debe. A los proveedores y a los trabajadores también. A empresarios de espectáculos, cuando quiso entrar en la farándula como empresario artístico, también les quedó a deber y Rubén siempre asegura, en cada negocio, que le roban sus socios.
A uno de estos presuntos socios Julián Organista Barranca, se asoció con Carrasco para luego incrustarlo como director de la refresquera Coyame, sin experiencia en el ramo. Tiempo después fue despedido y acusado de robarle a Rubén Darío Carrasco Mora.
Entre sus mentiras y verdades “El Coyame” aseguró que Ana Gabriela Guevara, la directora de la CONADE le prestaba dinero para rehidratar sus negocios, con la condición de entregar ganancias. Carrasco presumía que la conocía cuando era velocista y la trajo a Veracruz para apoyar la campaña de Cuitláhuac García en el 2018.
Con base a investigaciones periodísticas, se determina que la empresa “Aguas Minerales de Los Tuxtlas SA de CV”, que va desde refrescos, gaseosas, hasta gel antibacterial, con la liga: https://gelantibacterialmexico.com/producto/gel-antibacterial/aguas-minerales-de-los-tuxtlas-gel-antibacterial/ son un mega fraude y se usó para el lavado de dinero. Fue tanto el mareo del poder, que se pretendía presionar a la Secretaría de Educación para que se vendieran los refrescos en todas las escuelas de Veracruz. Idea que sólo era en la loca cabecita de “El Coyame”.
Son tantos los proveedores timados por Carrasco Mora, que hasta la exesposa del exalcalde de Catemaco, Julio Ortega, de nombre Erika Rosario Morales estaba cobrando $850 mil pesos por varios millares de block que tomaron para la construcción de la nave industrial sin pagar dicho material para construcción.
Mientras, Rubén Carrasco asegura ser el dueño de la marca e inmueble de refrescos Coyame y haber pagado $100 millones de pesos por la marca y nave industrial, todo esto es una mentira, convirtiéndose en un abuso de confianza. Además, despidió a los trabajadores, a quienes no les dio IMSS, ni prestaciones y hasta sucedió un accidente de un trabajador fracturándose la cadera.
Muchas mentiras, como las declaraciones de Juan Javier Gómez Cazarín sobre el presunto éxito de la refresquera Coyame y asegurar que el gobierno de Cuitláhuac García la compraría, siendo todo, también una mentira. Igual, cuando decían que al vender los refrescos, los compradores podían juntar puntos y canjearlos por tablets, televisiones o motocicletas. Otra mentira de muchas.
Cambiar el sabor de Coyame, quitarle azúcar y no negociar con los órganos reguladores del azúcar ubicados en Boca del Río, en donde se asigna al ingenio que abastecerá a esta industria refresquera, todo esto lo pasaron por alto, para irse por la libre y hacer lo que les viniera en gana.
Finalmente, operadores del Congreso de Veracruz están negociando las deudas que dejó “El Coyame”, para evitar que este fraude llegue hasta la oficina de Juan Javier Gómez Cazarín y ahora, junto con Rubén Darío Carraco Mora acosan, amenazan e intimidan a la autora de esta columna, para evitar publicaciones como ésta y el negocio pudo ser un orgullo de Veracruz y se convirtió en un lavado de dinero con pérdidas millonarias y sus socios, Rubén Carrasco, Juan Javier Gómez Cazarín y Leopoldo Sánchez quieren salir de este mega enredo, dejando tirada la marca “Coyame”.
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