UN DÍA COMO HOY.
25 de marzo de 1987
INCENDIO EN EL MERCADO REVOLUCIÓN.
Aquel día todo era normal, día de raya, día de mercado, la gente hacia sus compras. Todo era bullicio, era un fin de semana normal, la barbacoa, las corvas para un típico caldo, verduras, pollo, otros más surtían la despensa con los hermanos Martínez, o don Pano Roque, con Lujan o con Alejandro Contreras, algunos compraban sus carnes en alguna carnicería de los hermanos Pimentel.
El día transcurrió sin novedad, a ñas 8 de la noche el mercado Revolución cerraba sus puertas.
Construido en la década de los 50s e inaugurado en 1956, el mercado Revolución era el único centro comercial donde las gentes del pueblo surtían su despensa ya sea semanariamente o a diario, pero siempre había personas comprando.
Los estudiantes iban a comprar sus biografías o láminas a la papelería de Don Mauricio, otros iban a comprar sus casimires y telas con doña Paulita, otros aprovechaban las fondas para comer rico.
Afuera algunos puestos donde se disfrutaban ricas aguas de sabores o fruta rebanadas, eso sí bien lavada con agua de la fuente.
Como todos los días, llegamos a trabajar al Ingenio El Potrero al tercer turno, ya nos habíamos acomodado la mayoría y de repente, cerca de las 11 de la noche, “Pancho” Casas, uno se los mecánicos nos dice, mu hechos voy por la Coca Cola, le echan un ojo a las Lavadoras, y se fue cuando lo vemos regresar sin la Coca y a toda carrera, “se está quemando el mercado”, “ se está quemando el mercado” eran como las 11:30 de la noche y la mayoría salimos a ver el incendio.
Largas llamas de elevaban y ahí demostramos que somos un pueblo sin cultura para la prevención de accidentes, desde la caseta de teléfono de don Cheto Celis se llamo a los bomberos de Córdoba, eso si, la solidaridad de nuestra gente se hizo notoria y con cubetas de agua intentaban apagar el incendio.
De pronto y como por arte de magia, varios jóvenes empezaron a llegar con mangueras contra incendio del Ingenio y se empezaron a unir, una, dos, tres, cuatro, diez y sólo llegaban hasta la boca del túnel y para colmo la toma de agua más cercana algún trabajador curioso se había llevado la válvula que abre la toma contra incendios de la esquina de la bodega de azúcar, así que no hubo de otra buscar más mangueras y llevarla hasta al anden de la misma bodega y sin decir agua va, le abren a la llave y fue así como con agua a presión se empezó a apagar el fuego.
Como a la hora, llegaron los bomberos de la Ciudad de Córdoba y terminaron de apagar el incendio.
Se dijo que un corto circuito había sido el causante de provocar aquel incendio, los locales más afectados fueron los de la Señorita Amandita Téllez que tenía un puesto de ropa y la tienda de Alejandro Contreras, y muy poco el local de lis hermanos David y Mario Martinez.
Han pasado 36 años de aquel incidente y seguimos igual o peor en cuestión de prevención de accidentes, si bien contamos con una sección municipal de protección civil, carece de muchas cosas para atender algún incidente así, ha habido también iniciativas ciudadanas de constituir un cuerpo de Bomberos voluntarios pero se topan que las autoridades municipales se roban el proyecto y vemos a todo el personal que labora en una administración municipal vestidos orgullosamente de bomberos, quizás para la foto, porque termina el periodo y nos quedamos sin bomberos y sin equipo porque hasta las cubetas se llevan.
Hoy el municipio cuenta con un cuerpo de Bomberos, esperemos que corten el cordón umbilical con el ayuntamiento y tengamos un Honorable Cuerpo de Bomberos voluntarios que sean autónomos, que se capaciten en el edificio que tienen como central en las instalaciones de la Escuela Secundaria y de Bachilleres Fernando Domínguez Proy y cumplan esa misión de salvaguardar las vidas de los demás.
Recopilador: Nazario Guadalupe Cebada Morales.
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