En junio de 2021, el gobernador Greg Abbott promulgó siete normas, una de las cuales permite a las personas portar armas de forma legal sin licencia.
El 21 de junio de 2021, casi un año antes de la masacre en que un joven de 18 años asesinó a sangre fría a 19 niños de una escuela primaria de Estados Unidos, el gobernador de Texas, Greg Abbott, promulgó siete leyes para facilitar el acceso a las armas. Incluso una de las normas sancionadas permite que las personas porten armas legalmente sin licencias.
El debate sobre el manejo de armas está abierto, al menos así lo sugirió el discurso dado por el presidente Joe Biden a horas de la tragedia ocurrida en la Escuela Primaria Robb, en Uvalde, a unos 135 kilómetros al oeste de San Antonio.
“¿Cuando vamos a hacer lo que tenemos que hacer? Por el nombre Dios, ¿Cuándo vamos a levantarnos contra quienes apoyan las armas? Estoy cansado de todo esto. Tenemos que actuar. No podremos prevenir todas las tragedias. Pero las reduciremos”, expresó, angustiado y conmocionado, el presidente Biden en un mensaje transmitido desde la Casa Blanca.
Pero el tiroteo masivo de este martes, en el que murieron 19 niños y dos maestros, se produjo a un año de que los legisladores ampliaron drásticamente los derechos de portación de armas.
Bajo el argumento de mantener a Texas como un “bastión de la libertad”, el gobernador Greg Abbott firmó el 21 de junio de 2021 siete leyes, una de las cuales permite que las personas porten armas de fuego legalmente sin licencias.
En un encendido discurso y escoltado por representantes de la Asociación Nacional del Rifle, Abbott se jactó aquel día de que “Texas siempre será el líder en la defensa de la Segunda Enmienda, razón por la cual construimos una barrera en torno a los derechos de armas".
Para ser precisos, el Congreso local aprobó el 23 de mayo del año pasado una ley que autoriza el llamado porte constitucional, lo que significa que los tejanos respetuosos de la ley, mayores de 21 años, ya no necesitan una licencia para portar un arma en público. La ley entró en vigor el 1 de septiembre.
Hasta ese momento tampoco era demasiado complejo acceder a un arma ya que bastaba con la aprobación de la policía local o estatal que daba el visto bueno tras una revisión de antecedentes y una toma de huellas dactilares.
La licencia se otorgaba por cinco años a mayores de 21 años que hayan aprobado un curso práctico de seis horas, un examen escrito y una prueba de tiro.
Sin embargo, a partir de la nueva legislación, Texas pasó a convertirse en un "Estado santuario de la Segunda Enmienda" contra las nuevas regulaciones federales de control de armas.
Así se suprimieron todos los requisitos y sólo bastaba con tener 21 años para acceder a las armas. En tanto, las pruebas fueron sustituidas por un curso gratuito en línea.
Más allá de los tiroteos públicos, las armas se transformaron en un mortal ingrediente en los casos de violencia de género en Estados Unidos, donde cada año son asesinadas más de 600 mujeres.
En medio de este panorama, Biden instó a enfrentar al "lobby armamentístico" y se comprometió a "hacer lo que haya que hacer" para frenar la ola de ataques en las escuelas.
La tarea no será sencilla porque tal como informó Clarín, la sociedad estadounidense es la más armada del mundo. En un país con unos 320 millones de habitantes, hay 270 millones de armas pequeñas, contabiliza la Small Arms Survey.
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