1) El Congreso Nacional formalizó la transformación del partido oficial en un Partido de Estado donde mandarán los Gobernadores, la Jefa de Gobierno, y otros altos funcionarios públicos federales y locales, repitiendo uno de los peores vicios del viejo sistema del PRI-gobierno contra lo cual luchamos durante tantas décadas y que imaginamos haber derrotado en las históricas elecciones de 2018.
2) La extensión de los periodos de Mario Delgado y Citlalli Hernández por dos años más hasta 2024, cuando jamás fueron electos por absolutamente nadie de la militancia y se han dedicado a dividir y violentar a las bases, es un atropello a los estatutos y una violación a las reglas más básicas de la ética política.
3) El reparto mafioso de las carteras del Comité Ejecutivo Nacional entre los gobernadores, incluyendo la hija de uno, la Secretaria de Bienestar de otro, así como uno que no era siquiera elegible porque no participó en las Asambleas Distritales, entre otros impresentables, constituye una indecencia inaceptable que no embona con los principios de la Cuarta Transformación.
4) La inclusión en el Consejo Nacional de docenas de personajes del viejo régimen que hasta hace muy poco levantaban el brazo a personajes como Ricardo Anaya y despotricaban en contra de Andrés Manuel López Obrador, es una burla a la militancia fundadora. Además, la elección del Presidente del Consejo Nacional violó el procedimiento estatutario que indica que solamente los Consejeros Electos, no los que estén de manera Ex Officio por la naturaleza de sus cargos, pueden ocupar la Presidencia.
5) La actitud despótica de personajes como Rafael Barajas y Pedro Miguel al conducir la discusión sobre las reformas a los documentos básicos fue simplemente indignante. Recurrieron a insultos y regaños constantes hacia las bases inconformes y se negaron a permitir la votación individualizada de cada una de las reformas, para mejor imponer el paquete completo por medio de una sola votación "general", incluyendo el transitorio espurio que alarga el periodo de Mario y Citlalli.
Resulta muy contradictorio, para decir lo menos, que las personas responsables por la FORMACION POLITICA del partido dieran un espectáculo de tan poca cultura política y limitada vocación democrática.
La buena noticia es que 520 muy dignos congresistas tuvieron la claridad y la valentía de decir ¡Ya basta! y votaron en contra. ¡Un aplauso de pie para ellos!
6) Las reformas aprobadas a los documentos básicos diluyen el carácter transformador y revolucionario del movimiento y garantizan la continuidad de una conducción autoritaria, centralista y estatal de nuestro partido al eliminar los consejos consultivos, autorizar la elección de los máximos dirigentes por encuesta, facilitar el control de gobernadores y otros altos funcionarios públicos, consolidar el poder de los “delegados en funciones”, legalizar la afiliación in situ durante las asambleas distritales, y de manera temeraria se agregan varias cláusulas con la evidente intención de intentar intimidar a quienes luchamos por democratizar al movimiento y empoderar a las bases.
La recuperación de la palabra "izquierda" en el Programa del Partido no cambia la situación en absoluto ya que en los hechos el carácter de izquierda del movimiento es cada día menos visible.
7) Las bases fundadoras y los morenistas más congruentes de izquierda nos encontramos entonces en una situación muy complicada en que la cúpula al parecer ha decidido darnos la espalda por completo.
¿Qué hacer?
Les escucho y los leo con muchísima atención camaradas convencionistas y aguerridos morenistas y obradoristas de todo el país.
¡Hasta la victoria siempre!
¹John M. Ackerman
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