El peligroso Yevgueni Prigozhin se traslada a Bielorrusia después de poner en cuestión el poder del Kremlin. Los cargos contra el líder del grupo mercenario e impulsor de la sublevación van a ser retirados. Desde Bielorrusia podría ser igualmente peligroso.
Rostov del Don ha recuperado la calma tras la salida de los mercenarios de Wagner, que ocuparon la ciudad rusa mientras avanzaban el sábado hacia Moscú.
La pregunta ahora es ¿cómo va a afectar la sublevación a la cúpula militar rusa? y¿hasta qué punto la figura de Putin ha quedado dañada por la rebelión abortada?
Prigozhin, una amenaza en Bielorrusia
Por lo pronto, el líder de Wagner, Yevgueni Prigozhin, que llamó al levantamiento, no será perseguido, los cargos contra él por rebelión militar serán retirados. Además ha encontrado refugio en Bielorrusia, desde donde podría seguir siendo muy peligroso, en opinión de Lord Richard Dannatt, ex jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas británicas.
"El hecho de que [Prigozhin] se haya ido a Bielorrusia es motivo de preocupación (...) porque si se ha ido a Bielorrusia y ha mantenido una fuerza de combate eficaz a su alrededor, entonces representa de nuevo una amenaza para el flanco ucraniano más cercano a Kiev, donde todo esto comenzó el 24 de febrero del año pasado", explica Dannatt.
Prigozhin y las fuerzas de Wagner abandonaron el sábado por la noche Rostov entre vítores de ciudadanos.
La sublevación de los 25 000 mercenarios duró menos de 24 horas, pero consiguió poner en jaque a Moscú, donde se levantaron controles, se desplegaron tropas y hasta se abrieron zanjas en las autopistas hacia la capital por miedo al avance de los wagneritas.
